Historia De La Medicina
Enviado por cesativan • 14 de Enero de 2013 • 3.296 Palabras (14 Páginas) • 357 Visitas
La civilización egipcia fue una de las mas avanzadas de su tiempo. Tuvo una duración muy larga y nos ha dejado gran cantidad de restos que permiten hacernos una idea aproximada de hasta donde llegó. El estudio de la medicina en esta cultura comprende como mínimo un periodo de tres milenios. A pesar de tratarse de un periodo prolongado podemos ver en él una cierta unidad, principalmente por tres factores.
El primero es que existe de hecho una cantidad de información bastante reducida, que se limita por lo general a los grandes aspectos. El segundo es la gran distancia en el tiempo, que contribuye a uniformar el enfoque. Finalmente, el hecho más importante es que, a pesar de todo, los cambios que se suceden en tres milenios, en una franja geográfica pequeña, El valle del Nilo, son mucho menos acusados que los que han ocurrido, por ejemplo, en la medicina del último siglo.
Así pues, el periodo que va desde la primera dinastía histórica hasta la conquista de Egipto por los romanos permite un enfoque hasta cierto punto unitario. Algunos aspectos son muy visibles y su conocimiento ha tenido mayor difusión, así desde las técnicas de conservación de cadáveres al análisis de los papiros. Otros son mas complejos y la información nos falla en muchos puntos. A pesar de ello, con los datos que tenemos, podemos trazar un panorama relativamente válido.
Las enfermedades
La información que nos ha llegado sobre las enfermedades en el Egipto antiguo es relativamente abundante, aunque incompleta para darnos una idea cabal de la patología de hace entre dos y cinco milenios. Hay mas detalles que visión sistemática. La extraordinaria conservación de algunas momias ha permitido, en los últimos tiempos, hacer diagnósticos retrospectivos de gran precisión, pero una gran parte de los datos se han perdido. Quizá pueda extrañarnos la gran incidencia de afecciones parasitarias. La bilharziasis o equistosomiasis, que todavía es una plaga de nuestro siglo, se halla abundantemente representada en los restos de muchos cadáveres.
Entre las enfermedades infecciosas que han dejado una huella clara destaca la tuberculosis. En algún lugar la alta presencia de estas lesiones en los cadáveres que se han conservado llevó incluso a pensar que se trataría de enterramientos de un sanatorio. El hallazgo de depósitos pulmonares de polvo de piedra, la silicosis, no es infrecuente, lo que indica ya la existencia de una patología de origen laboral antigua. También son abundantes las descripciones de lesiones traumáticas de tipo y localización muy diversos: heridas, luxaciones y algunas fracturas.
La medicina griega contribuye de manera importante a una coherente imagen científica del mundo. En ella crecen dos ramas, una empírica y otra filosófica, que han persistido desde entonces. La medicina griega, como la matemática, continúa ininterrumpidamente la de las antiguas civilizaciones. Los médicos griegos parece que han pertenecido a los asclépidas, o clan de Asclepio, dios de la medicina, uno de los clanes o gremios de trabajo. En el juramento hipocrático tenemos una reliquia bien conservada de una ceremonia de adopción del clan por la que se contraían determinadas obligaciones respecto de los demás miembros y sus familias, aún observadas hoy. Así, en una cláusula se dice:
«Impartiré por precepto, por la lectura y por cualquier otro medio de enseñanza, y no sólo a mis propios hijos, sino también a los hijos de quienes me han enseñado y a los discípulos obligados por el pacto y el juramento según la ley de los físicos, pero a ningún otro.»
En Grecia, como en las antiguas civilizaciones, el médico tenía algo de aristócrata y trataba principalmente a la gente poderosa. El tratamiento de las personas corrientes quedaba en manos de viejas y charlatanes que empleaban los tradicionales remedios mágicos.
El primer impulso de la medicina griega va asociado a la casi legendaria figura del físico Hipócrates de Cos. El llamado cuerpo hipocrático es una masa de tratados médicos escritos seguramente entre los años 450 a 350 a. C., y su tono es decididamente clínico. Se piensa que la medicina es el arte -techné- de curar a los enfermos. El más conocido aforismo de Hipócrates tenía por objeto advertir a los médicos que no debían alimentar a los pacientes cuando éstos tenían fiebre. Al respecto, en uno de los textos que se le atribuyen, podemos leer:
«La vida es corta y el arte largo; la ocasión, fugaz, el experimento, peligroso y el juicio, difícil. Así, no sólo debemos estar preparados para cumplir con nuestro deber, sino que también deben cooperar el paciente, los ayudantes y las circunstancias externas.»
Cada caso se considera en atención a sus características propias, pero la opinión sobre él se basa en la observación de casos parecidos. En esto sigue la tradición de los médicos egipcios. No menciona las causas o curas de la enfermedad de tipo mágico o religioso, e Hipócrates va mucho más lejos renunciando explícitamente a estas causas. Así, en el pasaje sobre la enfermedad «sagrada», la epilepsia, leemos:
«Me parece que la llamada enfermedad sagrada no es más divina que cualquier otra. Tiene una causa natural, al igual que las restantes enfermedades. Los hombres creen que es divina precisamente porque no la conocen... En la Naturaleza todas las cosas son iguales en que pueden reducirse a las causas precedentes.»
Medicina en roma
Al hablar de la medicina en Roma, nuestro punto de interés se va a fijar, irremediablemente en el ejército, ya que el Imperio entendía como vital que las tropas estuvieran tan sanas y saludables como fuera posible. De ahí que los enormes esfuerzos llevados a cabo por Roma para asegurar la salubridad de sus ejércitos hiciera que los medicus (oficial médico de las unidades de combate romanas) fueran reconocidos como unos personajes de un status superior dentro de la escala social militar.
Podemos afirmar, de hecho, que el progreso de la Medicina en Roma no empieza hasta que no se asienta la nueva organización militar. Antes de esto, como hemos visto en épocas anteriores, los romanos creían profundamente en las supersticiones, conjuros y rituales para librar al Imperio de enfermedades y pestes.
Tal fue la importancia que se le dio al profesional sanitario en Roma, que concedió a los médicos títulos de dignidad, tierras y pagas especiales a su jubilación. Una de las innovaciones más importantes fue la creación de la Enseñanza Reglamentada de la medicina que hizo que en el siglo II tanto los médicos militares como los civiles debían pasar por la Escuela de Medicina.
Las actividades quirúrgicas eran atendidas por verdaderos especialistas, el material incluiría ya los fórceps, escalpelos, catéteres y extractores de flechas amén
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