LA APUESTA ESPAÑOLA XINKA.
Enviado por mondemon • 12 de Julio de 2014 • Ensayo • 707 Palabras (3 Páginas) • 1.751 Visitas
Xincas
LA APUESTA ESPAÑOLA XINKA.
Dentro de los hermosos relatos del pueblo xinka, se encuentra el de la apuesta de un español con el Tekuan Mayor “Mokesϋ’ mϋ” en el momento de la colonización.
Hagamos una apuesta dijo el español si te gano me das todas la riqueza de tu pueblo y si me ganas no le quito nada, expreso el occidental, ¡esta bueno! Respondió humildemente mokete aceptando el reto, y corrió por su mente decirle a quien probaba su sabiduría que él era un sabio y que no trataba de probarlo porque iba a perder la apuesta, pero el sucio corazón y la intensión de su enemigo era dejarlo mal ante sus propios compañeros y compañeras y someterlo a la servidumbre y esclavitud de la enseñoreaban los invasores, es este caso a partir de la posible ignorancia de Mokesϋ’ mϋ. Detenidamente y pensado un poco en la astucia del extraño ¡Que queres! que haga dijo Mokesϋ’ mϋ hagamos una apuesta dijo el otro, ¡ya te dije que esta bueno! Miremos que comen ustedes y que comemos nosotros añadió el castellano “veras que ustedes comen gusanos” dijo sonriendo el gran Tekuan de estas tierras, ¿Cómo va a ser replico el europeo, si nosotros comemos carne de la mejor? Ustedes sólo comen cosas que no son buenas, montes y otras cosas dijo, no creas expreso el líder Xinka, te apuesto que comen gusanos, sentencio, no, dijo el invasor.
Bueno enterremos nuestras comidas por tres días y al tercer día veremos que comen ustedes y nosotros comento el Tekuán de este pueblo; el occidental acepto y en un terreno cercano enterraron sus comidas en una jícara del morro de la costa, cada uno enterró la propia el español la carne que él decía era muy fina y el Xinka su comida, tal como habían convenido, al tercer día fueron acompañados de sus ejércitos y ¡primero destapo yo! Expuso el invasor, está bien replico el Tekuan, ya el español pensaba en todas las riquezas que ganaría o mejor dicho despojaría a los indígenas de la región.
El occidental destapo su comida y al verla cual fue su sorpresa, en el bukul (jícara) habían cientos de gusanos y con olor apestable, los demás asombrados, esperaban que el gran Mokte le sucediera lo mismo, pero él era sabio, desenterró lo suyo y al destaparla esta estaba como la habían colocado limpia y sin gusanos, pues él comía solo miel, y en la tierra no se descompone o se pierde, sino sabe a mejor sabor.
Enojado el oxidental tiro el ejército encima de los Xinkas, hasta casi exterminarlos, el gran mokte salió junto a los suyos en alma cristalina a refugiarse a su casa en el volcán de los Tekuanes o del Tecuamburro.
EL HOMBRE ARAGÁN CONVERTIDO EN MAPACHE.
Había una vez un hombre haragán, pero muy haragán que no se levantaba de su cama. Su esposa estaba desesperada pues ella tenía que buscar que comer, tenía que ir a trabajar la milpa y traer lo necesario
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