Evolucion Del Derecho Penal

Evolución Histórica Del Derecho Penal

El derecho penal surge desde el momento que nace el hombre o más bien cuando comienza su relación con los demás y ese deseo de defender y cuidar sus bienes e intereses, anteriormente no se encontraba una ley especifica si no que todo se basaba en 3 etapas evolutivas las cuales son: Venganza Privada, Venganza Divina y Venganza Publica. Cuello Calón afirma que “ en los primeros grupos humanos cuando el poder público no poseía el vigor necesario para imponerse a los particulares la función penal revestía el aspecto de una venganza” esta función era desproporcional ya que por una ofensa mínima la persona ofendida a través de un árbitro podía exterminar a familias completas, para contrarrestar esta situación y evitar más disconformidad surge la “ley del Talión” que suponía que la pena debía de ser equivalente a la ofensa (ojo por ojo, diente por diente) y libraba a los demás pertenecientes a su familia o grupo a que pagasen la venganza pagando “el precio del hombre” en caso de homicidio o una cantidad conforme a tarifas establecidas previamente. Entre la venganza privada también encontramos la ley de las XII tablas la cual Wolfang Kunkel opina que “a diferencia del asesinato en que el derecho a vengarse dando muerte dando muerte era tan evidente que no necesitaba siquiera ser mencionado” las XII tablas suponía una ideología mas expresa acerca de dar muerte por delitos el que incendiaba de propósito debía ser quemado, el que hurtaba de noche en el lugar de las cosechas debía ser ahorcado en el lugar donde se cometía el delito como ofrenda a la diosa de la agricultura Ceres, y así una serie mas en donde dar muerte al ofensor era la solución para cumplir una pena por delito, estas leyes no son tan desiguales en comparación al Talión del ofendido contra el autor cuya pena estaba establecida con una pena que la mayoría de veces lo llevaría a la muerte, en cuanto al hurto la pena tenia condiciones ya que el ofendido podía dar muerte con su propia mano al autor si lo sorprendiera en el acto si el hechor estaba armado y se resistía la victima procedía hacer una serie de gritos a sus vecinos para así dar a conocer el hecho y poder manifestar que estaba siendo víctima del hurto o que estaban violando su jurisdicción del domicilio, o también podían comparecer ante el magistrado el cual lo aceptaba ya que el hecho era evidente desde ese momento el ofendido podía matar vender como esclavo al ladrón o también aceptar rescate por él. Ahora bien si el ladrón no era sorprendido en el acto la ley negaba la venganza física a la víctima del hurto lo único que podía exigir este era la devolución que consistía en el doble del valor de la cosa hurtada. La ley también establecía para lesiones leves penas pecuniarias; sin embargo la ley fijaba ya de antemano, por la fractura de un hueso el hechor debía pagar 300 ases si era libre, 150 ases si era esclavo, y por injurias menos graves 25 ases, ahora bien por lesiones graves en donde un

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