Gaspar De Villaroel

GASPAR DE VILLARROEL

BIOGRAFIA

Nació en Quito en 1587, ingresó en el Orden de San Agustín. En 1608 recibe el doctorado, es ordenado sacerdote y nombrado catedrático de la Universidad de San Marcos. Inmediatamente empieza a destacarse como orador. Desempeña principales dignidades en la Comunidad Agustiniana. Ocupa el Episcopado de Santiago de Chile. Luego Obispo de Arequipa, donde publica su mejor obra "Gobierno Eclesiástico PACIFICO", es ascendido a Arzobispo de Charcas, con Jurisdicción sobre Buenos Aires y Santiago y muere el 12 de Octubre de 1665.

Escribió sobre casi todos los temas de su época: teológicos, religiosos, sermones de los santos y homilías de todos los domingos del año, comentarios eucarísticos, cuestiones escolásticas y positivas; comentarios, discursos literarios, morales, místicos; su libro predilecto: "El Gobierno Eclesiástico Pacífico".

TRATADO DEL GOBIERNO ECLESIÁSTICO PACIFICO

De esta experiencia y del arte de gobernar, como de su ciencia de los dos derechos, político y canónico, brotó su obra capital, bajo el título de Gobierno Eclesiástico Pacífico y Unión de los dos cuchillos, pontificio y regio. (Dos volúmenes, 1656-1657).

Su objeto es la conciliación de entrambas potestades, o como él dice «de los dos cuchillos», que halló en Indias «no sólo divididos sino encontrados». Y pues escribe con tanto pulso como gobierna y su ciencia es tanta como su celo, nadie mejor que él para empresa tan delicada.

Exaltábanse a tanto los puntillos de ceremonial, los pequeños conflictos de jurisdicción, las cuestioncillas de fuero, que es de imaginar la necesidad de un deslinde cuerdo en problemas de más trascendencia. Villarroel no sólo señaló, con singular lucidez, y con ecuanimidad difícil en su estado y época, las esferas de acción de los dos poderes, sino que dio a luz cantidad de cédulas más o menos ignoradas y cuyo desconocimiento, o interesada relegación al olvido, originaba arrogaciones y disputas. Así fue cómo su obra, no sólo en lo tocante a la política de la Iglesia en las Indias, sino también en el ejercicio de la magistratura, hizo ley más allá de su tiempo. En sus Regalías de España recordó Campomanes que Villarroel había dejado «admírales documentos para el uso e inteligencia del derecho de patronato real».

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