Imperialismo, revolución y totalitarismo
Enviado por DecimalHealer 13 • 25 de Julio de 2022 • Ensayo • 1.942 Palabras (8 Páginas) • 86 Visitas
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Imperialismo, revolución y totalitarismo:
Impacto en la vida cotidiana
Es una época que va de finales del siglo XIX a principios del XX teniendo su auge durante la primera guerra mundial. Durante este periodo, las grandes potencias requerían de más cantidades de materia prima debido al gran aumento poblacional que demandaba aún más recursos, para lograr obtener más materiales necesitaban de expansión y control de nuevos mercados para poder mejorar su producción industrial; se podría decir que fueron esas las principales causas que dieron paso a este periodo en el que las potencias recurrieron a expandirse mediante la dominación de territorios. Esta era capitalista se caracteriza precisamente por las conquistas de las potencias que a su vez fungen como parteaguas para la formación de monopolios y oligopolios, en los que capitalistas de una nación dominan los mercados de los estados invadidos para eliminar a otros competidores o en su defecto, absorberlos.
Como lo menciona Lenin: “El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que se ha implantado el dominio de los monopolios y del capital financiero, en que la exportación de capital ha adquirido gran relevancia, en que los trusts internacionales han empezado a repartirse el mundo y en que ha terminado el reparto del planeta entre las grandes potencias capitalistas.”[1]
En esta famosa repartición del mundo las potencias, utilizan la guerra como herramienta comercial, Lenin define esto como una guerra imperialista por un nuevo reparto del mundo entre las potencias, y a pesar de que sus conquistas no pretenden la transformación cultural ya que su motivo es capitalista y de fines de expansión, adoptaron una postura de superioridad en la que su nacionalismo afirmaba que su cultura y religión debería ser difundida como parte de su “Responsabilidad” por civilizar a las otras naciones consideradas inferiores (viéndolo desde una postura paternalista). Sin duda parte de esto genera como consecuencia actitudes clasistas y racistas de las potencias; desde pequeños se les inculcaba una selectividad de clase entre su propia nación y las demás.
Otra forma en la que afecta la vida cotidiana es la fuerte presión en las condiciones de mercado y empleo que ahora es manejada por monopolios y oligopolios, sin duda eran épocas de prosperidad para los capitalistas de las potencias, pero un arrebato de empleos y oportunidades para las naciones “inferiores” que fueron invadidas, teniendo trabajos únicamente como obreros, con jornadas largas y pesadas llegando a decirse que se volvía a tener esclavitud, sin excepción ya que incluso estaba la explotación infantil, con niños que tenían que trabajar para sobrevivir con sus familias. En contraste aquellas naciones con expansión industrial y productiva contaban con mejores condiciones de vida y empleos que otorgaban un mejor desarrollo a las sociedades europeas dominantes.
Las revoluciones del siglo XIX en conjunto con el manifiesto comunista son una parte importante que impacta en las vidas de las personas. Recapitulando sobre como Lenin describe esto, el señala la teoría Marxista y de Engels de la revolución, llega a la conclusión que el proletariado deberá ser aquel que destruya el viejo aparato del estado burgués. Para lograrlo “el proletariado sólo necesita el estado temporalmente” [2]. El estado se debe sustituir, según el manifiesto comunista, primero se toma por la fuerza y se sustituye a la elite burguesa que había por una proletaria, cuando este termina por abolir la propiedad privada entre otros pasos a seguir del manifiesto, entonces el antagonismo entre clases terminará. Al terminar esta lucha de clases, el estado dejará de ser necesario.
El estado según Engels es el protector de la propiedad privada, mientras que Lenin lo desarrolla como la demostración de que existe una lucha de clase ya que no debería existir un estado si no hubiera lucha de clases. Y en este texto podemos notar los impactos revolucionarios de la clase oprimida en su búsqueda por la libertad; en mi opinión aquí a diferencia del texto anterior se da la revolución de las bajas clases de aquellas potencias que conquistaron después (me refiero a que este texto habal de las revoluciones de XIX, mientras que el análisis imperialista va hacia principios del XX), aquellos oprimidos en sus naciones tras esto, lograron oprimir a otros en la etapa imperialista. Sin duda el aliento revolucionario elimina en su mayoría el nacionalismo, aquí el impacto en la cotidianidad se da bajo los términos de la importancia individual. La lucha por los derechos y más aún importante, la lucha de clases insiste en una actitud clasista que termina en un odio marcado entre las clases elite y los proletarios. Pero más allá de esto, se da una apertura en el pensamiento que intenta abandonar las banalidades materialistas, el manifiesto comunista y las revoluciones del siglo XIX dieron un descanso a los trabajadores, poder tener fines de semana libres, por un momento parecía haber desaparecido aquella explotación por la que se lucha terminar, los niños tuvieron un mejor acceso a la educación y dejaron de lado la necesidad de trabajar, ya no iban a estar siendo explotados en una sucia fabrica intoxicándose con el humo del capital, podrían conocer más allá y volver a ser niños.
Hemos visto dos diferentes ideologías y doctrinas que dominaron a las sociedades según las épocas, ahora toca el turno de una de las más peligrosas que existió, la que da el régimen “Totalitario”. En el libro “Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt, dice que es una forma de gobierno distinta a las tiranías o dictaduras ya que estas utilizan el terror mientras que en los regímenes totalitarios se conquista a la sociedad para que esta le de su lealtad y otorgue su consentimiento bajo una promesa de superioridad y nacionalismo en bienestar de todos, aunque claro al final de cuentas se mantiene el sometimiento y uso de fuerza. Los regímenes totalitarios se aprovechan de las masas, este concepto lo utiliza Arendt para hacer referencia a las personas que, a pesar de constituir la mayoría, no se sentían integradas, personas que eran apáticas y por lo tanto no habían sido corrompidos; aquellas masas serían presas de la propaganda y del discurso de un líder que se dirige a ellas, logrando lealtad total e incondicional al movimiento totalitario, Como lo menciona Arendt, “En la literatura nazi y en la bolchevique pueden encontrarse repetidas pruebas de que los Gobiernos totalitarios aspiran a conquistar el globo y someter a su dominación a todos los países de la Tierra…”. Pero sin duda el verdadero terror es que este sistema reina sobre una población completamente sometida y la mayor parte del tiempo por gusto propio.
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