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Evaluaciones De Ciencias Sociales

luis9451119319 de Agosto de 2014

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PLAN CURRICULAR DEL ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES, DEMOCRACIA Y CULTURA DE PAZ

“Ningún hombre de temperamento científico afirma, que lo que ahora es creído en ciencia, sea EXACTAMENTE VERDAD, afirma que es una etapa en el camino hacia la verdad”.

BERTRAND RUSSELL.

DIAGNÓSTICO

Dentro de los problemas más relevantes que hasta ahora se han podido detectar en el proceso enseñanza-aprendizaje de “las actuales” ciencias sociales debemos destacar las siguientes:

-La ubicación espacio-temporal.

-Pensar crítica y constructivamente las realidades de su país desde los aspectos políticos, sociales y económicos.

-Educar correctamente frente al contenido de los medios de comunicación, en especial la televisión y el Internet.

-Por parte del docente apropiarse de metodologías didácticas que permitan al estudiante adueñarse de los conceptos y por ende su aplicabilidad ética en la realidad.

JUSTIFICACIÓN

Es pertinente empezar a atacar estos inconvenientes que son los que a la larga no permiten que los estudiantes se adueñen de un verdadero aprendizaje significativo, pues de este dependerá en lo sucesivo que el estudiante ponga en práctica lo aprehendido dentro y fuera del aula de clase a favor de una sociedad que tanto lo necesita

OBJETIVOS

-OBJETIVO GENERAL

Construir procesos por medio de los cuales se le permita al estudiante, bajo la apropiación de conceptos transformar su subjetividad, la cual le posibilite convertirse en un ser íntegro y ético.

-OBJETIVOS ESPECÍFICOS

1. ) Formar estudiantes críticos, autónomos y constructivos en aras de edificar un mejor país.

2. ) Incentivar en los estudiantes la importancia de conocer y diferenciar nuestras raíces étnicas, políticas y culturales para así crear identidad y patriotismo.

3. ) Orientar correctamente la información emitida y difundida por los medios de comunicación para que el estudiante asuma una posición ética y constructiva.

ENFOQUE EPISTEMOLÓGICO Y DIDÁCTICO DEL PAQUETE DE AREAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES

Las ciencias sociales tienen sus inicios en el siglo XVI, y se estructuran definitivamente entre el siglo XVIII –mediados- y el XIX. Durante este periodo, trataron de explicar la realidad socio-humana como un conocimiento secular y sistemático, extrapolándose a las ciencias naturales, - que se basaban en las leyes-, con limitados aciertos por la dificultad e

Imposibilidad de reducir los fenómenos sociales a ellas.

El ascenso de estas ciencias, supuso un largo y complejo proceso que se apoyó en dos grandes líneas:

Una, la adopción de los modelos newtoniano y cartesiano (que posibilitaron un gran avance en las ciencias naturales); y otra, la aceptación de que toda ciencia debía ser capaz de descubrir leyes naturales y universales para regir los destinos humanos.

Además, las ciencias sociales adoptaron el supuesto/creencia de que existe una ley de progreso constante e indefinido que se desarrolla gracias a los avances tecnológicos, los cuales hacen posible el bienestar futuro y seguro de la humanidad.

El problema real se basaba no solo en conocer y usufructuar la naturaleza, que las ciencias naturales parecían tener bajo su control en el siglo XVII, sino, y sobre todo, ¿quién controlaría el conocimiento válido para orientar, dirigir, y estructurar el mundo humano en sus dimensiones políticas, ideológicas (teológicas), sociales y económicas?

En este momento de cambios y transformaciones permanentes, pero también de búsquedas, se consolida el mundo universitario a fines del siglo XVIII, debido a la necesidad de las nuevas potencias europeas de contar con cuerpos administrativos, profesionalizados y con conocimientos en tecnologías, que los ayudasen a implementar y apoyar políticas eficaces de Estado, para competir con sus rivales y asegurarse así el control del poder mundial.

Esta nueva universidad cuyo modelo inicial y más completo fue el alemán, produjo las modernas estructuras y paradigmas del conocimiento occidental, el cual se caracterizó por su disciplinariedad y profesionalización, tanto como para crear nuevos saberes, como para capacitar a los nuevos productores del saber (el profesor –doctor). Se buscaba, no solo teorizar, sino también, alcanzar una mayor producción en las nuevas industrias.

Así, a lo largo de los siglos XVIII y XIX se fueron transformando en una triple perspectiva: en primer lugar, las ciencias naturales (matemáticas, física, química, biología); en el otro extremo, las humanidades (filosofía, literatura, pintura, escultura, música); y en un medio ambiguo, las ciencias sociales (historia, economía, sociología, política y antropología).

La primera disciplina social que alcanzó una existencia institucional autónoma fue la historia, estimulada por los imperios y las naciones de occidente, para afianzar su cohesión social, justificar reformismos o reforzar ideologías aún fluctuantes (identidad, creencias, fronteras, mercados, etc.).

A partir del siglo XIX, surge la disciplina llamada economía, la cual adquiere status independiente a mediados de siglo, orientándose a demostrar cómo el comportamiento económico se rige y se equilibra por la ley del laissez faire (dejar hacer).

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, se establece en las universidades, la sociología, planteada como una ciencia social integradora y unificadora, cuya intención era entender e interpretar la acción social.

La ciencia política, surgió un poco más tarde como disciplina de las ciencias sociales; debido a la resistencia que presentaron las facultades de derecho al dejarse arrebatar de su ámbito, un campo que consideraban propio; sólo se consolida autónomamente a partir de 1945.

La disciplina antropológica, que en sus inicios se preocupó por justificar la objetividad y neutralidad científica del observador, dedicó gran parte de su desarrollo a observar y describir grupos étnicos particulares.

Para abordar el estudio de las llamadas altas culturas (islamismo, budismo, hinduismo), se crearon los estudios orientales, cuyo propósito era identificar sus valores y su forma de percibir la realidad, bajo el supuesto, de que eran civilizaciones inmóviles o decadentes.

Hay disciplinas que nunca llegaron a verse como componentes fundamentales de las ciencias sociales.

La geografía, tan antigua como la historia, emergió en las universidades a fines del siglo XIX como una ciencia dual, oscilando entre la geografía física y la geografía humana (influencia del ambiente), caracterizada por adoptar una perspectiva generalizada y sintetizadora (no analítica). Algo similar mostró la psicología, y finalmente, los estudios jurídicos, nunca llegaron a ser aceptados del todo como ciencias sociales por considerarse normativos y cerrados.

Posteriormente, las dos tendencias que caracterizaron las ciencias sociales de 1850 a 1945, fueron el énfasis disciplinar con una clara orientación positivista y su subordinación a los intereses del poder estatal.

Hacia la segunda mitad del siglo XX, se evidencian las limitaciones de las ciencias sociales, para comprender y explicar la vida social desde una perspectiva unidisciplinar y en consecuencia, se amplían los enfoques y métodos de ellas, abriéndose a nuevas miradas integradas de la realidad.

Las ciencias sociales enfrentan en la actualidad el desafío de incorporar nuevas dimensiones de la vida de los seres humanos (violencias, problemas ambientales, de la cultura, etc.), que desbordan los marcos interpretativos de las disciplinas; por tanto requieren de la integración de saberes, miradas transdisciplinares, que ofrezcan respuestas contextualizadas a los problemas y exigencias de la sociedad.

Retomando diríamos que después de la Revolución Francesa, se consolidó el pensamiento y el campo que le dieron sustento a las ciencias sociales.

Tres de los grandes exponentes de de la modernidad (Durkhein, Weber y Marx) con sus teorías marcaron un sofisticado derrotero analítico que acompañó la reflexión sobre la sociedad, en buena parte del siglo XX.

Sin embargo, el avance y desarrollo de las ciencias sociales, la complejidad de de los problemas que a diario enfrenta la humanidad y la ruptura de las fronteras entre las distintas ciencias, han llevado a contemplar nuevas perspectivas de análisis social.

De manera particular (en la República de Colombia) ocurren dos importantes procesos: uno académico (Movimiento Pedagógico) y el otro político (Asamblea Nacional Constituyente) sentaron las bases para configurar el nuevo marco legal de la Educación Colombiana (ley 115/94) responsable de poner a funcionar los cambios exigidos por el mundo y el país, en materia de educación.

Aunque la Ley General de la Educación, centra nuevamente la enseñanza de las ciencias sociales en las dos disciplinas de mayor peso y tradición en la educación colombiana(Historia y Geografía), sugiere la ampliación temática del área a partir de la enseñanza de la Constitución Política y la Democracia, la Educación Ambiental, la Educación Ética y en Valores (Religión); aspectos todos, requeridos por la sociedad, ante la ausencia de ciudadanos críticos y participativos, comprometidos con las instituciones democráticas.

Si bien, el artículo 23 de la ley 115/94, limita la enseñanza de las ciencias sociales a éstas áreas obligatorias, hay que resaltar que los fines establecidos por la ley para la educación amplían considerablemente el radio de acción para la enseñanza de las ciencias sociales. Además

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