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LA ECONOMÍA MEXICANA DESPUÉS DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA.


Enviado por   •  30 de Mayo de 2016  •  Ensayo  •  3.475 Palabras (14 Páginas)  •  563 Visitas

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LA ECONOMÍA MEXICANA DESPUES DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA.

El movimiento de Independencia en México de 1810 fue gestado por 2 motivos principales: el romper lazos que ataban a España y por otro conseguir un nuevo orden político, convirtiendo al país en un estado nacional independiente y soberano. México fue un país con contradicciones después de este suceso, si bien es cierto que era “independiente” pero con una gran diferencia de ideas y de motivos de lucha; lo que ocasionó constantes pugnas posteriores, crisis e intervenciones extranjeras con intereses en los recursos que estaban desprotegidos.

La guerra de Independencia y sus causas económicas, es un tema que es importante analizar ya que nos expone la situación a valorar de los costes y beneficios que tuvieron dichas guerras. Además, la anarquía que surge junto con el periodo post-guerra. Después de las largas luchas independentistas en todo el extenso territorio americano, surgirían lo que se llamarían “Nuevas Republicas Hispano-americanas”, pero estas en su gran mayoría, si no es que, en su totalidad, terminarían siendo más pobres de lo que habían sido años atrás, bajo el dominio del imperio español.

Durante el colapso español y la inexistencia de programas administrativos y sociales, derivaron en un pobre rendimiento económico, de la renta nacional y del empleo; todo esto generado por las guerras, la inestabilidad política y el creciente militarismo; específicamente este sector genero una alteración en la designación del gasto público.
Es importante recalcar que el siglo XIX fue un periodo de gran retroceso económico. Ya que la renta nacional durante 1810 disminuyo tal y como lo mencionan (Richard Salvucci y Linda Salvucci:1993, p.41), es que esta depresión se mantuvo hasta los años 70.[1]

 Es importante mencionar la caída de la producción de plata, y su repercusión en la economía, especialmente en época de guerra, ya que durante este periodo bajo la producción en un 30% y los principales elementos que intervinieron en esto fueron; el abandono de las minas, la inundación de las mismas y el alto precio del mercurio. todo esto a su vez degenero en una severa falta de circulación de la moneda y de la producción de las mismas afectando el poder adquisitivo, y el nivel de importaciones y exportaciones de la época.

Otro elemento que es importante mencionar y que servirá para comprender el bajo dinamismo de la economía mexicana en los primeros años posteriores a su independencia es lo que respecta a la deuda pública interna. México se endeudó mucho. Tal y como lo mencionan (Richard Salvucci y Linda Salvucci:1993, p.47) Entre 1823 y 1848, la deuda pública se incrementó cerca de un 40%. El gobierno mexicano emitió bonos a corto plazo con intereses muy elevados. Un 15% por tres meses o un interés anual del 75%. Esto más que ser bueno resultó ser una barrera al desarrollo, ya que, financiar al gobierno se volvió una actividad más rentable, dado los intereses, que la riesgosa minería, la agricultura o la industria.[2] Como podemos observar, en términos generales la economía mexicana en los primeros años del México independiente no obtuvo resultados muy buenos. Es decir, se comienza a denotar que la deuda pública interna comenzó a incrementar más veloz mente que la renta nacional. 

Organización Política después de la independencia.

Después del movimiento de Independencia, en el país comienza a surgir la incertidumbre y una pregunta difícil de responder: ¿Qué sistema de gobierno debía adoptar México dada su realidad? Existían diversas ideas, pero la carencia de experiencia política y los recursos eran escasos, además de que se encontraban el acecho de potencias extranjeras que trataban de aprovecharse de la situación e inestabilidad existente en el país.

La primera respuesta ante la problemática fue seguir sosteniendo una economía imperialista. Mientras tanto Agustín de Iturbide proponía un nuevo gobierno independiente de España con seguridad económica y política, con lo cual se trazaría el camino hacia la libertad mexicana. Sin embargo, Iturbide omitió decir las enormes dificultades que tenía para conseguir una nación económicamente viable. El 18 de mayo de 1822, el congreso proclamó a Iturbide emperador; en su mandato trató de consolidar un sistema fiscal que no dio los resultados esperados.

En un inicio, el gobierno de Iturbide cumplió con reducir los impuestos al comercio, las alcabalas o impuestos aduaneros y los gravámenes bélicos instaurados por la corona para amortiguar el costo de la guerra. No pasó ni medio año para que Iturbide comenzara a pedir los primeros préstamos de la nueva nación. Más tarde encontraría dificultad para la obtención de créditos por parte de las élites mexicanas. El déficit de México aumentó y los préstamos que se pidieron a veces en forma forzosa no fueron suficientes, incluso se recurrió a la emisión monetaria; se procuró con impuestos a la exportación de moneda, que los capitales de los ricos peninsulares no salieran del territorio mexicano.

Fue una situación difícil, a la vez que se debía restablecer control político y fiscal, había que lidiar con una nación en bancarrota que no iba a salir de ese estado por medio de más préstamos que no podían pagarse, sumado a esto había que restablecer la lealtad poblacional que estaba enemistada por la fuerte carga fiscal y además en una inseguridad constante. Además de que tal y como lo menciona (Barbara Tenenbaum:1998, p.222) a finales de 1822 se promovió una nueva alza en los impuestos. Los propietarios de bienes seglares debían de tributar un 40% del valor de su tierra. Ganándose así el título de tirano. Estos conflictos hicieron que 19 de marzo de 1823 abdicara el emperador Iturbide I. Y es así terminó el primer imperio mexicano dando paso a la primera República Federal.

En esos momentos de incertidumbre, comenzó a surgir una división en 2 grupos por un lado los federalistas o liberales, y por otro, los centralistas o conservadores. Los primeros con ideas de la Ilustración y la Revolución francesa, promovían la república como forma de gobierno; mientras que los centralistas eran principalmente peninsulares, extranjeros y el clero, ellos buscaban mantener sus privilegios económicos y sociales conservando un sistema político similar al de la Nueva España a través del centralismo en forma de república, monarquía o imperio.

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