Existencialismo De Estado. (Visión Política Actual)
Enviado por MePicaElCulo • 12 de Marzo de 2014 • 2.563 Palabras (11 Páginas) • 362 Visitas
Mirada Crítica
La política. Como el ser humano busca su equilibrio social. Como el hombre busca, mediante un egoísmo algo manchado, darle a uno o a unos el dominio de una zona determinada. La política se pone en práctica en un estado, una nación organizada bajo este principio cívico, en búsqueda de la trascendencia y la armonía dentro de la sociedad humana; se ejerce lo que se conoce como soberanía en un territorio determinado, la cual posee cierta población. Las teorías políticas de carácter contractualista establecen que la política no es natural, sino que una creación artificial ante las necesidades del mismo hombre, quién mediante un pacto social, voluntariamente le entrega la autoridad y el resguardo de la felicidad a una figura colectiva que es el estado, dando fin al estado de naturaleza en la que el ser humano era libre, pero quizás demasiado como para alcanzar el equilibrio que ha sido desde siempre la X en el mapa del tesoro antropológico.
A mediados del siglo XIX se comienza dar por hecho la existencia de los partidos políticos, grupos formales organizados de militantes que buscan alcanzar el poder político (centrado en el ejecutivo) mediante la elección, a la cual le corresponde seleccionar a un candidato que represente su ideología. No solo eso, los partidos políticos son absolutamente cruciales en la realización de las legislaciones en el estado, pudiendo influir de todas maneras en las decisiones que se lleven a cabo en aquella misión que, al menos como idea, es la de fortalecer los derechos y satisfacciones del Homo Sapiens. Por otra parte, en el ámbito informal se encuentran los movimientos sociales, que ejercen influencia en base a la presión al estado para que estos, quienes les corresponde, lleven a cabo ciertos cambios en la sociedad; la idea principal es esa, sin mencionar ciertos casos que significaron la parida de un liderazgo individual o incluso una revolución que alteró el orden de la historia.
Sin embargo, hacia el día de hoy, los partidos políticos se han desprestigiado, y por lo tanto, la práctica de la política en sí se observa con sentimientos encontrados o negativos ante los ojos de lo que se puede considerar como pueblo, aquella gente que le dio la hegemonía al blanco de prejuicios que es el estado. El astronómico salario y la transparencia de los entes individuales que manejan la autoridad nacional han potenciado esta problemática de crítica hacia la organización de la que uno forma parte. Los partidos políticos ya no representan tanto el pensamiento de las personas, estando más presente inclusive en los movimientos sociales, posiblemente por su carácter más consecuente y menos jerárquico. Los políticos se ven como hombres y mujeres que se pasan el día sentados o de vacaciones, ganando una gran cantidad de dinero por el supuesto velo de los derechos que muchas veces no se alcanza a notar por parte sobretodo de gente no muy entendida en el tema.
Pero ante esta cuestión política ¿aparecerá algún filósofo que distorsione nuestra manera de moldear las naciones? ¿Alguna insurrección de clase social que establezca un nuevo orden o desorden superlativo? El sistema cívico que contemplamos alrededor del globo planetario se interpreta, por un asunto de proximidad temporal, como la manera eterna, lo que está destinado a ser por los siglos de los siglos. La cantidad de experiencia y poderío de los movimientos sociales se hace algo corto en términos generales al día de hoy. En estos días, todo al parecer ha sido creado y lo único que se proyecta hacia el futuro es el progreso tecnológico, más no la armonización del ser humano y sus derechos naturales en calidad pura y dura.
El Sentido de la Política
"La ciudadanía también tiene ojos. Y no uno, sino millones. Y no centrales, sino circundantes. Facetados, extensos, como llanura. Tantos, que están en todas partes. Vigilando, desde todas las perspectivas, las cimas del poder. Y si hoy miran pasivamente, mañana bien pueden mirarlas como “juez”. Ya que pueden sitiarlas y levantar oleajes ‘ejecutores de sentencia”. Y pueden construir elásticas redes y tejidos de contra-poder. E incluso producir el retorno cíclico de su propio poder”
Es de rigurosa curiosidad lo que acontece por cada presidente que sale elegido, cada ministro designado o cada legislación llevada a cabo. En la actualidad, -casi- todo lo que haga el estado de turno es sinónimo de negativismo para una buena cantidad de sujetos no involucrados en el mundo político. La clase política se relaciona permanentemente con la corrupción, la codicia o los deseos de lujo en general más que como los gestores de nuestro motor de progreso.
Los partidos políticos surgieron con el propósito de encargarse de la estructuración progresiva de la sociedad. La misión a la que dicen ser encomendados es la de, bajo la premisa de una propia visión de mundo, buscar dentro del marco formal, alcanzar el poder de cabecilla en el estado. Para esto, el partido político se da el tiempo de presentar al candidato para dicho cargo político y movilizar el apoyo electoral entorno a éste, lo que se encuentra dentro del concepto de propaganda, que va mucho más allá que la publicidad, buscando cambiar el actuar de las personas no en una compra común y corriente, sino que en la toma de decisiones para un lapso de tiempo más o menos extenso y lo suficientemente significante.
En las décadas de 1950 y 1960, plena Guerra Fría y lucha política constante, el mundo ciudadano era mucho más arraigado en la política. Se seguía constantemente a los partidos políticos. A estas organizaciones hechas para repartirse el poder de coacción se les creía el cuento aquel de las mejoras en el aspecto de la vida cotidiana. Salarios, educación, salud, seguridad. Todos hijos de la naturaleza de los derechos humanos. Posiblemente la situación global de esos tiempos y la carencia de información adquirida haya permitido esto en años anteriores.
Ahora, el asunto es diferente. La mirada hiriente se muestra más crítica de lo previsto frente a muchas cosas. Cada día se hace más normal el cuestionamiento a las religiones, al modelo económico predominante, al vendedor del negocio de la esquina, a la persona más cercana y por supuesto, al rol que cumplen los políticos en el quehacer de la construcción de la historia. El ser humano, consciente de sus debilidades a través del conocimiento otorgado por una transmisión cultural más de nuestras generaciones, muy acaecido en las redes y movimientos sociales que permiten el discurso personal de diversas masas de la mesocracia y la clase baja. Lo que hace siglos se establecía como lo indudable es ahora manto y núcleo de la inseguridad; el futuro del quehacer de los sujetos no se ve negro, se ve de múltiples colores y nadie
...