Guerra De Reforma
Enviado por daya_123 • 21 de Abril de 2013 • 1.116 Palabras (5 Páginas) • 270 Visitas
1. Desarrollo político de la guerra de Reforma.
Preliminares.
Al iniciar Comonfort su gestión como presidente constitucional, el panorama que se le presentaba no era grato. El país debatíase en aguda crisis de difícil solución. La promul¬gación de la leyes reformistas, Juárez, Lerdo y Lafragua y principalmente la Constitución, representaban la causa de esos males.
Para los conservadores, la solución ideal era la desaparición de esas leyes y del nuevo código. Los liberales, que no pensaban así, no temían a ese respecto su pensamiento uni¬ficado. Un grupo, el de los exaltados, el de los "puros" -como los llamara el pueblo-, en el que militaban Santos Degollado, Epitacio Huerta, Guillermo Prieto, Juárez, Ocampo, Parrodi y otros, deseaba mantener a todo trance la vigencia de las nuevas leyes, pues esperaba a través de su aplicación la trans¬formación total del país. Los moderados, entre los que se contaba a Payno y Silíceo, alar¬mados ante las angustiosas perspectivas que su temor o sus intereses de clase preveían, deseaban la supresión de aquellas leyes. Un tercer grupo de hombres conciliadores, entre los cuales militaban el propio Comonfort y Manuel Doblado, no consideraba prudente volver atrás, mas tampoco seguir por un camino que, pensaba, llevaba de nuevo a la gue¬rra civil y a la anarquía; por tanto, aconsejaba que se hicieran, por las vías legales que la propia Constitución señalaba, las modifi¬caciones que reclamaban sus opositores.
La primera solución la encontró Comonfort impracticable, pues se daba cuenta de que, pese a la bondad intrínseca de las leyes, los obstáculos que le oponían y le seguirían oponiendo los afectados por ella conducirían al país a una nueva ola de revoluciones. La reacción que el espíritu antirreformista alcan¬zó a levantar hacía por el momento impracticable una serie de principios políticos y ju¬rídicos que garantizaran a la persona humana sus connaturales derechos y, sobre todo, im¬pedía la reforma de la estructura social y económica de la nación, reforma que detendrían con ríos de sangre y con todos sus recursos las clases afectadas.
El desconocimiento de los moderados, presionados por los reaccionarios, sugerían, no estaba de acuerdo con los principios y con¬ducta de Comonfort, el soldado de Ayutla, quien, entre todos los hombres de ese movi¬miento, era quien había desplegado más va¬lor, constancia, actividad y energía para alcanzar el triunfo. Por ello, la tercera vía, la señalada por Manuel Doblado, su íntimo ami¬go, fue la que le pareció más adecuada. Decidido por las reformas, en el mes de noviem¬bre de 1857 presentó en el Congreso iniciativas de reformas constitucionales que fueron aco¬gidas por el cuerpo legislativo para su estu¬dio. Sin embargo, el carácter de Comonfort no era firme, sino vacilante e indeciso, blan¬do a la sugestión en casos difíciles.
Melchor Ocampo lo pintó con la severi¬dad de sus juicios en las siguientes frases: "Hace más de un año que todos los que tu¬vimos necesidad de estudiar al actual presi¬dente, personaje que antes conocimos super¬ficialmente, pudimos ver su falta absoluta de carácter, grado de convicciones y más que mediana de instrucción. No me sorprende, pues, que el actual gobierno tenga miedo y siempre miedo a todos y de todo. ¿De dónde había de venirle el impulso interior si faltan convicciones, organización fisiológica y aun el instinto de las grandes cosas? Es triste, sin embargo, por más que esté
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