Juicio a la Unidad Nº 9 y los Derechos Humanos
Enviado por anitamon89 • 15 de Febrero de 2016 • Informe • 2.682 Palabras (11 Páginas) • 281 Visitas
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Trabajo Social
Cátedra: Psicología I
Profesor Titular: Lic. Enrique Fidalgo
Profesor Adjunto: Lic. Maria Laura Naclerio
Informe final
Año: 2010
Tema: Juicio a la Unidad Nº 9 y los Derechos Humanos
Introducción:
El presente informe tiene por objetivo realizar un análisis institucional basándonos sobre los conceptos aprehendidos en la cátedra de Psicología I en la temática del “Juicio de la Unidad Nº 9 y los Derechos Humanos”
Esta elección fue producto de que a comienzos del corriente año los profesores Fidalgo y Neclerio se comprometieron con este acontecimiento brindando asistencia psicológica a los testigos y familiares. Por otro lado consideramos de gran importancia este tema debido a que es la primera vez en la historia argentina que se juzgan a civiles y a su vez es el primer país que juzga a los represores de un gobierno dictatorial
A continuación, tomaremos como referencia empírica para el presente análisis los relatos de dos personas claves en esta temática expuestos en el taller de la cátedra de Historia socioeconómica de Argentina y America Latina, realizado el día 18 de septiembre de 2010.
Hablando con Guadalupe Godoy (abogada de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y miembro de la Agrupación Justicia Ya! Y representante de APDH Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata, querellante en el juicio Unidad 9, comenzó a exponer sobre el funcionamiento de los juicios y el análisis de los mismos. Nos informo acerca de que Julio López fue testigo y querellante en el juicio realizado en 2006 contra el ex comisario Miguel Etchecolatz, por la represión durante la ultima dictadura y que su testimonio fue clave para la condena a prisión perpetua del ex policía, pero el 18 de septiembre de ese año, día de los alegatos de la querella, López fue secuestrado cuando se dirigía a presenciarlos.
El movimiento de DD HH comienza en los 90 en el marco de las políticas neoliberales implementadas por Menem en el gobierno, donde se aplico el indulto y las leyes de obediencia debida y punto final, (conocidas como las leyes de la impunidad), las cuales implicaron un proceso fuerte de lucha para el movimiento. En el año 2003 la anulación de estas leyes trajo la posibilidad de hacer justicia por el reclamo vivo del movimiento.
Existen dos posicionamientos entre las organizaciones de DD HH, por un lado aquellas que son previas a la dictadura militar; y por otro las organizaciones en relación a la defensa estricta de los derechos en la dictadura.
Se pregunta cual es el rol de las organizaciones en el Estado y habla de la independencia de estas por sobre el Estado. Agregando que el rol de las organizaciones basado en denuncias y demandas se fue diluyendo con el paso de los años.
Caracteriza los juicios como un reclamo histórico del movimiento de DD HH. Las organizaciones que actuaron como querellantes son: “Justicia ya” de La Plata, el Movimiento Obrero, la CTA, la Federación universitaria de La Plata y gremios, los juicios comienzan a realizarse a partir del año 2006. Con un claro objetivo, no solo el de la condena sino la lectura histórica, mostrar el genocidio y la planificación que tuvo la instalación de un nuevo modelo, y fundamentalmente del efecto reparador que este implica a nivel social.
En el primer juicio (a Etchecolatz) con la desaparición de Julio López, la policía bonaerense conservo las prácticas, que aun las mantiene ya que el enemigo, el subversivo hoy es el morocho del conurbano. .El secuestro de Julio López es uno de los ejemplos más claros de las consecuencias de la impunidad y la vigencia del aparato represivo.
Rafael militante sindical y testigo en el juicio
Su experiencia como detenido en la Unidad, su relato:
Comenzó comentándonos los lugares por donde estuvo previamente detenido. En abril de 1976 fue detenido en Córdoba por fuerzas del Ejército. Cree haber pasado por el Centro Clandestino de Detención La Perla, luego fue trasladado a Buenos Aires donde presume haber estado en el Pozo de Banfield y también en Campo de Mayo. Durante tres meses estuvo desaparecido, hasta que en junio del 76 es blanqueado y puesto a disposición de Poder Ejecutivo Nacional (PEN).
Luego fue trasladado a Devoto, donde destacó que fue el mejor lugar de todos en comparación a lo que venia viendo, allí permaneció hasta octubre de ese año que es cuando es trasladado a la Unidad 9. En su llegada a La Plata, dice que fueron todos llevados a la celda, pasando por una doble fila del servicio penitenciario que les iban pegando con palos mientras se dirigían al pabellón 14.
Agrega que hasta diciembre de ese año, en el penal se vivía un régimen similar al de Devoto, ya que se podía leer, tener visitas con regularidad, recreos al aire libre, hablar con compañeros, etc. Pero que a partir del día 13 de diciembre todo comienza a cambiar, “Empezaron a abrir las puertas de las celdas para que salgamos.
Salimos corriendo mirando hacia abajo. La brutalidad del personal fue extrema, pensábamos que nos podía pasar cualquier cosa”, describió el testigo
Por razones absurdas los detenidos eran enviados a los “chanchos”. En una oportunidad, a Moreno lo castigaron por querer armar un ajedrez con migas de pan. Una vez en los calabozos lo desnudaron, lo colocaron bajo una ducha de agua fría mientras que lo golpeaban e interrogaban.
Recordó que el agente Guerrero le empezó a pegar en la planta de los pies “me llamó la atención la calma y la sistematización con la que golpeaba”, arguyó el testigo.
Luego fue alojado en la celda de castigo, un cuadrado de cemento de 2 por 2,5 mts, en permanente oscuridad con una letrina al costado izquierdo ( los chanchos). Estando allí pidió que lo viera un médico porque tenía los pies muy inflamados, “Me trajo una pastilla blanca, pedí agua para tomarla y recuerdo la seña del médico que me indica la letrina que era la forma habitual para tomar”.
También hizo alusión a los casos más violentos sucedidos en el penal: El caso Pirles y Cabo, Rapaport y Urien.
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