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Evolucion historica del sistema penitenciario


Enviado por   •  19 de Mayo de 2016  •  Documentos de Investigación  •  6.232 Palabras (25 Páginas)  •  590 Visitas

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  1. ANTECEDENTES.

1.1 ANTIGUAS CIVILIZACIONES.

Desde el principio de sus tiempos, la prisión ha tenido que ser diversas cosas y su finalidad ha variado en diversas ocasiones sin embargo, en esencia sigue siendo la misma: castigar al sujeto que ha atentado contra las leyes de la sociedad.

Es frecuente el uso indistinto de “prisión” o “cárcel”, sin embargo puede distinguirse entre cárceles de custodia o cárceles de pena. No sería estrictamente prisión el lugar donde se encuentran los ciudadanos, hasta que una sentencia firme los considera culpables de un delito y obligados al cumplimiento de una sanción penal.

El término “cárcel”, conforme al diccionario significa “cosa pública”, destinada para la custodia y seguridad de los reos[1]. El origen de la palabra cárcel lo encontramos en el vocablo latino coercendo que significa restringir, coartar; otros dicen que tiene su origen en la palabra carcar, término hebreo que significa meter una cosa.[2]

Las cárceles tienen sus inicios en cuevas, tumbas, cavernas, etc., lugares inhóspitos a donde se enviaban desterrados a los enemigos del Estado. No eran precisamente cárceles en el sentido moderno del término, tal como los conocemos en la actualidad, estos lugares eran adaptados para cumplir con la finalidad de separar a todos aquellos que eran considerados peligrosos para la sociedad y el Estado.

En estos tiempos existían penas privativas de libertad que forzosamente debían cumplirse en establecimiento a los que se denominaban cárceles. La prisión, como pena, fue casi desconocida en el antiguo derecho.

En la antigüedad, el encierro era conocido como una forma de depósito en espera de una sentencia, esto en culturas de Oriente, Medio Oriente, China, Babilonia, Egipto, Arabia, Japón e Israel.

Los chinos contaban con ellas desde el siglo XVIII, en épocas del Emperador Sum. Des pues se impuso algún reglamento carcelario y los condenados por lesiones, debían realizar trabajos forzados y públicos.

En Babilonia las cárceles se denominaban “Lago de Leones” y eran verdaderas cisternas.

Los egipcios tenían como lugares destinados a cárceles, ciudades y casas privadas, donde debían realizar trabajos.

Los japoneses dividían al país en cárcel del norte y del sur para alojar en estas últimas a quienes eran condenados por delitos menores.

1.1.1 DERECHO HEBREO.

En el Derecho Hebreo, la prisión tenía dos funciones: una era evitar la fuga y la otra era servir de sanción, lo cual puede compararse a la actual institución de la prisión perpetua, por cuanto consideraban indigno de vivir en sociedad al infractor de la ley. Existía una influencia religiosa, con una significativa dosis de irracionalidad. La Biblia trata de la institución de las ciudades asilos, antecedente del actual asilo político, para proteger al acusado de las venganzas de los parientes en el caso de homicidio culposo

Existían distintos tipos de cárceles, según las personas y la gravedad del delito cometido. Esto indica un principio clasificador.

La prisión era un castigo que se aplicaba con preferencia a los reincidentes. La misma pena era para aquel homicida sin testigos.

1.1.2 DERECHO GRIEGO Y ROMANO.

Fue hacia el año 640 D.C. cuando encontramos la cárcel construida como tal, en Grecia y Roma, destinada a encerrar a los enemigos de la patria. En Roma se recuerda la cárcel conocida con el nombre de Carcere Mamertino, construida por Anco Marcio y según, la leyenda, fue el lugar donde estuvo prisionero San Pedro. En el Imperio Romano existía el Ergastulum, destinado a todos los esclavos que tenían la obligación de trabajar. En Grecia existía una cárcel destinada a los jóvenes que delinquían y asimismo había el Pritanio, para los que atentaban contra el Estado[3].

Para los griegos conforme a las ideas de Platón, cada tribunal debía tener su cárcel propia, e idearon tres tipos: una en la plaza del mercado para mera custodia; otra para corrección y una tercera para suplicio, en una región sombría y desierta[4].

Las casas de custodia servían de depósito general para seguridad simplemente, y la cárcel, para evitar la fuga de los acusados. Había cárceles para los que no pagaran impuestos.

En Grecia recibían los nombres según donde se emplazaran. Además aplicaron la prisión a bordo de un buque, como también el sistema de caución, para no dar encarcelamiento. También existió esta institución para los jóvenes que cometían delitos.

Los romanos al principio solo establecieron prisiones para seguridad de los acusados, algunas de ellas estaban ubicadas en el Foro que fue ampliado después por medio de un subterráneo de más de cuatro metros de largo.

El emperador Constantino hizo construir un sistema de cárceles y Ulpiano señaló en el Digesto que la cárcel debe servir no para castigo de los hombres, sino para su guarda. Luego sostuvo que durante el Imperio Romano, éstas eran para la detención y no para el castigo.

En las cárceles, a los esclavos se les obligaba al trabajo forzado, como el “opus publicum”, que consistía en la limpieza de alcantarilla, el arreglo de carreteras, trabajos de baños públicos y en las minas, penas “ad metalla” y “opus metalli”.

La primer cárcel romana fue fundada por Tulio Hostilio y de nombre Latomia. La segunda prisión fue la Claudiana construida por orden de Apio Claudio y la tercera y ya mencionada Mamertina.

Con la constitución de Constantino de año 320 d.c. que contenía disposiciones muy avanzadas en materia de Derecho penitenciario como lo señalaba en su punto segundo donde establecía la separación de sexos, el punto tercero prohibía los rigores inútiles, el cuarto la obligación del Estado de costear la manutención de los presos pobres y el quinto, la necesidad de un patio asoleado para los internos.

1.1.3 EDAD MEDIEVAL.

En esta época no se encuentran cárceles, ya que en estos tiempos se concebía la pena como venganza privada dado que solo se aplicaban tormentos. Su esplendor se encuentra durante la “Santa Inquisición”.  Las formas han sido muy variadas, desde la antigüedad hasta el presente: azotar; arrancar el cuero cabelludo; marcar a quienes cometían homicidios y hurtos; mutilar ojos, lengua, orejas, pies, dedos y otras torturas físicas. Conforme a los delitos se daban las penas, con carácter simbólico, y así se aconsejaba arrancar los dientes a los testigos falsos, pasear desnudos a los adúlteros, taladrar la lengua a los autores de blasfemia[5].

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