Historia De México
Enviado por Puerxco • 12 de Junio de 2014 • 9.315 Palabras (38 Páginas) • 308 Visitas
¿Por qué si en 1808 se habían sentado las bases estructurales económicas, políticas y sociales para que México se convirtiera en una potencia mundial capitalista, en sólo once años se convirtió en todo lo contrario?
Este ensayo pretende dar contestación a esa pregunta partiendo del supuesto de que en alguna parte de la historia se cometió un error que habría de transformar toda la estructura económica, política y social, de tal forma que todavía el país se encuentre arrastrando una gran cantidad de herencias coloniales. Obviamente, si en 1821 el país se encontraba en condiciones desastrosas en todos los aspectos, con una enorme diferencia a once años atrás en que toda la economía mundial dependía de éste, la respuesta se encuentra en ese pequeño periodo, "la guerra de Independencia".
Para realizar esta investigación se recurrió al método de la sociología comprensiva de Max Weber, basada en un tipo ideal que fuese capaz de ser aplicado al proceso social durante ese período, y descubrir el por qué no existió una racionalidad capitalista entre la época colonial y el México independiente. En este caso se utilizaron como tipos ideales; la Revolución Francesa que, sin hacer un estudio comparativo en este ensayo, me ayudó a entender el papel tan importante que desempeñó la burguesía en el caso francés. El segundo tipo ideal, y el más importante, es el proceso de acumulación originaria de capital, entendido como "...el período histórico de separación entre los medios de producción y el productor directo con la consecuente liberación de la fuerza de trabajo", que ha sido secreto último de las grandes potencias mundiales capitalistas. Así mismo el valor metodológico que tiene para comprender la transformación de la fórmula Mercancía-Dinero-Mercancía en Dinero-Mercancía-D’Plusvalía y la consecuente comprensión de la transformación del capitalismo mercantil en capitalismo-propiamente-dicho. Todo esto, porque sabemos perfectamente que la implantación del capitalismo en cualquier país es obra única y exclusivamente de su burguesía. Ya mercantil, ya capitalista. Si bien la Corona Española mantuvo su poderío económico durante trescientos años, se debió a la burguesía novohispana: españoles y criollos, y sin embargo durante la guerra de independencia se notó una clara ausencia de ésta en la lucha armada, creando un gran vació de clase durante los años de vida independiente del país. De ahí que el capitalismo mexicano fuese implantado por el Estado y no por una burguesía nacional.
En este ensayo expongo los antecedentes causales que precedieron al movimiento armado y que son las reformas borbónicas y la situación política en España; así como el movimiento armado de 1810, que trastocó la racionalidad del proceso histórico del capitalismo en México.
El proceso de acumulación originaria de capital en México debió diferir teóricamente de los demás países del resto del mundo capitalista en sentido inverso, es decir, no se podían confiscar los bienes raíces de la Iglesia Católica por ser ésta la principal proveedora de capitales líquidos para la agricultura grande, mediana y pequeña. Pero principalmente para los constantes déficits financieros de la minería, que producía en constantes crisis económicas. De tal manera, este proceso originario de capital debió presentarse en una primera instancia como consumación de la conquista, con el despojo masivo de las propiedades indígenas comunales y la consecuente liberación de la mano de obra que presionaría en nuevos métodos de absorción de ésta, tanto en las haciendas como en los obrajes y, en una segunda instancia, como el despojo de sus propiedades a la Corona Española.
Esto obviamente sólo podía lograrlo la clase dominante, la punta de la pirámide social, españoles y criollos. Para que así la clase burguesa novohispana madurara como clase ca-pi-ta-lis-ta que, al despojar a la corona española de sus propiedades, transformara las relaciones de propiedad concesionada a relaciones de propiedad privada de la tierra, consolidándose como burguesía na-cio-nal; y, finalmente, despojando al clero de sus propiedades raíces y consolidarse como clase hegemónica. En este aspecto podemos decir que el proceso de acumulación originaria de capital sería de la misma manera el proceso histórico de la transformación de una burguesía dependiente (a través del monopolio de los comerciantes de Sevilla y Cádiz y el consulado de México), en una burguesía hegemónica na-cio-nal capaz de llevar la carga política y militar suficiente para su consolidación y autonomía, es decir, para que el país pagara el precio de sangre necesario en el momento histórico oportuno. Sin embargo, a pesar de que se dieron las circunstancias históricas convenientes, tales como la real cédula sobre enajenación y bienes raíces, cobro de capitales de capellanías y obras pías para la consolidación de vales reales aplicada por José de Gálvez en 1804, y la "intervención" francesa en España en 1808, las fuerzas motrices actuarían en sentido contrario.
Para 1600 habían desaparecido en la Nueva España los dos principales parásitos de la economía Novohispana: el conquistador y el encomendero. De 1640 a 1740 se consolida el monopolio comercial y, al mismo tiempo, entran en crisis la metrópoli y sus colonias; nace la hacienda y el peonaje; se naturaliza la compra de cargos públicos y se difunde la concepción nacionalista de los mismos; se establece el predominio político y económico de las principales instituciones coloniales: iglesia, comerciantes y hacendados; se consolida el dominio de una minoría blanca europea sobre las demás castas sociales.
En 1550 se da el desarrollo a gran escala de la minería, con la explotación de riquísimas minas del norte: Zacatecas, Real del monte, Pachuca y Guanajuato. Junto a estos centros mineros se establecieron también los congregados Jesuita y Franciscano, fundaron misiones que se esforzaron por cohesionar a los indios desarrollando nuevas unidades económicas de autoconsumo combinando cultivos indígenas con técnicas y productos españoles. En el siglo XVII Zacatecas experimentó su primer auge y su primera decadencia, esta última provocada por las exigencias de la Corona, que primero redujo el abasto de mercurio y luego, en 1634, obligó a los mineros a pagar deudas atrasadas, reduciendo de esta manera la inversión directa en la explotación de las minas; ante esta situación, los mineros se vieron obligados a buscar capital dentro de la propia colonia; éste lo encontraron en los comerciantes de la ciudad de México y en la corporación eclesiástica, que eran los únicos que poseían capital líquido, convirtiendo a ambas corporaciones en socios naturales de los mineros y, más tarde, en propietarios de minas, independizándose
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