Guerra Civil Española
Enviado por ropeme95 • 30 de Mayo de 2013 • 2.535 Palabras (11 Páginas) • 350 Visitas
Causas de la Guerra Civil
18 de julio de 1936, un golpe minuciosamente preparado triunfa en diversos puntos de la España rural. Ante la resistencia mostrada en las principales ciudades por parte de las organizaciones obreras y sindicales, el golpe se convierte en guerra civil.
Del 18 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939 tiene lugar el desarrollo de las operaciones.
La influencia de los acontecimientos internacionales:
España no vivía al margen de los graves sucesos que estaban teniendo lugar en Europa y en el resto del mundo. La crisis económica de los años treinta, iniciada con el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929, inundó Europa – convaleciente aún de la pasada guerra- de paro y miseria. Las democracias occidentales se volvieron inestables y la II República española se convirtió en un ensayo democrático fallido en plena época de depresión mundial.
El ascenso de los sistemas totalitarios en Europa, comunismo estalinista, fascismo, nazismo... fue algo típico del periodo de entreguerras. En España apareció un movimiento de extrema derecha, la Falange Española, con una estética y una escenografía muy parecidas a las de los camisas negras de Mussolini. También surgió una izquierda revolucionaria que recordaba mucho a los “espartaquistas” alemanes y a los que asaltaban fincas en el “mezzogiorno” italiano, antes de la llegada de Hitler y del Duce respectivamente. Y como consecuencia de los radicalismos, también en España, los asustados propietarios tenían miedo de que una convulsión social pusiera en peligro su status social y económico, demandando “mano dura” que asegurara el orden: el miedo a la revolución como causa de la guerra.
La conspiración militar
No era una novedad en España que los cambios de gobierno se hicieran a golpe de pronunciamiento militar, más bien eso fue lo normal durante buena parte del siglo anterior, y de nuevo ahora tiene lugar una conspiración militar, en este caso contra el gobierno legítimo de la República, por parte de militares, católicos, monárquicos, tradicionalistas, acostumbrados por la historia pasada a dirimir con las armas que les ha dado la nación asuntos que son competencia de todos. La UME (Unión Militar Española) conspira contra el gobierno republicano porque lo considera rojo, ateo y desvertebrador de España. “España ha dejado de ser católica” Desafortunadas palabras de Azaña que no ayudaron en nada a evitar el desastre. De esta manera, militares como Sanjurjo, Mola, Queipo de Llano, Yagüe, Franco... van trazando planes para derrocar al gobierno del Frente Popular
Los intereses internacionales:
España se convierte en objetivo preferente y campo de pruebas de las ideologías totalitarias que estaban asentándose en parte de Europa: comunismo estalinista, por un lado, fascismo y nazismo, por el otro. En el solar español se ensaya el prólogo de la guerra general que luego tendrá lugar en el continente: tácticas de combate, armamento, apoyo logístico y económico (aviación alemana bombardeando Madrid y el norte industrial, tropas italianas en Guadalajara, armamento ruso...) Muchos consideran la Guerra Civil como el primer episodio de la Guerra Mundial.
Las fuerzas nacionales que se oponen a las reformas de la República:
Falangistas, monárquicos, tradicionalistas, Iglesia, terratenientes, grandes propietarios, en general todos los sectores perjudicados por dichas reformas. Durante el bienio reformista (1931/1933), el gobierno de Azaña acomete una serie de reformas necesarias para modernizar España: reforma militar (Ley Azaña), religiosa, educativa, social, agraria, territorial... Dando lugar a actuaciones novedosas, atrevidas y revolucionarias: sufragio universal con voto femenino, matrimonio civil, divorcio, posibilidad de realizar expropiaciones si se consideran necesarias para el interés nacional, etc. Todo ello proporcionará grandes e incondicionales enemigos a la joven República española.
Las ideas políticas de los españoles
Ante la escasez de clase media y la estructuración de la sociedad española en ricos y pobres, las ideas tendieron a polarizarse, a radicalizarse. Fueron muchos los compatriotas que simpatizaron o se afiliaron a corrientes revolucionarias (anarquistas, comunistas, socialistas...) o a movimientos de la extrema derecha (falangistas, monárquicos tradicionalistas...). La política de reformas propiciada por el primer gobierno de la República va a soliviantar a unos y va a radicalizar aún más a otros. La lentitud y el legalismo con que se aplican las medidas reformistas o se dejan de aplicar (bienio conservador –1933/1935-), provocan que muchos obreros y campesinos pierdan la paciencia y se lancen a tomar por la fuerza lo que creen que les pertenece por derecho: asaltos de fincas, brotes revolucionarios, quema de iglesias, etc. Como consecuencia de todo ello se crea un clima de crispación y violencia que nada ayuda a la estabilidad del sistema. Fruto de ese clima enrarecido de enfrentamientos fue el asesinato del Teniente Castillo, de la Guardia de Asalto, al parecer por unos pistoleros de Falange, lo que llevó a su vez al asesinato de Calvo Sotelo, líder de la oposición conservadora, por guardias compañeros del Teniente asesinado, motivo desencadenante de la Guerra Civil.
DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL
- La descomposición política tras el golpe y la represión
El golpe de Estado fue cuidadosamente planeado, entre otros militares, por los generales José Sanjurjo, Emilio Mola (el Director del alzamiento) y secundado por Francisco Franco, con el que contaban desde el principio, pero que no confirmó su participación hasta el asesinato de Calvo Sotelo. Los planes se establecieron ya en la primavera de 1936, y en la conspiración participaron mandos militares —la Unión Militar Española, antirrepublicana, y la Junta de Generales (cuyo coordinador era el mismo Mola), monárquicos, carlistas y otros sectores de la extrema derecha.
El general José Sanjurjo debería haber sido el futuro Jefe de Estado pero murió en accidente de aviación al trasladarse a España desde Portugal, donde estaba exiliado por su intento de golpe de Estado contra la República en Sevilla el 10 de agosto de 1932.
El golpe y el estallido de la guerra provocaron la destrucción de las estructuras estatales de la II República.
En el bando nacional el poder quedó en manos de un grupo de generales, que, siguiendo las propuestas de Mola, establecieron un estado autoritario y militarizado.
En el bando republicano el gobierno de la República perdió el control de la situación y el poder real quedó en manos de comités obreros organizados por partidos
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