Historia Del Uruguay Del 900 - Análisis De Los Principales Aportes De Figari En La Educación Uruguaya
Enviado por angie72 • 27 de Noviembre de 2012 • 9.599 Palabras (39 Páginas) • 1.060 Visitas
“Olvida todo por su Escuela: su casa no existe más que
para los ineludibles menesteres del comer y del dormir diarios.
Transfiere su hogar espiritual a los viejos muros. Renueva los
talleres rigurosos –más de cárcel que de escuela– abriéndolos
al sol (...) Sustituye el nombre Escuela de Artes y Oficios por el
de Escuela Industrial. Cambia aspecto, personal, mobiliario.
Convulsiona. Aparta a los maestros rutinarios y transforma
las clases estériles en talleres vivos, como colmenas.”
Carlos A. Herrera Mac Lean, 1943
PREFACIO
Los uruguayos de a pie solemos relacionar el nombre de Pedro Figari con la plástica, con cuadros coloridos, en especial aquellos en los que el candombe y las costumbres de la gente de raza negra se ponen de manifiesto a través de cimbreantes figuras que parecen moverse dentro del cuadro. Es que ya desde la escuela, nos acercamos a los grandes pintores compatriotas, sea porque las maestras nos llevan a visitar museos, sea porque en las revistas escolares se imprimen láminas que acercan su obra a los ojos niños.
Y aunque luego nos enteremos que no sólo candombes pintó Figari, es a través de ese motivo que se nos hace presente, y, aún más, se reafirma cuando escuchando música uruguaya, alguien canta:
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Rompen las lonjas, rompen, parche y madera, madera
Dale a las lonjas moreno
Que resuenen los candombes por Figari una vez más
Ay, querido amigo Figari, pintor de la tierra mía
Hoy me embarga la emoción y se aumenta la poesía
La música y la pintura andan por la misma vía
Usted pinta la emoción, yo versos con harmonía
Querido amigo Figari pintor de la tierra mía.
Ruben Rada - letra y música. “Candombe para Figari”
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Pero posiblemente muchos menos seamos los uruguayos que alguna vez leímos algún cuento firmado por don Pedro, cuentos que también redondean la faceta artística de este creador cuya obra, tanto pictórica como literaria se desarrolló casi en su totalidad entre sus sesenta y setenta años de edad. Porque es a partir de 1921 en Bs. As y desde 1925 en París, que Pedro Figari pinta sus miles de cartones evocativos, mantiene correspondencia con diarios y revistas americanos, escribe varias obras de teatro que nunca se representarán, compone poemas que publica en “El Arquitecto” (1928), edita una utopía humorística titulada “Historia kiria” (1930), prepara las versiones francesas de su tratado de estética:” Arte, estética, ideal” y escribe una serie de cuentos muy pocos de los cuales fueron publicados en su momento.
“En la inteligencia de que son cuentos y sueños lo que integra la mentalidad humana en mayor proporción, comenzando por la propia Historia, me atrevo a publicar estas páginas.
Aún cuando presumo que a los graves y solemnes -tendenciosos- no les interesarán, y lo lamento, esto no puede impedir que me dirija a los demás; a mis afines espirituales, más humanos. A ellos va mi relato.
París, 21 de mayo de 1928
Pedro Figari. “Cuentos”
Angel Rama en el prólogo a los cuentos editados por ARCA, 1951, dice “Basta una rápida lectura de los cuentos para evocar de inmediato la figura de Pedro Figari y sus cuadros. Es el mismo impulso que los anima (…) transparentan idéntica idealización de la vida americana aun cuando no se confían al simple lirismo y buscan revelar su realidad más rigurosa y hasta científica. Están escritos sobre el recuerdo (...) y se nutren de sus ideas sociológicas. Por momentos meras ilustraciones, levemente animadas, de su sociología positivista.” .
Llegados a este punto, cabe que nos preguntemos por las actividades desarrolladas por don Pedro Figari antes de 1921 y en qué medida esa su “sociología positivista” fue canalizada a través de las mismas. Es entonces que recalamos en el objeto de este trabajo y pasamos a la página siguiente
INTRODUCCION:
El por qué de la investigación
En los tiempos que corren, uno de los temas que por su importancia se erige en “asunto de Estado”, es sin lugar a dudas el de la Educación. Desde que el Presidente de la República don José Mujica, asumió su cargo y pronunció el correspondiente discurso ante el Parlamento, en los tímpanos de todos los uruguayos quedó resonando su enfática expresión de deseo, eje de los esfuerzos que se comprometía a hacer por la nación: “Educación, educación y más educación”.
A los uruguayos nos consta que sobre el tema “Educación” se ha abierto un abanico de ideas y de propuestas que pasan por interrogantes diversas: para qué educar, cómo hacerlo (de manera homogénea o de acuerdo a las necesidades del lugar donde se imparte la enseñanza), con qué grado de amplitud temática (menos asignaturas y un encare más práctico de los programas) , con qué nivel de exigencia académica (si se flexibiliza la propuesta de manera que nadie quede fuera del sector o si se exige lo necesario para que el pasaje por los centros educativos redunde en una formación específica y responsable), cuánto importa la integración de todos (no a la exclusión, a la marginación o bien integración conforme intereses y niveles que no desvirtúen el desarrollo normal de los cursos), etc.
Al respecto, no sólo el sector político ha dado su opinión sino también, y como era de esperar, el pedagógico (con posturas humanistas que insisten en educar ciudadanos republicanos que viven en democracia; enfatizando el “aprender a aprender” que habilita la educación permanente y la adaptación a los rápidos cambios del mundo). También se suman a la discusión los gremios de la enseñanza (que reclaman amplitud y libertad a la hora de elegir contenidos y formas de trasmitirlos, un número razonable de estudiantes por clase, un salario digno que destierre el multiempleo, el mantenimiento digno de los lugares de enseñanza, todo lo cual es imposible sin un presupuesto acorde, etc.) y los padres de los educandos que (opinando acerca de la baja o alta exigencia académica, condiciones edilicias, nivel de los docentes o la inseguridad en los liceos). Los estudiantes por su parte se preguntan para qué sirve el liceo, por qué hay que estudiar ciertas asignaturas, etc.
La educación es así, terreno de constantes marchas y contramarchas; opiniones, críticas y esperanzas; malestares y expectativas.
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