HISTORIA PUERTO VALLARTA
Enviado por Miche.Lugardo • 8 de Marzo de 2015 • 3.880 Palabras (16 Páginas) • 366 Visitas
HISTORIA DE PUERTO VALLARTA
La historia de nuestra querida Puerto Vallarta es bastante interesante, con altos y bajos, con suerte y con desventuras, pero todo nos llevó a ser lo que somos ahora, una ciudad con alma de pueblo y habitantes cálidos y sinceros.
INICIOS
Durante la primera parte del siglo XIX, la boca del Río de Cuale estaba habitada principalmente por cocodrilos, no había prácticamente ningún morador humano.
Entre la sierra escabrosa, el océano y el poderoso Río de Ameca, este bello pedazo de geografía mexicana permaneció aislado del resto del mundo.
Los focos de actividad económica estaban en las montañas, en los pueblos de Cuale, San Sebastián y Mascota, dónde abundaban las minas de plata.
Hoy, los visitantes pueden disfrutar una vista impresionante desde cualquiera de las colinas que rodean la ciudad. Puerto Vallarta se localiza en la Costa del Pacífico, en una de las más grandes bahías del mundo (miembro del club "Las Bahías más Bonitas en el Mundo"
La Bahía de Banderas mide 42 kilómetros de norte a sur. El límite norte de la bahía está en Punta Mita que es el fin de las montañas de la Sierra de Vallejo, y al sur, la bahía termina en Cabo Corrientes, parte de las colinas de la cordillera Sierra de Cuale.
La bahía ha sido conocida desde el siglo XVI cuando los soldados españoles, durante las expediciones hacia Baja California (o isla de perlas, como ellos lo llamaron), llegaron a sus playas para conseguir agua, leña y comida fresca para sus naves. Hay muchas crónicas de ese tiempo que mencionan la belleza del litoral, la fertilidad de la tierra y la seguridad de los puertos que la bahía ofrecía a sus naves.
Durante el siglo XVI, era una necesidad vital tener puertos seguros a lo largo de la Costa del Pacífico para las naves que volvían de las Filipinas como refugio en caso de ataques de piratas.
También eran necesarios durante los largos viajes, y en viajes desde y hacia Oriente para que las naves pudieran ser reparadas si fuese necesario y las tripulaciones pudieran tomar provisiones. Uno de los primeros en proponer el establecimiento en la Bahía de Banderas fue el Capitán Pedro de Unamuno después del viaje que hizo a Filipinas en 1587.
Los navegantes famosos, como Sebastián Vizcaino, López de Vicuña y Gonzalo de Francis, más de una vez llegaron a estas playas y también propusieron el establecimiento de una colonia, pero sus peticiones nunca recibieron atención.
Se sabe que se construyó un astillero en la bahía en 1644 (probablemente donde hoy se localiza Mismaloya) y se construyeron dos naves para Bernardo Bernal de Pinadero que se usarían en la colonización de Baja California.
En documentos y en registros de barcos que datan del siglo XVIII, se hacen constantes referencias sobre buques balleneros y pesqueros que atracaron en la bahía. En ese tiempo, la Bahía de Banderas también era conocida como la Bahía del Jorobado debido al el número de ballenas jorobadas (yubartas) que se veían en ella.
En el siglo XIX, el sitio que es hoy Puerto Vallarta se usó para la carga y descarga de suministros y materiales para las compañías mineras que trabajaron las minas de Cuale y San Sebastián. En ese momento el sitio se conocía como Las Peñas.
En 1851, Don Guadalupe Sánchez Torres, originario de Cihuatlán, Jalisco, empezó a hacer entregas regulares de sal a Las Peñas, ya que las minas requerían grandes cantidades para refinar la plata. Don Guadalupe realizaba estos viajes en su pequeño barco, desde San Blas o desde las Islas Marías.
Él y sus hombres armaron una pequeña construcción con troncos de árboles y palmas para tener un sitio dónde descansar y resguardarse del sol mientras la venta se cargaba sobre burros para el transporte hasta las minas.
A fines de 1851, Don Guadalupe decidió traer a su familia a Las Peñas de Santa María de Guadalupe, porque llegó temprano en la mañana del 12 de diciembre, la fiesta de Nuestra Señora Virgen de Guadalupe. Con la llegada de ésta y otras familias, poco a poco el pueblo creció, al igual que su economía. Algunas familias traían sal y otras empezaron a dedicarse a la agricultura o al ganado.
Para 1880, Puerto Las Peñas tenía una población de 1,500 habitantes y más familias llegaban a establecerse en el puerto. Cinco años después, el 14 de julio de 1885, el puerto se abrió al tráfico marítimo nacional, utilizando oficialmente el nombre de Las Peñas.
Ese mismo año se estableció una Oficina de Aduana Marítima y al año siguiente el pueblo se declaró oficialmente un lugar político y judicial cuando el Congreso del Estado aprobó el decreto No. 210.
Durante la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX, Las Peñas progresó gradualmente gracias a los esfuerzos combinados de sus habitantes y al entusiasmo de Don Guadalupe.
Sin embargo, todo esto cambió con el descubrimiento de plata en Estados Unidos de América, lo cual derrumbó el precio del metal y la vieja prosperidad se volvió aflicción. Los mineros de los municipios de la montaña dejaron su recientemente adquirido comercio para volver a la agricultura. Ellos escogieron el fecundo Valle de Ameca, tan rico que producía tres cosechas de maíz en un año. En marzo de 1914, fue inaugurada la primera oficina de correo y en septiembre del mismo año se instaló un telégrafo.
EL NUEVO NOMBRE: PUERTO VALLARTA
En 1918, por el decreto No. 1889 del Congreso, se le concedió a Las Peñas el título de municipalidad, así como un nuevo nombre: Puerto Vallarta, en memoria del abogado ilustre y Gobernador de Jalisco, Don Ignacio L. Vallarta.
En 1925, cuando la Compañía de Fruta Montgomery compró aproximadamente 70,000 de los acres cercanos a Ixtapa, Vallarta empezó a florecer debido al exceso de trabajos disponible en las plantaciones de plátanos recientemente abiertas. Se construyó una vía férrea para transportar los plátanos de Ixtapa al estuario El Salado, donde se cargaban los barcos que los llevaban a Estados Unidos de América.
Esta operación acabó en 1935 cuando la Compañía de Fruta Montgomery tuvo que dejar México debido a una nueva ley agraria que acababa de entrar en efecto. Otros productos que eran cultivados en el área como el maíz, los frijoles, tabaco y pequeños cocos usados para obtener su aceite, fueron enviados al interior para ser vendidos en el mercado nacional.
Alrededor de 1930, turistas nacionales y extranjeros empezaron a venir al pueblo y regresaban año tras año; pasaban sus vacaciones disfrutando la tranquilidad y la gran belleza natural del puerto. Poco a poco, se corrió la voz y cada año llegaban más turistas.
Durante algunos años una nueva fuente de riqueza se encontró en
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