Ex Convento San Miguel De Huejotzingo

Es uno de los primeros establecimientos franciscanos que se dedicaron en la nueva España, se venera a San miguel, patrono de Huejotzingo. El ex convento se empezó a construir en 1526 y se en 1570 por fray Juan de Alameda.

Consta de una arquitectura tipo colonial con subtipo plateresco, la dimensión del atrio es de 14,000 metros cuadrados, con una planta rectangular y en el centro se encuentra una cruz atrial de piedra, y en sus cuatro ángulos sus famosas capillas posas. La entrada consta de altas columnas clásicas cuyos capiteles soportan una delgada cornisa para formar un alfiz. Esta decorado el por clásico cordón franciscano con siete anagramas en griego y en latín, en su interior consta de una sola nave, en los interiores queda una muestra de la pintura mural al fresco echas algunas de las pinturas por los mismos indios que allí radicaban.

La entrada al convento es por una portería anexa al costado sur de la fachada principal del templo, presenta dos amplios arcos soportados al centro por una columna. Su fachada principal presenta sillería de cantera en la que sobre salen la portada con el vano de entrada y la ventana coral enmarcados por pilastras cornisas. El campanario contiene vanos arcados, pilastras y capulín con linternilla. El 18 de agosto de 1533 fue concedido por Felipe II, Rey de España y firmado en Valladolid por la princesa Juana la forma de una fortaleza de plata encampo rojo del cual sale una bandera azul con la cruz de Jerusalén.

Esta construido en un valle en las faldas occidentales de los volcanes popocatepetl e iztacihuatl con un clima templado y saludable. Entre las muchas construcciones religiosas levantadas por los primeros misioneros, destaca como la más representativa de los llamados "conventos fortaleza", del mismo alarife, fray Juan de Alameda, son los conventos de huaquechula, calpan y Atlixco, su capacidad como arquitecto la podemos admirar en estas colosales obras.

Estos misioneros constructores "Alarifes", pioneros de la arquitectura monástica en el SXVI, no eran arquitectos en España, su buena voluntad, su inteligencia, su dedicación y sobre todo su celo apostólico, suplieron con creces su falta de estudios arquitectónicos. Por la belleza y armonía de todo el conjunto, de éste convento, todos los autores coinciden en que los planos fueron de Fray Juan de Alameda, a lo largo de los muros del atrio, quedan restos de un " Vía Crucis", que por su composición y ornamentación parece fue pintado en el SXVII.

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