LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: AL-ANDALUS

2. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: AL-ANDALUS

        2.1. Evolución política : Conquista, Emirato y Califato de Córdoba

               a) La llegada de los musulmanes: Guadalete        

        Como la monarquía visigoda era electiva, para evitar las complicaciones que llevaba la elección de un nuevo rey, con el apoyo de la Iglesia, tendieron a hacer hereditaria la corona asociando al trono a su hijo o heredero. El último rey visigodo Witiza murió repentinamente en 710 sin haber asociado a nadie al trono. El clan familiar eligió para sucederle a Akhila, pero la mayor parte de la nobleza, descontenta por no haber contado con ella, proclamó como nuevo rey a Rodrigo. Para combatirle, los witizanos pidieron ayuda a los musulmanes, recién establecidos en la antigua Mauritania y que estaban en plena expansión.

        Musa ben Nusayr, gobernador musulmán (walí) de Ifriqiya, atendiendo a los requerimientos witizanos envió, el mismo año 710, una primera expedición de tanteo integrada por cuatrocientos hombres y comandada por Tarif que desembarcó en el lugar que luego llevaría su nombre (Tarifa), donde sin ningún tipo de oposición o enfrentamiento consiguió un abundante botín.

        Al año siguiente, según todos los indicios después de que Musa hubiera firmado un acuerdo con los witizanos en virtud del cual éstos renunciaban al trono a cambio de que se les respetasen sus propiedades, el walí de Ifriqiya envió a la Península a Tariq, uno de sus subordinados que, con 7000 soldados de origen beréber, desembarcó en el peñón de Calpe en abril de 711 (Calpe será rebautizada más tarde como la montaña de Tariq, Yebel Tariq, Gibraltar). El rey Rodrigo acudió a marchas forzadas a repeler la invasión; Tariq, temeroso de la presencia del rey, pidió refuerzos y Musa le envió otros 5000 beréberes.

        En julio comenzaron los enfrentamientos entre el ejército visigodo y el musulmán junto al río Guadalete. En el transcurso de la lucha, los witizanos dirigidos por los hijos y familiares de Witiza, entre ellos Oppas, arzobispo de Sevilla, abandonaron el campo de batalla. Hacia el 26 de julio, después de la muerte del rey (su cadáver nunca apareció) las tropas visigodas emprendieron la retirada.

                  b) La conquista de Al-Andalus

        Desoyendo las instrucciones que le habían sido dadas de no penetrar en el territorio recién invadido, Tariq persiguió a los restos del ejército visigodo para impedir se reorganización. Un nuevo enfrentamiento y una nueva victoria musulmana tuvo lugar en Écija (Sevilla) donde los judíos, tan duramente perseguidos por los visigodos, celebraron la derrota del ejército real y apoyaron masivamente a los musulmanes a quienes veían como libertadores; poco después Tariq cercó Córdoba y siguió hasta Toledo, abandonada por la tropas rodriguistas. En noviembre la capital del reino visigodo era ocupada.

        En mayo de 712 Musa desembarcó en Isla Verde (Algeciras). Le acompañaba un ejército de 18000 árabes ya que no quería dejar la conquista en manos de los beréberes. Estaba receloso de la actuación de Tariq quien, según Musa había cometido una gran imprudencia al internarse por tierras del norte.

        El  walí decidió consolidar el dominio musulmán sobre la Bética (actual Andalucía para asegurarse una fácil retira en caso de necesidad. Tras dominar Sevilla se dirigió a Mérida, una de las más importantes ciudades del reino visigodo donde se habían refugiado parte de los partidarios de Rodrigo, allí encontró una fuerte resistencia y se vio obligado a cercar la ciudad.        En la primavera de 714 los musulmanes reemprendieron la conquista. Otro de los generales de Musa pactó una capitulación con el conde Casio, rodriguista que gobernaba Borja y Tarazona (ambas en la actual provincia de Zaragoza). Casio se convirtió al Islam y sus sucesores, los Banu Qasi, tuvieron gran relevancia en la España musulmana.

        Conquistada Zaragoza, Musa envió una expedición hacia la Narbonense que pasó de largo por las tierras catalanas consideradas aliadas por pertenecer en gran parte a Akhila que, junto a dos de sus hermanos    se encontraba entonces en Damasco rindiendo pleitesía al califa. El mismo Musa en persona sometió Galicia. Estando en Lugo recibió órdenes de dirigirse a Damasco para rendir cuentas y  antes de abandonar España, ya denominada Al-Andalus, dejó encargado del gobierno de la Península a su hijo Abd al-Aziz. En Damasco, Musa no recibió ningún premio y poco después murió en el más oscuro abandono.

                  c) Causas de la fácil conquista de la Península por los musulmanes 

        Sorprende la fácil conquista de un territorio que a los romanos les había llevado casi doscientos años. Los principales motivos son:

- Los romanos tuvieron que conquistar palmo a palmo el territorio, puesto que la Península en aquella época estaba tan poco unificada políticamente que la toma de una ciudad no suponía la del territorio circundante, mientas que a los musulmanes les bastó con conquistar las ciudades para que cesase la resistencia en su ámbito de influencia. Los musulmanes dominaron los mismos territorios que habían sido dominados por romanos y visigodos  y que allí donde la soberanía de éstos no se ejerció de una forma eficaz tampoco la ejercieron los musulmanes.

-  Los romanos nunca concedieron autonomía a las ciudades vencidas mientras que los musulmanes solían hacer lo contrario: cuando se veían impotentes de tomar una ciudad o territorio pactaban con él e incluso mantenían en el poder a las autoridades hispanovisigodas.

-  La población hispana veía en los romanos unos dominadores mientras la población hispanovisigoda de origen popular y, en especial los judíos, veían en los musulmanes unos libertadores que les libraban de la dependencia de los nobles godos e incluso les eximían de algún impuesto si se convertían al Islam.

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