Humanidad

El término humanidad cuenta con diversas acepciones. Hoy nos centramos en aquella que define la humanidad como una cualidad propia de los seres humanos. Una actitud o comportamiento mediante el cual, la persona, respeta y favorece la vida en comunidad.

La importancia de la humanidad reside en que las actitudes o valores que definen a una persona humana, son esenciales para terminar con las lacras de la sociedad. Entendamos estas lacras como la desigualdad, el hambre, la pobreza, las guerras y en general, todos aquellos aspectos negativos que también son inherentes a la condición humana.

Una persona humana se caracteriza por ser una persona comprometida con el ser humano. Una persona con compasión, filántropa, llena de bondad y sensibilidad hacia los semejantes. Sin este tipo de actitudes o valores, el ser humano estaría completamente perdido.

La humanidad defiende actitudes como la generosidad, la compasión y el respeto a nuestros semejantes. Así, actitudes como el odio están completamente alejadas de una persona con humanidad; y es que el odio, aun siendo un sentimiento fuertemente vinculado a la condición humana, es el detonante de la mayoría de las desgracias (causadas por el hombre) de este mundo.

Para crear individuos más humanos es necesario trabajar en estos valores desde la infancia. Es necesario por tanto, transmitir a nuestros hijos la importancia de compartir con aquellos que no tienen, incluso de buscar soluciones ante las situaciones de desigualdad máxima. Sólo así conseguiremos que en el futuro los individuos usen su racionalidad para buscar el bien común, el bien de la especie humana.

Una persona humana defenderá a capa y espada los derechos humanos. Así, la humanidad es la principal defensora de dichos derechos siendo algunos de los más importantes el derecho a la vida, a la integridad física-personal, psíquica y moral, a la libertad de expresión, a la protección de la libertad de conciencia y religión, a la salud, al trabajo, a la defensa o a la cultura.

Si bien es cierto que existen organismos internacionales que luchan para que estos derechos puedan cumplirse en todo el mundo, la principal lucha la debe realizar el individuo, pues gracias a los valores aprendidos durante su infancia y el resto de su vida, conseguirá mostrar una actitud mucho más humana con sus semejantes, creando así un mundo mejor alejado del caos y el odio.

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