Historia De Morelos
Enviado por CARLOS_789 • 10 de Julio de 2014 • 2.791 Palabras (12 Páginas) • 238 Visitas
El inicio de la Revolución Mexicana y el Zapatismo
El siglo XX inició con la idea de la revolución, Francisco I. Madero pensaba en que la política sería la solución a los problemas de México. Sin embargo, otros hombres, entre ellos Emiliano Zapata, creían que la solución se encontraría en una distribución justa de la tierra.
Al principio Zapata, Pablo Torres Burgos, Gabriel Tepepa y Ambrosio Figueroa se unieron en el sur al movimiento revolucionario. Poco a poco emergió la figura de Zapata como el líder indiscutible del movimiento y sus acciones fueron claves, en especial la toma de Cuautla, el 19 de mayo de 1911, que fue uno de los golpes mortales al porfiriato.
La división entre Zapata y Madero
Parecía que México entraría rápidamente en la paz y el progreso, sin embargo, los Tratados de Ciudad Juárez, fueron un grave error, que provocó que se instalara en el poder el Neoporfirismo, encabezado por Francisco León de la Barra, quien no escatimó recursos para enfrentar a Zapata con Madero. Envió a Morelos a Victoriano Huerta, quien junto con Juvencio Robles fueron implacables con los pueblos.
El Apóstol de la democracia llegó a la presidencia por el voto mayoritario del pueblo a finales de 1911. Sin embargo, la división con las fuerzas surianas se agravó tanto, que Emiliano decidió desconocer su gobierno y lanzar el plan de Ayala del 25 de noviembre de 1911. Desde entonces Zapata se propuso defender sus ideas hasta vencer o morir. Al principio se reconoció como jefe del movimiento a Pascual Orozco, que había jugado un papel clave en la caída del antiguo régimen. Por la decena trágica, Huerta ascendió la poder, matando a Francisco I Madero. Zapata se mantuvo firme a su proyecto y no aceptó aliarse con el nuevo gobierno.
El clímax del zapatismo
Después se decidió que Zapata siguiera dirigiendo el movimiento sureño, que se enriqueció con las ideas anarquistas de personajes como Antonio Díaz Soto y Gama. Huerta cayó por el avance de los Constitucionalistas y dejó en la presidencia a Francisco S. Carvajal, pero el embate revolucionario era imparable y se firmaron los tratados de Teoloyucan, el 13 de agosto de 1914.
Venustiano Carranza convocó a una convención, que produjo la escisión definitiva entre los revolucionarios. El momento cúspide del zapatismo se dio durante la guerra de facciones. Francisco Villa y Emiliano Zapata, los dos líderes más apreciados por el pueblo aceptaban el pacto de Xochimilco en diciembre de 1914, para enfrentarse a los constitucionalistas de Venustiano Carranza. Sin embargo, una lección no aprendida provocó la derrota de los convencionistas, la falta de unión real en el aspecto militar y el que Villa hubiera enfrentado a Obregón en Celaya, canceló definitivamente la oportunidad de un proyecto alternativo popular. Las ideas zapatovillistas se quedaron plasmadas en el Programa de las Reformas políticas sociales de la revolución promulgado en Jojutla, el 18 de abril de 1916, que servirían de la base a la Constitución de 1917.
El fin del zapatismo
Desde 1916 Zapata vio mermada sus fuerzas, su movimiento tuvo que seguir la guerra de guerrillas, hasta que fue traicionado por Jesús Guajardo, quien fingió unirse a su causa. El 10 de abril de 1919 al entrar a la hacienda de Chinameca fue asesinado el general Zapata, el autor intelectual había sido Venustiano Carranza.
Zapata sigue vivo en los corazones de los campesinos e indígenas del país, porque quiso rescatar el México profundo, que sigue esperando resurgir como proyecto de nación.
PLAN DEL ORO Y TLALPUJAHUA EN ADHESIÓN AL PLAN DE SAN LUIS.
Aprox. Febrero 1911
Los que suscribimos reunidos en un lugar determinado por citación del Señor Doctor Manuel Méndez y del Señor Don Agapito Silva, hemos acordado lo siguiente:
Considerando:
Que la permanencia del Señor General Díaz en el poder, es un amago constante para las libertades públicas puesto que con el mayor escándalo y sin el respeto que merecen las sociedades, bajo su gobierno tiránico, se han conculcado los más sagrados derechos del hombre:
Que nosotros los mexicanos, tan celosos de nuestra libertad, nos hayamos en peligro inminente de seguir siendo subyugados por la fuerza bruta de un poder absoluto ejercido por los hombres á que deplorablemente están encargados de puestos públicos.
Que bien distante de corresponder á tan honrosos cargos, solo han venido á oprimir y á vejar a los pueblos sin consideración alguna á la miseria general:
Que el tenebroso y fatídico caciquismo, solo ha servido para hollar las garantías individuales que aún en los países menos civilizados se respetan, y para enriquecerse con el sudor del pobre pueblo sufrido y obediente:
Que el plan proclamado por el Señor General Díaz en Tuxtepec y reformado en Palo Blanco ha sido falseado, siendo una burla sangrienta pa los mexicanos.
Que faltando solemnemente á sus ofrecimientos en ese mismo plan, tales como el sufragio libre-no reelección- y habiendo falseado este principio por su reelección en muchas veces consecutivas, durando en el poder más de treinta años, y considerando que en este periodo de tiempos jamás ha concedido nada al pueblo mexicano pues ha sido todo lo contrario, considerándonos como extraños en nuestra misma Patria, y á los Extranjeros dándoles todas las garantías tanto en sus personas como en sus intereses.
Considerando también, que si continúan en el poder los fatídicos científicos que han sembrado odios inplacables, la miseria y la desolación, volverá á adueñarse del poder para seguir cometiendo toda clase de infamias y atropellos á todos los ciudadanos honrados, y con más razon á sus generosos amigos; hemos resuelto definitivamente tomas las armas, guiados únicamente por un puro patriotismo para derrocar al gobierno del General Díaz, enarbolando la misma bandera que enarbola el Ejército Libertador á orillas del Río Bravo, frente á Ciudad Juarez, bajo el mando del nunca bien poderado Patriota Señor Francisco I. Madero, Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos.
Este levantamiento en armas será bajo las siguientes bases.
1a.- El Señor Doctor Manuel Méndez confiere el mando de las fuerzas al Señor Don Agapito Silva para que opere en la forma que él crea conveniente.
2a.- Sólo se atacarán los edificios públicos en caso de necesidad para hacerse de recursos y pagar al Ejército.
3a.- Tanto las personas como
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