Guerra Cristera

Se dio de 1926 a 1929, a raíz de que el presidente de México Plutarco Elías Calles formuló una ley que prohibía el culto religioso (católico).

No es ningún misterio que Calles odiaba el catolicismo. Se tiene casi la certeza de que él envió una bomba escondida dentro de un arreglo floral que se colocó frente a la imagen de la virgen de Guadalupe y que estalló sin provocarle ningún daño.

El artículo 130 daba la facultad a los gobiernos de imponer sus propias condiciones para permitir el culto (por ejemplo, que los sacerdotes fueran casados, que no fueran extranjeros, etc)

En 1926 los católicos crearon la Liga Nacional para la Defensa de las Libertades Religiosas, la cual fue ilegal y operaba en secreto. Sus métods consistían el boycotts y cosas por el estilo, manifestaciones pacíficas.

Calles lo tomó como un reto y formuló la "Ley Calles", en la que ordenaba cerrar todas las escuelas religiosas, expulsar a los sacerdotes extranjeros, etc. Los sacerdotes, a su vez, acordaron suspender el culto. El culto entonces se realizaba en secreto en casas particulares, con autorización del Papa de celebrar en cualquier lugar y sin ornamentos religiosos. Muchos sacerdotes fueron fusilados por causas injustas (por ejemplo, Miguel Agustín Pro, acusado falsamente de participar en un atentado contra Alvaro Obregón)

Los cristeros surgieron como un grupo militar formado por católicos laicos y religiosos como un grupo de resistencia.

Más tarde, al final del gobierno de Calles, un cristero llamado José de Leon Toral asesinó al presidente electo Alvaro Obregón. Después de ese suceso, el nuevo presidente comenzó a negociar con los cristeros, aún influenciado por Calles. La influencia de éste último terminó cuando Lázaro Cárdenas ocupó la presidencia.

El lema de los cristeros era el grito de "¡Viva Cristo Rey!"

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