Formacion De Enfermeras Mexicanas

Sus trabajos que desempeñaban eran múltiples: acompañar a las visitas médicas debían controlar a los auxiliares médicos y ayudar a las curaciones, y hacer guardia día y noche. En caso de gravedad del enfermo proporcionar ayuda cristiana, conseguir al cura y al fallecer asentar el descanso en el registro civil. Los servicios que daban no pretendían una caridad con un fin económico ahora solo lo ejercerían las personas que contaran con el mínimo de recursos sin recibir nada más que cuidados cuando ellos mismos lo requirieran.

La utilidad de cada una de las organizaciones fue diversa: atender a los enfermos, dar asilo a mujeres y niños durante la guerra, dar de comer a los hambrientos, y sacar a los niños de las calles y asilos ya que estos últimos eran vendidos para un beneficio sobrehumano.

En 1831, el cónsul de México da la petición para la erección de las de las hijas de San Vicente de Paul pero el gobierno se ve ineficiente para tomar en cuenta esta propuesta aun que era muy necesario en el país por la situación de enfermos en la que se encontraba.

Las hermanas de la caridad llegan a México, en uno de los peores momentos de la historia del país 1844 casi terminada la guerra de independencia, para entrar al país, requirieron el dictamen del consejo del estado pues no se podían establecer ni como orden ni como congregación, sino bajo el “compromiso” de dar servicio desinteresado en los hospitales, casas de beneficencia y todos los pobres. La mayor autoridad era la madre superiora que era la encargada de la administración del los hospitales o centros donde se ofrecía el servicio del cuidado.

Por lo tanto a partir de ellas se marcó un estilo, un modo, una estructura que corresponde. La capacidad que tuvo la congregación de abarcar todos los poblados, demostrando al estado que fueron inútiles para resolver tantas necesidades. Para concluir el trabajo de las órdenes religiosas en el cuidado fue de gran importancia para la creación de la nueva

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