Giras De Bolivar
Enviado por hilarynicol • 14 de Mayo de 2013 • 1.142 Palabras (5 Páginas) • 309 Visitas
ANEXION DE GUAYAQUIL A COLOMBIA
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La primera llegada de Bolívar a Guayaquil se produjo el 11 de julio de 1822. La tradicional cortesía y generosidad guayaquileña hizo que sea recibido con grandes muestras de júbilo: no se recibía al “Libertador”, puesto que Guayaquil se había independizado dos años antes y sin su ayuda; se recibía simplemente a un gran hombre de América.
Durante casi una hora y acompañado por Olmedo, Roca y Jimena -miembros de la Junta de Gobierno-, cabildantes y personas notables de la ciudad, Bolívar caminó en medio de la algarabía de la multitud entre los aplausos y el tremolar de las banderas de Colombia y Guayaquil.
Guayaquil sabía que ella representaba la esencia de la libertad y, generosa como era, sabía también que, así como su participación había sido determinante para dar la libertad a Quito y consolidar la independencia de Colombia, de ella dependía también -en gran parte- la libertad del Perú; por eso, queriendo compartir su independencia y su condición de república soberana, Guayaquil aclamó a Bolívar con expresivos gritos de “Viva Colombia... viva el Libertador” o “Viva Bolívar... Viva el Perú”.
Muchos han querido ver en el entusiasmo guayaquileño un oculto deseo de ser anexados a Colombia o al Perú, e indudablemente así pudo ser; pero el deseo de mantenerse independiente lo constató el propio Bolívar, cuando desde veredas y balcones -por encima de los vivas a Colombia y Perú- la gran mayoría de guayaquileños lo saludó expresándole con voz emocionada “Viva Guayaquil Independiente”; confirmándole así su deseo de no ser anexados a ningún país extranjero.
Por otro lado, ¿por qué querría Guayaquil anexarse a Colombia, con la que debido a las distancias desde épocas coloniales no la unía ningún vínculo? o, ¿por qué querría anexarse al Perú, que aún permanecía bajo el dominio español?
Y no podía ser de otra manera. “El pueblo de Guayaquil había declarado su independencia sin la intervención de otros pueblos. Libre por sí mismo, por nadie libertado, tenía perfecto derecho para darse un gobierno propio o por escoger la nacionalidad que más le conviniese. Recibió auxilio y armas del Perú y soldados de Colombia para sostener su independencia, pero a cambio, agotó sus recursos pecuniarios y dio su contingente de tropas para libertar las provincias de Quito en cuatro campañas sucesivas. Los colombianos no figuran solos en la batalla del Pichincha que terminó la guerra. Atenidos a ellos solos no habrían podido librar esa memorable batalla, a la cual concurrieron dos batallones peruanos, un escuadrón argentino y un batallón de guayaquileños” (Dr. Aguirre Abad.- Bosquejo Histórico de la República del Ecuador, p. 198).
Ante la complejidad de esta situación y envuelto en su megalomanía -frustrada ante un pueblo que logró ser libre sin su participación y que por el contrario, le había abierto sus puertas para que pueda continuar sus campañas-, Bolívar se negó a aceptar la existencia de un estado soberano que pudiera ensombrecer su grandeza, y respaldado por una fuerza de 1.300 bayonetas que lo acompañaba, inventó un estado de caos republicano para justificar una resolución violenta que se produjo el 13 de julio cuando -de manera prepotente y abusiva- asumió el mando civil y militar de la provincia, se proclamó Jefe Supremo y a través de su secretario envió a la Junta de Gobierno un oficio en el que decía: “S. E. el Libertador de Colombia, para salvar al pueblo de Guayaquil de la espantosa anarquía en que se halla,
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