Helvetius
Enviado por sam96 • 17 de Febrero de 2013 • 583 Palabras (3 Páginas) • 335 Visitas
Descendía de una familia de médicos y su nombre original era Schweitzer, latinizado como Helvétius. Su abuelo introdujo el uso medicinal de laipecacuana; su padre fue primer médico de la reina María Leszczynska de Francia. Estudió con los jesuitas y fue preparado para una carrera financiera, pero ocupaba el tiempo haciendo versos; pasados los veinte era ya fermier général; a los treinta y tres años (1751) ocupó un puesto muy bien retribuido como maître d'hôtel de la reina (100.000 coronas al año); leyó el Ensayo sobre el intelecto humano de John Locke con entusiasmo y adoptó teorías muy parecidas a las de Condillac; según Helvecio, todas las ideas tienen su origen en sensaciones y estas son simplemente afecciones de los sentidos; pero Helvecio insiste en algo que le interesa más: su sensacionismo es sólo un punto de partida para una doctrina ética ypolítica; quería aplicar el empirismo de Locke al campo moral y social. Participó además en la Enciclopedia de Denis Diderot y D'Alembert.
Como presupuesto general afirma el valor supremo del interés, que puede ser definido como un impulso hacia la obtención del placer y la eliminación del dolor y que procura los placeres más grandes y elevados, es decir la mayor felicidad. Este interés es en el individuo tan fuerte que sin él no puede entenderse ninguno de sus actos, y no es algo espiritual, sino que en tanto que viene de los sentidos, es algo externo.
Para Helvétius, los hombres buscan, por necesidad, la satisfacción de sus propios intereses egoístas. Bueno es entonces lo que supone útil para satisfacerlos; empero, existe el problema de equilibrar los distintos intereses personales con el interés general, muchas veces enfrentados por legislaciones defectuosas. Se trata entonces de lograr el mayor bien del mayor número. Esto se consigue con leyes apropiadas, ya que Helvétius sostiene que «los vicios de un pueblo están siempre escondidos en el fondo de su legislación». Es lícito y preciso controlar y educar este interés individual, en tanto que es algo externo, en beneficio de otro tipo de interés, el interés general.
Determinar lo bueno para todos y cada uno corresponde al legislador, a cuyo cargo está, en consecuencia, establecer la moralidad o inmoralidad de los intereses y de las acciones. En otras palabras, su tarea consiste en obligar a cada hombre, utilizando el sentimiento de amor a sí mismo, esto es, su egoísmo, a ser justo con los demás para lograr el perfecto equilibrio-social. Esto se logra sobre todo con leyes capaces de hacer felices a los ciudadanos procurándoles el mayor número posible de placeres compatibles con el bien público. Por eso es considerado uno de los precursores de una de las tendencias que influirá decididamente no sólo en el pensamiento jurídico-político de ese momento, sino en concepciones posteriores como el utilitarismo.
Sus principales obras son De l'Esprit (Sobre
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