Evangelización a través de la música en la edad media.

Conservatorio de Música del Estado de México.

Historia de la música I.

Importancia de la música para la evangelización en la edad media.

La música junto con la palabra, aunque a veces sin ella, interioriza el sentimiento, lo alimenta y lleva a la contemplación, es por esto que hasta en la actualidad, el campo religioso, a empleado a la música.  La música religiosa fue un método importante para llevar a Dios a los hombres. El hombre es un ser rítmico por naturaleza que fisiológicamente se relaciona con la música, dentro de la liturgia, la música debía ser bien empleada, donde los músicos debían ser cristianos que ejecutaran alabanzas en espíritu y verdad.

El evangelio es una palabra de origen griego que significa buenas noticias, evangelizar es un verbo derivado del evangelio que es el anuncio de Jesucristo y de su mensaje para así, quien recibe el evangelio se convierta, se bautice y lleve una vida en Dios. Antes de ascender al cielo, Jesús ordeno a sus discípulos que fueran por todo el mundo compartiendo todo lo que habían aprendido de él, para que así pudieran ascender a un mundo espiritual evolucionado, la buena noticia no era un mensaje común, no solo se trataba de un carpintero y maestro ejecutado por los romanos, sino de la salvación mediante la cual Dios venía a rescatar al mundo necesitado. El contenido de ese mensaje llego a conocerse como el evangelio “la buena noticia”.

El espíritu de Dios está sobre mí, por cuanto me a ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me a enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar la libertad a los cautivos y vista a los ciegos; a poner libertad a los oprimidos.  Santa Biblia, Lucas 61.

Hacia finales del siglo V y a principios del siglo VI En la iglesia del antiguo imperio romano, en cada lugar se realizaba una liturgia con cantos diferentes, el papa Gregorio Magno, introdujo importantes modificaciones a la música eclesiástica, realizo una recopilación del canto llano que se daban en las diferentes liturgias de Europa y es por esto que se le dio el nombre de “Canto gregoriano”, a partir de esto, este tipo de música es la protagonista en los centros religiosos hasta finales del siglo IX, el canto gregoriano es de carácter monódico sin acompañamiento y tiene libertad rítmica su función es destacar la palabra de Dios, reforzando la oración con el canto, el cual se utilizaba meramente como medio de evangelización.

En cuanto a los siglos XI-XIII aprox. En la baja edad media el imperio de Carlomagno se expande a través del catolicismo, La vida cotidiana en la Edad Media y la forma de pensar de nobles y campesinos estaban muy influenciados por los principios y creencias de la Iglesia Cristiana. Como consecuencia de esto, las acciones de la gente se hallaban estrechamente ligadas a las normas religiosas. La Iglesia era al mismo tiempo el centro de la vida intelectual. Desde este rol, posibilitó el afianzamiento de una particular interpretación del mundo, diseñado y ordenado según los designios de Dios, así la mentalidad medieval basada en conceptos religiosos, duro durante varios siglos más adelante.

La música en la liturgia cristiana al principio fue exclusivamente vocal sin la utilización de instrumentos musicales y con predominio de la lengua helenística, el sacerdote dirigía los rezos; el texto es la base del canto gregoriano, según San Agustín el texto se basa en el principio: “el que canta, ora dos veces”, el texto siempre tuvo prelación sobre la melodía ya que la letra le daba el sentido de la oración y/o alabanza a Dios, esto tenía que hacerse con devoción y cantándole a su señor con amor y no de manera material.

Del canto gregoriano proceden los modos que le dan base a la música occidental, le dan una intención a la inspiración, fue así como esta música era utilizada para despertar sentimientos a los oyentes, conciernen a las ocho formulas musicales que son la base del canto de los salmos y de los canticos litúrgicos, a esto se nombró Ethos modal.

 “El primero es grave, el segundo triste, el tercero místico, el cuarto armonioso, el quinto alegre, el sexto devoto, el séptimo angélico, el octavo perfecto”. Guido D'Arezzo  

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