Historia Sociales De Las Ciencias
Enviado por cbast123 • 28 de Octubre de 2013 • 477 Palabras (2 Páginas) • 343 Visitas
En la historiografía contemporánea, caracterizada
por una profunda revolución de conceptos
y de métodos, constituye incuestionable entidad
—en su conjunto y contemplada con la serenidad
que proporciona la perspectiva de cierta distancia—
las novedades de la «escuela francesa». Un
sector de la misma escucha temprano la crítica
procedente del campo filosófico —recuérdense,
por ejemplo, las consideraciones demoledoras de
Nietzsche en De la utilidad y desventaja de la
Historia para la vida (1873)— y se aparta de
la manera de entender y de reconstruir el pasado
que venía practicándose durante la segunda mitad
del siglo XIX. Aunque no faltaron resistencias,
aquellos disidentes, poco a poco, fueron imponiéndose,
hasta prevalecer. Hubieron de luchar
con la rutina académica, atrincherada en las cátedras
y sostenida por los manuales; el arma fue
la Revue de Synthèse Historique. Creada en 1900
Por Henri Berr, en su torno agrupó un conjunto
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8 Felipe Ruiz Martín
de colaboradores heterogéneos a los que unía el
común horror a las limitaciones de los especialistas
a ultranza: ellos influyeron en la formación
de la generación siguiente, que concretó aspiraciones
y precisó anhelos. Merced al feliz entendimiento
de Lucien Febvre y de Marc Bloch se
funda en 1929 los Annales d'histoire économique
et sociale, a través de cuyas páginas los estudiantes
de entonces no satisfechos con la monotonía
sin alcances de los cursos ordinarios, son alentados
con sugerencias y orientados con intuiciones.
Fácil es imaginar la perplejidad de los jóvenes
licenciados —habiendo al fin superado los exámenes
y acaso las oposiciones de agregados teniendo
que responder a programas absurdos—
con la pretensión de doctorarse haciendo su tesis
de conformidad con las inclinaciones despertadas
en su ánimo por las recientes tendencias. Tenían
en su favor, ciertamente, excelente preparación
erudita recibida de los viejos maestros, esto
es, sabían moverse en los archivos y en las bibliotecas
y manejar con tino fuentes inéditas e impresas,
confeccionando sobre la marcha, sutilmente,
papeletas escuetas, pero elocuentes, y
siendo factible tabular series, y representarlas
gráficamente, y discurrir con lógica positivista,
y, por supuesto, poseían el don de exponer de
palabra y por escrito, aprendido desde la escuela
primaria; habían leído a algunos economistas y
sociólogos, destacadamente a Francois Simiand;
conocían las exhortaciones de los Annales
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