Historia Las ciudades mayas
Enviado por Paola Ibañez • 26 de Octubre de 2015 • Apuntes • 738 Palabras (3 Páginas) • 113 Visitas
Las ciudades mayas
La estructura de los conjuntos urbanos respondía tanto a creencias religiosas como a la organización política y social, de manera que podríamos decir que la construcción de las ciudades atendería tanto a motivaciones sagradas como profanas, si entre los mayas se pudiera hacer una división de este tipo. Los mayas consideraban al universo entero como un sitio poblado de seres poderosos y fuerzas intangibles, a las que se tenía que controlar y acceder por medio de los rituales adecuados, y éstos debían que ser realizados por los “especialistas de lo sagrado” y en espacios destinados para ello. Pero en este universo, concebido como un todo, “lo divino” no estaba desvinculado de ninguna de las actividades cotidianas. Así, espacios sagrados y profanos no constituían unidades inconexas y aisladas, en muchas ocasiones se mezclan, integran y traslapan ya que tanto los ritos llevados a cabo en los templos y plazas como las funciones administrativas, respondían a una lógica interna que tenía que ver con la cosmovisión general de los mayas en donde el mundo se concebía esencialmente como una dualidad. Dentro de ésta, las ciudades eran la representación del espacio social, ordenado, controlado y habitado por los hombres, frente al mundo caótico y desordenado de la naturaleza. De alguna manera esta lógica y esta coherencia la daban los gobernantes, hombres divinizados se relacionaban contacto con las fuerzas sobrenaturales (Fig. 7); a ellos se debía en gran medida el correcto devenir de los ciclos temporales, perfectamente medidos y podríamos decir, hasta obsesivamente registrados por los mayas. De ahí que la ubicación de la ciudad dentro del cosmos también fuera importante y que la traza de los conjuntos principales obedeciera a orientaciones astronómicas relacionadas con los movimientos del Sol y la Luna, o con la observación de Venus.
La arquitectura civil y la planeación de los espacios presentan también obras de drenaje y conducción de agua, cuya complejidad está en relación directa con el centro de la urbe, así como diversas calzadas y caminos que comunicaban internamente sus conjuntos arquitectónicos y plazas. Por otro lado, por lo general la disposición de los espacios también es un reflejo directo de la organización política y social, ubicando a los habitantes desde el centro a la periferia en relación con la importancia de su función y a su proximidad social con el gobernante. Así, la organización y estructura de la ciudad es en principio un fiel reflejo de una sociedad claramente estratificada y sin movilidad social, en la que cada función y posición se ubicaban dentro de un rígido programa de acuerdo a su importancia. Comúnmente el centro de la urbe estaba reservado a los miembros de la familia en el poder y a las deidades y antepasados que justificaban y legitimaban su derecho de gobierno. Así la vida urbana estuvo reservada a la nobleza gobernante y al enorme aparato administrativo que la rodeaba. Es decir que también debieron de haber residido ahí los especialistas y servidumbre que realizaban diversas actividades conectadas directa o indirectamente con la existencia de la ciudad-estado tales como la colecta y disposición del tributo, la construcción y decoración de templos y palacios, el registro de la religión e historia, o la producción de objetos suntuarios, que comúnmente no se distribuían en el mercado, sino que sobre todo eran para ofrendas y regalos.
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