Fe, Ciencia Y Magia En La Edad Media
Enviado por Nhara • 19 de Mayo de 2013 • 549 Palabras (3 Páginas) • 782 Visitas
FE, CIENCIA Y MAGIA
Posteriormente a la caída del Imperio romano de occidente, el orden conocido cae y la fe religiosa se convierte en el único punto de estabilidad. Año 313 el emperador Constantino, con el Edicto de Milán, legaliza la fe cristiana, y Teodosio el Grande la declara religión de Estado, permitiéndole adquirir un papel fundamental y se extiende rápidamente. Lo sobrenatural invade frecuentemente la vida cotidiana.
En las zonas rurales se mantienen los rituales propiciatorios y las prácticas animistas, cultos paganos que la Iglesia plasma e incorpora a la propia doctrina.
En ese mundo turbulento, la respuesta ante las crecientes exigencias espirituales del cristiano radical, no de las élites, se encuentra en las vidas ascéticas y monásticas, presentes y extendidas en oriente a finales del s. III. Se renuncia al mundo mediante una vida eremítica en una comunidad religiosa, con una rígida disciplina. El monasterio se sitúa autónomo y autosuficiente, ajeno a la realidad y sin permitir posesiones. La regla más formalizada es la realizada, en parte, por San Benito de Nursia en la mitad del s. VI. “ora et labora”, y que se extenderá por la época carolingia. En el s. IX será la regla por la que se identificará el monaquismo occidental, principalmente de tipo benedictino.
Mientras, la Iglesia institucional se reafirma desde el s. V como sujeto político fundamental y estable, con la administración y jerarquía de las estructuras romanas. Al frente se encuentran los Obispos y eran los que defendían y enseñaban al pueblo gracias al patrimonio eclesiástico acumulado. El epicentro de la ciudad y el poder es la catedral, y la Iglesia se convierte en la heredera del Imperio Romano. A parte, existen espacios abiertos donde realizan las predicaciones, como las plazas. Mientras que los Obispos se enlazan con reyes, emperadores o señores, alejándose del papel original.
La simonía (compraventa de cargos públicos) y el nicolaísmo (práctica de casarse de los sacerdotes) se extienden, criticados por los que defienden los principios básicos eclesiásticos. Se arraiga la idea de volver a una Iglesia primitiva. Se reafirma la superioridad del Sumo Pontífice con el Dictatus Papae de Gregorio VII (1075; Reforma Gregoriana) y se inicia un conflicto con el emperador Enrique IV por el poder espiritual y temporal.
En los ss. XI-XII, el cristianismo ya es un fenómeno de masas, introducido en la vida cotidiana y marcando el ritmo de las actividades y los días festivos. Muestra de ello son las procesiones, el culto a las reliquias, etc. En el s. XII nacen las Universidades, frecuentadas por religiosos, pero no sólo enseñan teología, también derecho, latín (la lengua común), ciencia... mostrando una nueva visión al mundo. Pietro d’Abano en 1307 regresa a la Universidad de Padua para enseñar filosofía, astronomía y medicina,
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