GRAFFITIS EN LA UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA

UNA PINTADA REFLEXIVA

¿Se ha preguntado alguna vez por Los graffitis?

LAS VOCES TOMAN CUERPO Y FORMA

El espectáculo que presentan las imágenes, las texturas, los colores, los diseños y las palabras a través de sus diversas combinaciones, permiten reflejar una variedad de puntos de vista que existen sobre la vida y la diversidad de pensamientos políticos, económicos y sociales que están latentes en el entorno universitario, en aquellos espacios visibles que se recorren habitualmente. Donde se tiñen las paredes y de esta manera se deja a un lado la homogeneidad que produce el blanco y se pasa a la heterogeneidad de los colores. Así como se lee en el pasadizo de la facultad de educación de la Universidad Surcolombiana (USCO):

“Paredes blancas, mentes vacías”. O simplemente:

No a la Universidad blanca y sin ideas, sí a la pinta reflexiva.[1]

Al ingresar a la cede principal de esta institución, se abren de manera especial dos inmensos murales ante los ojos de aquellos que llegan por primera vez a este lugar. En ellos se puede percibir ese tono mágico que se descubre al hacer su presentación en el entorno donde, además, existe un sin número de gráficos que parecen “improvisados”[2] por la informalidad en sus presentaciones y se denota un contraste entre los murales y los graffiti que aparecen diariamente.

Al ver un poco su contexto, se observa que estos gráficos tienen una historia que parte desde los inicios del ser humano. A través de las figuras plasmadas en rocas, éste se valía de este medio para comunicarse; sin embargo, desde los años sesenta y ochenta han tenido gran repercusión en diferentes partes de mundo originariamente como una forma de expresión de oposición con las formas de gobierno y del sistema. Así mismo, adquirió su calidad de graffiti[3] y actualmente no son ajenos al entorno universitario.

Porque la Universidad que nació en la calle[4] como Instituto Universitario Surcolombiano (ITUSCO) inicia sus labores académicas el 30 de marzo de 1970 y cuatro años después aparece marchando por las calles de Neiva exigiendo que la institución abriera más posibilidades de oportunidades en otras carreras. Aquellos que estuvieron presentes en esta época, recuerdan que sus voces se escucharon en toda la región y en su expresión por los recorridos que realizaron, hicieron gráficos y letreros para que su voz tomara cuerpo y forma, y de esta manera los demás pudieran ver que esta institución técnica quería transformarse en una verdadera Universidad, algo que logró solo con la ley 13 de 1976.

Desde su inicio se puede ver que “la Universidad no nació por una generación espontánea, ni por la acción de un solo hombre, sino que es el resultado de todo un proceso en el que ha intervenido muchas personas o mejor de toda la comunidad”[5]. De hecho esto se puedo evidenciar en las expresiones

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