HISTORIA DE LA CREACIÓN DEL ESTADO DE HIDALGO.

RESEÑA HISTÓRICA DE LA CREACIÓN DEL ESTADO DE HIDALGO.

La erección del estado de Hidalgo es como se le denomina al proceso legislativo que resultó en la creación de la nueva entidad federativa de Hidalgo.

Antecedentes.

El territorio hoy hidalguense perteneció desde el siglo XVI a la provincia de México, la cual a partir de 1786 se convirtió en la intendencia del mismo nombre, y a partir de la constitución de 1824 formó el Estado de México. Pero en busca de mayor bienestar político, social y económico, a partir de la primera mitad del siglo XIX, los habitantes de estas tierras comenzaron a buscar su autonomía, las circunstancias históricas favorecieron la iniciativa y no sin esfuerzo, lograron su objetivo.

El primer intento de crear un entidad federativa en estas tierras se remonta a 1823, cuan Cristobal Andrade, representante de Huejutla, solicitó apoyo al Congreso Constituyente para formar una nueva provincia denominada “La Huasteca”, con diferentes poblaciones pertenecientes a Veracruz, San Luis Potosí, Tamaulipas y lo que actualmente es el norte de Hidalgo, sin embargo su petición fue rechazada.

Fue hasta 1855, cuando Manuel Fernando Soto, diputado por Tulancingo, retomara el viejo proyecto del Estado Huasteco, ahora con el nombre de Iturbide, que se formaría con los distritos de Tuxpan, Tampico, Tancahuitz, Huejutla y el sur de Tamaulipas. El proyecto de nuevo fue rechazado por las entidades afectadas, sin embargo el tema se discutió en el Congreso Constituyente pero no logró su aprobación.

Intentos de erección del estado de Hidalgo.

Primer intento.

El 13 de Noviembre de 1861, terminada la Guerra de Reforma, habitantes de los distritos de Tula, Huejutla, Teotihuacán y Texcoco, iniciaron a través de los diputados Alejandro Garrido, Justino Fernández y José Luis Revilla las gestiones para erigir un nuevo estado con el nombre de Hidalgo, las razones que se dijeron fueron el abandono que sufrían las poblaciones del norte del Estado por parte de la administración gubernamental de Toluca, además, que los caminos estaban a merced de rebeldes y salteadores, y que los impuestos que se recolectaran en estas poblaciones pudieran aplicarse para el beneficio de estos lugares.

Los trámites tuvieron que interrumpirse a causa de la Intervención Francesa en México. Así el 7 de junio de 1862, casi un mes después de que las fuerzas francesa fueran rechazadas por el general Ignacio Zaragoza en Puebla, el presidente Benito Juárez, dio un decreto que dividía en tres distritos militares el Estado de México. La razón, se dijo, era que en dicho Estado había “venido a radicarse la guerra civil”. El primer distrito tenía como capital Toluca y comprendía, a grandes rasgos, lo que actualmente es el Estado de México; el tercero tenía como capital Cuernavaca y agrupaba los municipios que después se convirtieron en el Estado de Morelos. El segundo distrito militar tenía como capital Actopan y su territorio comprendía, aproximadamente, lo que hoy es el Estado de Hidalgo.

La estructura de los Distritos operó hasta 1865, cuando el emperador Maximiliano de Habsburgo decretó una nueva organización territorial, se establecieron 50 departamentos, dos de ellos estaban ubicados en dicha propuesta, Tula y Tulancingo.

Segundo intento.

Una vez derrotados los imperialistas y restaurada la República, los tres distritos militares dentro del Estado de México fueron reunificados, por lo que los diputados pro hidalguenses comenzaron a laborar un documentado expediente donde exponían el proyecto del Estado de Hidalgo con gran claridad y firmeza, además se sumaron muchos mas municipios a este proyecto. Exponían que durante 5 años que duraron los distritos militares se había demostrado que eran capaces de gobernarse de manera autónoma, habían adaptado la legislación a exigencias locales, atendiendo al administración la seguridad pública, e incluso habían hecho frente a la situación de la guerra.

Además argumentaron, en apoyo a su propuesta que las poblaciones que pretenden formar el nuevo Estado, una son agrícolas otras mineras y otras dedicadas al comercio, su centro natural viene a ser Pachuca, donde convergen los productos de Tulancingo, Ixmiquilpan y Tula, quienes a su vez reciben de este centro minero “la plata, que fertiliza los campos y da vigor a la industria”.

Para la creación de un nuevo Estado, a constitución de 1857 establecía cuatro requisitos:

1. Que tal petición fuera solicitada mínimo por 80 mil habitantes.
2. Que se justificara plenamente que ese nuevo Estado tuviera los elementos necesario para su existencia política.
3. Tener el visto bueno de las legislaturas a cuyo territorio afectara la decisión.
4. Que la creación fuera ratificada por la mayoría de las legislaturas de los Estados de la República.

La creación del Estado de Hidalgo.

La mayor parte de los requisitos constitucionales se estaba cumpliendo, sin embargo, aun existía una resistencia de legisladores que no veían con buenos ojos la segregación de una parte del territorio mexiquense, sin embargo sus argumentos fueron rebatidos por los diputados separatistas.

Los trámites se habían completado, faltaba la ratificación de las legislaturas de los Estados. Entre julio y noviembre de 1868, el Congreso recibió 15 ratificaciones de otras tantas legislaturas estatales favorables a la causa hidalguense, solo faltaba una para obtener mayoría. El 4 de diciembre se recibió la ratificación de la legislatura de Zacatecas, con la cual se llegó al siguiente acuerdo:

“Ya se puede proceder a decretar la erección del Estado de Hidalgo”.

La nueva entidad federativa quedó conformada por once distritos, estos eran: Actopan, Apan, Huascazaloya, Huejutla, Huichapan, Pachuca, Tula, Tulancingo, Ixqmiquilpan, Zacualtipán y Zimapán. Cada distrito agrupaba un número variable de municipios.

Ya erigido el Estado quedaba por resolver cuál sería el lugar de residencia de los poderes de la nueva entidad. Al crearse el 2º distrito militar su capital fue Actopan, sin embargo, las características de un gobierno estatal dividido en tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, hacían necesarios distintos edificios para las oficinas de cada uno de ellos. Actopan no contaba con los locales adecuados por lo que surgió el interés de que fuese Tulancingo la sede capitalina, pero los diputados hidalguenses desistieron de esa idea pues esta ciudad había sido seleccionada como sede del obispado, y esta institución había brindado ayuda al emperador Maximiliano durante la intervención francesa. Al final el Congreso designó a Pachuca como la nueva capital, al ser punto de encuentro natural de todas las regiones comerciales y geográficas del nuevo estado.

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