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Juan jose tamayo


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  1.756 Palabras (8 Páginas)  •  234 Visitas

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Carlos Alexander Rengifo Casierra

TAMAYO, J. Juan. Panorama de la teología latinoamericana. Capítulo: “Cambio de paradigma teológico en América Latina”. España: Editorial Verbo Divino, 2001. P. 11 – 52.

  1. Propósito principal:

En base a lo leído, considero que el autor busca mostrar cómo la conciencia crítica del cristianismo latinoamericano se ha ido despertando frente a las situaciones de opresión que han sido sometidos sus pueblos y cómo ha ido asumiendo el desafío que le genera esta realidad como parte fundamental de su misión, con mirar a transformar la misma. Ante esto, el cristianismo ha venido gestando profundas transformaciones a tal punto que ha desencadenado la generación de una nueva forma de hacer teología acorde a la realidad y necesidades concretas latinoamericana.

  1. Pregunta clave:

La idea central y concreta del capítulo planteada por el autor es que a partir de la década de los sesenta se ha venido produciendo un cambio de paradigma en la teología latinoamericana a tal punto que la distingue de las anteriores maneras en que se venía haciendo. Al respecto, surgen las preguntas: ¿A qué se debe que en América Latina se haya generado tal cambio? Y/o ¿Qué resultados ha generado ese cambio de paradigma frente a las situaciones vividas en América Latina? Es un material que entiendo en clave de causa y efecto.

  1. Información más importante:

  • En qué consiste ese nuevo paradigma:

Debido que el interés y la necesidad identificada por los teólogos y pastoralistas del momento era la situación que estaba viviendo América Latina y no un determinado tipo de cristianismo en abstracto, se empezó a desarrollar una nueva manera de hacer teología que rompiera con la tradición colonial y desarrollistas de épocas pasadas, con aquella tradición legitimadora del orden establecido, a su vez con la tradición cristiana conformista. Para ello, el punto de partida de esta nueva metodología era la realidad latinoamericana leída en clave crítico-liberadora con miras a construir una sociedad y un hombre nuevo.

En ese sentido, se trata de un nuevo modo de pensar y hacer teología, que se distingue de las otras no tanto en el contenido sino en la metodología que utiliza.[1] Se ocupa de re-pensar los fundamentos de la fe en las nuevas coordenadas históricas de América Latina y como respuesta a los desafíos que la realidad continental lanza al cristianismo.  

  • Cómo se ha gestado:

La metodología teológica ha sido objeto de sucesivas reflexiones en América Latina a lo largo de los últimos años, en donde se destaca su carácter interdisciplinar, así como la articulación unitaria entre teoría y praxis, y el desarrollo del método de historización de los conceptos teológicos frente a la espiritualización e ideologización en que éstos suelen incurrir.

Esta revolución metodológica se ha gestado a través de la mediación socio-analítica con la incorporación de las ciencias sociales y humanas en la reflexión teológica, las cuales vienen a proporcionarle a la teología el diagnostico de la realidad, la ayudan a descubrir los mecanismos así como las raíces de la opresión y le muestran las posibles alternativas.  

Esto genera que el nuevo paradigma recurra también a la mediación hermenéutica con la interpretación de los textos fundantes de la fe a la luz de los nuevos contextos socio-culturales y de la manera de experimentar la realidad de los cristianos(as), huyendo así de fundamentalismos y de lecturas inmediatistas.

  • Qué aportes ha generado:

Un aspecto fundamental del nuevo método es la perspectiva del pobre, que da un vuelco radical a la teología tradicional. Esta irrupción de los pobres en la escena latinoamericana no se queda solo en la esfera socio-económica, política y cultural, sino que incide directamente en la vivencia liberadora del cristianismo y modifica radicalmente el modo de hacer teología. En un primer momento se puso el acento en el aspecto socio-económico de la pobreza y se priorizó la contradicción entre clase social dominante y clase social dominada, descuidando otras contradicciones que se daban con especial intensidad en la realidad latinoamericana. Sin embargo, poco a poco se empezó a tomar en cuenta ese reduccionismo, y los teólogos(as) se abrieron a nuevos ámbitos de la pobreza, descubriendo así los nuevos rostros de los pobres: razas y etnias marginadas, culturas negadas, religiones proscritas, la mujer doble o triplemente oprimida, la naturaleza oprimida,[2] niños(as) de la calle abandonados, colectivos, pueblos y países enteros excluidos, etc. Todos estos rostros han venido dando lugar a nuevas y creativas reflexiones teológicas.

Y también está la no neutralidad o indiferencia socio-política que ha tomado frente a otras teologías que, en la práctica, se constituyen en una legitimación religiosa del status quo, frente a lo cual, desde la reflexión de la fe la denuncia profética, se orienta en la propuesta de alternativas para la transformación eclesial en la línea de los valores del reino y en la elaboración de líneas de acción para la construcción de una sociedad y un hombre nuevos.

Finalmente, también destaco el hecho que a partir de tal cambio revolucionario, la teología latinoamericana ha empezado a ser reconocida en mayor paridad frente a las teologías de centro, entrando en un dialogo más abierto y fecundo con ellas. Es decir, que se ha ido pasando de meros destinatarios y consumidores a ser reconocidos como verdadero sujeto teológico.

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