Indicaciones Acerca Del Estudio De La Historia (sintesis)

INDICACIONES ACERCA DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA

Carlos A. Carrillo

Reflexiones relativas al estudio de la historia patria.

1. ¿Es conveniente dividir el periodo colonial en tantas fracciones, como virreyes gobernaron la Nueva España durante él?

En la vida histórica de una nación, significa muy poco que la gobierne éste o aquel sujeto; las fases de su evolución dependen de diversas causas. No está demás dividir la historia en base al criterio anteriormente propuesto, pues cada nación tiene también vida propia que se desarrolla, en mayor parte, con completa independencia del carácter personal de quien la gobierna.

2. ¿Conviene seguir un orden rigurosamente cronológico en la narración de los sucesos históricos?

Hay autores, como Levi Alvarés, en su Compendio de historia universal, que se apegan de tal manera a la cronología, que dividen la historia en periodos iguales de un siglo cada uno, pudiese dividirse el estudio de nuestra época colonial en periodos pequeños de diez años. En cada uno de estos se narrarían los sucesos notables ocurridos en este espacio de tiempo.

Es una mala idea proceder de este modo; ya que en la historia de todo pueblo, se presentan series de sucesos eslabonados entre sí que constituyen una cadena, y no se logra una idea exacta del conjunto, si se estudia a retazos, despedazándolo por obedecer al orden cronológico.

Pues, ¿por qué desdicha lo que no se hace en anatomía ni en geografía, se hace en historia? ¿Por qué razón se despedaza la vida de un pueblo, con el pretexto de hacer metódico el estudio?

3. ¿Conviene estudiar la historia patria independientemente de la de España y sus demás colonias?

No es posible, comprender ciertos fenómenos de la vida colonial de México sin conocer la historia de la madre patria, y en parte, las de sus demás colonias esparcidas en toda la extensión de América.

FECHAS, NOMBRES PROPIOS, BATALLAS

Muchos creen que aprender historia es grabar en la memoria un largo catalogo de fechas.

¡Fechas! ¿Y para qué? ¿Qué provecho le resulta al niño de saber que Cortés saltó a tierra el 21 de abril de 1519, o que entraron los franciscanos en la capital en 1524? ¿Qué beneficios recoge de aprenderse el año exacto, y tal vez el mes, en que Revillagigedo empuño las riendas del gobierno?

Tras de las fechas viene la plaga de los nombres propios. Un ejemplo sería que las niñas de un colegio repitan imperturbablemente la serie completa de los nombres de todos los virreyes que han gobernado la Nueva España. Probablemente esta seguiría en su memoria la de los presidentes de la república, y más atrás ¿quién sabe hasta dónde se iría a perder la genealogía de los gobernantes cuyos nombres habían logrado retener?

Los instantes de los niños son un tesoro demasiado precioso para derrocharlo en aprender

...