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Feudalismo y colonia


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2019  •  Ensayo  •  4.134 Palabras (17 Páginas)  •  185 Visitas

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¿Puede considerarse el sistema de haciendas como heredero del sistema feudal europeo?

Matias Espinoza Araya

002903016-2

Profesor

Pierre Chateau Cantillana

Visión trascendente del quehacer humano

Valparaíso, 2018


Para iniciar una comparación entre dos sistemas, que en este caso serán el sistema de haciendas y el sistema feudal europeo, cada uno de ellos perteneciente a distintas épocas, lo lógico en este caso, es primero comenzar por definir y describir los principales aspectos tanto sociales, políticos y económicos de cada uno de ellos, para así finalmente poder establecer si es que uno es herencia del otro, o por el contrario, son sistemas totalmente independientes el uno del otro. Es por esto que comenzaremos este ensayo hablando y explicando la distribución social, política y económica de la Edad Medieval, donde existía el sistema feudal europea, como también de le Época Colonial donde existía el sistema de haciendas, definiendo y explicando en qué consistía cada uno de ellos, para finalmente responder la pregunta que titila el presente ensayo.

El primero de ellos, es el feudalismo, para lo cual usaremos la definición de François Ganshof, la que a su vez fue extraída de Marc Bloch,: “el feudalismo puede considerarse como un conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio, principalmente militar, por parte de un hombre libre, llamado vasallo, hacia un hombre libre llamado señor, y obligaciones de protección y sostenimiento por parte del señor respecto al vasallo, dándose el caso de que la obligación de sostenimiento tuviera la mayoría de las veces como efecto la concesión, por parte del señor al vasallo, de un bien llamado feudo” (Ganshof,1975, página 17). Es también importante destacar y comprender que este tipo de sociedad que se creó durante esta época de la historia no solo corresponde a una organización social entre personas, sino que también es la forma de organización política y monetaria de la época.

Este periodo de la historia se remonta al siglo VII, época muy turbulenta, en la cual Europa fue invadida y sitiada en diferentes locaciones, zona que actualmente corresponde a la zona geográfica de Alemania y Francia. Aquí los principales invasores eran los musulmanes, quienes provenían por el sur y sureste, luego los húngaros invadieron la parte noreste y finalmente los escandinavos quienes acometían del norte. Este hecho, hacía aún más difícil sostener la precaria condición de occidente, lo que obligo a los pobladores de dichas zonas a reunirse y formar pequeños “ejércitos”, con el fin de lograr la sobrevivencia en este mundo hostil en el cual estaban inmersos. A esto es necesario sumarle el gran problema en que se vio envuelto el estado Franco, el cual atravesó un largo y tortuoso periodo de muertes y asesinatos de sus reyes, conllevando a un periodo de mucha inestabilidad social y económica. Luego de cada una de las muertes de alguno de sus reyes, se procedía a la repartición de tierras del difunto rey, debido que sus tierras eran heredadas entre los hijos de dichos reyes. Una vez repartidas las tierras, las relaciones de los herederos de la corona eran muy malas, generando guerras entre ellos, para poder gobernar en los terrenos de sus hermanos. Lo que a prácticamente obligaba a los hombres libres y fieles al rey muerto, a reunirse y hacerse fieles a alguno de estos herederos, para así poder recibir protección y para encontrar alguna forma de sobrevivir en una época de mucha inestabilidad y violencia.

Todos estos hechos ya relatados, y a consecuencia, forma de sobrevivencia generada por los hombres libres, da inicio al feudalismo. La principal característica que tuvo este periodo era un contrato celebrado entre dos hombres libres. A uno de ellos llamaremos” Señor”, el cual es el que posee la mayor cantidad de tierras y ganado; y al otro hombre libre lo llamaremos “Vasallo”, quien no poseía tierras ni animales, pero andaba en la búsqueda de un lugar para asentarse junto a su familia. El Señor debe hacerse cargo de la manutención y vestimenta del Vasallo y de su familia.

Estos pequeños feudos seguían siendo leales al rey del país al cual pertenecían, pero esto no significaba que ahora el rey tuviese el poder absoluto sobre los señores ni sobre la gente que vivía en las tierras feudales, es por este mismo motivo que solo ocurrían uniones temporales entre señores feudales en épocas de guerra para lograr un objetivo en común, pero este no perduraba mucho más allá de lo que perdurase el conflicto. El centro social o bien llamada ciudad estaba bastante abandonado ya que cada señor era el encargado de proteger su propio feudo.

Situación similar, donde de igual forma se firmaban estos contratos, pero a diferencia de lo relatado previamente, era en tiempos donde no había guerras ni peligro inminente de ellas. Aquí, el pilar del contrato se hacía en base a la principal actividad económica que existía durante la época, que era la agricultura. También existe un Señor y un Vasallo, donde el Señor le entregaba en forma de concesión el trabajo de la tierra, es decir, la siembra y cosecha de los campos. Estas tierras, pertenecientes y de la cual es dueño el Señor, les llamaremos feudo.

El vasallo trabajaba finalmente con el único objetivo de poseer un lugar donde poder establecerse junto a su familia para así tener comida y refugio, mientras que el señor feudal recibía el resto de las cosechas para el mismo, teniendo que pagar parte de estas en forma de tributo al rey, quien, aunque durante periodos tuviese baja aceptación y/o respaldo, seguía siendo la máxima autoridad ya que se decía que su poder provenía de Dios.

Ambas formas de vasallaje que ocurrían durante esta época eran marcadas por un juramento entre ambas partes. Este juramento podía estar suscrito bajo dos marcos, el primero bajo la creencia cristiana o bien bajo el marco de la recomendación, en donde la lealtad se juraba de manera menos solemne que en el juramento cristiano. Es importante destacar que ambos juramentos eran de mutuo acuerdo y sólo podían ser rotos o disueltos ante la muerte del Vasallo o bien del Señor. A su vez, un Vasallo sólo podía jurar con un solo Señor, ya que el juramento a más de un Señor estaba estrictamente prohibido en aquellos tiempos. Pero de manera contraria, sí un Señor podía tener muchos contratos con distintos Vasallos a la vez.

Este último punto, del término del contrato con la muerte de alguno de los contrayentes, era un tema de suma dificultad, ya que el beneficio del vasallaje culminaba con la muerte de la persona que contraía el contrato, pero la normalidad de la época correspondía, contrariamente a lo descrito, a una sucesión de la herencia, donde el hijo del vasallo fallecido que contraía el contrato también pasaba a tener la misma relación que tenía su padre con el Señor. Siempre y cuando que el vasallo fallecido hubiese cumplido con sus responsabilidades. Esto generaba una continuidad y a la vez una condición que aseguraba el futuro económico y de resguardo para las generaciones venideras de los Vasallos.

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