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LA ESPIRAL DEL CONFLICTO SOCIAL EN MAGALLANES (1919)


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  42.257 Palabras (170 Páginas)  •  333 Visitas

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LA ESPIRAL

DEL CONFLICTO SOCIAL

EN MAGALLANES

(1919)

El domingo 1° de enero de 1919, la ciudad de Punta Arenas parecía tranquila en la calma de las celebraciones del nuevo año.

Sin embargo, el lunes 2 de enero, se supo todo lo que había ocurrido en realidad, durante el fin de semana festivo: la autoridad había ordenado el 30 de diciembre en la tarde, y después de la muerte del obrero Daniel Avendaño, el allanamiento de la sede de la Federación Obrera y la detención de algunos de sus dirigentes.

La prensa local, elocuentemente, había dejado en silencio todos estos sucesos.

El allanamiento de la casa de calle Errázuriz, fue realizado por efectivos policiales, quienes procedieron a incautar numerosos documentos, para ser entregados como evidencia ante la Justicia. La fuerza policial también intervino en el local de la Cruz Roja a fin de intentar detener a los heridos del allanamiento, que allí llegaban.

El año nuevo había comenzado con signos ominosos de conflicto social.

En el allanamiento a la Federación, fueron arrestados los dirigentes Eduardo Puente, Jorge Olea y Sergio Cofré y trasladados en condición de detenidos al crucero "Ministro Zenteno".

Las autoridades no estaban dispuestas a dejar entrever ni el menor rasgo de debilidad de su parte, a los ojos de los dirigentes de la Federación Obrera, convencidas como estaban de que lo que había comenzado como una simple demanda por mejores condiciones salariales, se estaba convirtiendo en una suerte de asonada revolucionaria... La retórica anarquista de algunos dirigentes federados, no hacía sino confirmar estos temores oficiales.

Como parte de las medidas preventivas tomadas por el Gobernador Contreras, un numeroso grupo de la marinería del "Zenteno", surto en el puerto de Punta Arenas, fue desembarcado a fin de respaldar a la policía fiscal.

La manifestación callejera

del 2 de enero

En respuesta a este golpe aleve y sorpresivo, la Federación Obrera tomó medidas, esta vez para solidarizar con los obreros del Frigorífico de Puerto Natales, para protestar por la detención y allanamiento de su sede y para reiterar las demandas expresadas en el acto del 30 de diciembre, las que incluían el establecimiento de las 8 horas de trabajo en las principales faenas del Territorio.

En la mañana de ese lunes 2 de enero, una comisión de dirigentes de la Federación Obrera ( ), comenzó a recorrer el comercio del centro de la ciudad, requiriendo la colaboración voluntaria de los comerciantes y del público en la calle, de manera que el pequeño grupo de manifestantes -que comenzaron marchando por la vereda y terminaron avanzando por el centro de la calle- se fue engrosando hasta llegar a las proximidades de la Plaza Muñoz Gamero unas setenta personas.

La trayectoria de la manifestación fue bajando por calle Errázuriz, siguiendo por O'Higgins, subiendo por Roca, Plaza Muñoz Gamero costado calle Magallanes, y continuando por Valdivia, para llegar a Bories en dirección hacia la Plaza. A medida que el grupo de federados iba avanzando, muchos locales comerciales del centro de la ciudad, iban cerrando sus puertas en señal de adhesión con la manifestación.

En la esquina de Magallanes y Pedro Montt el grupo de manifestantes fue interceptado por un piquete de catorce marineros armados (con fusiles y bayoneta calada) y conminado a disolverse, logrando sobrepasarlo. El federado Pascual Guerrero, nos relata sus recuerdos de ese día: "...toda la infantería del 'Zenteno' estaba en la bocacalle de la plaza, ese día hubo una manifestación y los soldados estaban a cada lado con bayoneta calada y venían adelante unas veinte o más mujeres en una cola larga desde la calle Errázuriz y ellas gritaban 'pasar o morir'..." ( ).

¿Porqué los manifestantes lograron aquí sobrepasar a los marineros armados? ¿Porqué los marineros se negaron a disparar sobre la multitud manifestante? ( )

Las mujeres manifestantes del grupo federado -con su estandarte rojo y blanco al frente- gritaban: "pasar o morir!"... La manifestación -con hombres, mujeres y niños mezclados en una algazara creciente- siguió marchando por Magallanes y subió por Valdivia y fue interceptada por un segundo piquete armado, esta vez formada por los guardianes de Policía a pié y a caballo.

La marcha tendría que chocar irremediablemente con la policía.

Una descomunal gresca se desató en dicha esquina entre los manifestantes y los policías, en la que resultaron más de 15 heridos.

Era el mediodía del lunes 2 de enero de 1919.

En la noche del 2 al 3 de enero se sintieron numerosos disparos en los barrios de la ciudad de Punta Arenas, especialmente en el barrio Cerro de la Cruz y sector sur. Algunos testimonios hablan de nutridas balaceras disparadas al aire esa noche en la ciudad... En un incidente nocturno precisamente, había resultado muerto un Policía de Orden, Juan José Navarro, dando lugar a un solemne funeral oficial.

La Federación decretó el paro total en la ciudad, para responder proporcionadamente a esta acción represiva. La marinería fue retirada de la ciudad y reembarcada, los carabineros acuartelados y los obreros parecían dueños de las calles de Punta Arenas, al decir del diario "El Magallanes".

Los comerciantes y el Gobernador convocaron a sendas reuniones conjuntas de patrones, obreros, comerciantes y periodistas, con el fin de intentar encontrar un acuerdo, para no continuar la violencia en las calles de la ciudad.

A su vez, la Federación Obrera decidida a mantener la paralización en la ciudad, se negó a conversar con alguna autoridad, mientras no se libere a los líderes detenidos. Pero, las autoridades tenían en su poder a tres dirigentes federados, por lo que la solución pasaba por una transacción "honrosa" para ambas partes, o por el enfrentamiento completo.

En la mañana del miércoles, fueron liberados los dirigentes Jorge Olea y Coffré, los que fueron recibidos triunfalmente en una asamblea masiva en la Federación esa misma tarde, pero las presiones de las autoridades se hicieron fuertes a fin de lograr la expulsión de Eduardo Puente del Territorio.

Las autoridades habían dado así una señal de ceder, pero también de no querer entregar todo lo que tenían. En algún momento de estos días, se hizo evidente para los dirigentes de la Federación, que si deseaban resolver el impasse sin llegar a generalizar el conflicto,

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