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LA REVOLUCIÓN BURGUESA DE 1848.


Enviado por   •  2 de Julio de 2013  •  2.476 Palabras (10 Páginas)  •  782 Visitas

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LA REVOLUCIÓN BURGUESA DE 1848.

En torno a 1848 se produce la última y definitiva oleada revolucionaria.

Definitiva desde el punto de vista del liberalismo, un liberalismo evolucionado o democrático, que implanta en Francia de nuevo la República (que, curiosamente, al igual que la I República Francesa desembocará en un Imperio). En otros países europeos la revolución fracasa pero el ejemplo de Francia servirá de referencia. En la península italiana, territorios germánicos, Imperio Austríaco... el liberalismo estará unido a un fuerte componente nacionalista que en los dos casos primeros aspira a la unificación política (un ensayo general sobre lo que pasaría en 1870). En el Imperio Austro-húngaro se producirá una lucha por la liberación nacional de muchas de las nacionalidades sujetas al poder de Viena, no se conseguirá demasiado pero las tensiones nacionalistas pondrán en peligro un estado que debido a esas causas acabará desapareciendo tras la I Guerra Mundial.

I. Las causas del estallido revolucionario.

1. Las causas económicas.

En el año 1847 se produce una crisis importante en la economía europea, es una crisis agrícola e industrial como las anteriores, pero también, y esto es la novedad, es una crisis financiera.

La crisis agrícola.

En el año 1845 se inicia una crisis agrícola de gran magnitud en Europa, en los inicios encontramos que una plaga ha destrozado la producción de patatas, base de la alimentación de muchos países atlánticos europeos como Irlanda. En 1847 las sequías consecutivas contribuyen a producir cosechas de cereales insuficientes en toda la Europa atlántica. La principal manifestación de la crisis es el colapso de los intercambios comerciales entre el campo y la ciudad, lo que genera una escalada importante de los precios de los productos.

La crisis industrial.

Es debida fundamentalmente a un aumento espectacular de la producción industrial, se acumulan muchos stocks que no se pueden vender ante el escaso poder adquisitivo del mercado rural debido a la crisis agrícola; como consecuencia de esto los empresarios se ven obligados a cerrar las fábricas por la pérdida de beneficios.

La crisis financiera.

Para algunos historiadores se produce también una importante crisis financiera debido a la excesiva especulación y a las fuertes inversiones en el ferrocarril, dejando a la industria y a la agricultura desprovistas de capital. Esto producirá una crisis bursátil (de la bolsa) y la ruina de muchos ahorradores.

2. Las causas sociales.

Como en todas las crisis son las clases populares las que sufren con más intensidad todos sus efectos. La subida espectacular de los precios de los productos de primera necesidad coloca a gran parte de la población urbana al borde de la subsistencia, en el campo la ausencia de excedentes hace que los campesinos no se puedan beneficiar de este fenómeno. El cierre de fábricas con el consiguiente aumento del paro y el desarrollo del mercado negro va a generar tensiones sociales de primer orden. Surgirá, en definitiva, un descontento generalizado de la población, esto hará que se encuentre receptiva a la propaganda revolucionaria.

Según Labrousse si nos basáramos exclusivamente en los criterios económicos la revolución debería haber estallado en 1847 y no en 1848, podemos decir, en definitiva, que las causas sociales van a ser determinantes.

3. Causas ideológicas y políticas.

Desde el punto de vista político Europa pasa por una etapa de inestabilidad importante. El continente se encuentra dividido en dos bloques: los países liberales y los absolutistas. Pero dentro de los países liberales se van a producir tensiones, el liberalismo doctrinario (sufragio censitario, soberanía nacional, poder autoritario...) de la alta burguesía va a ser contestado por sectores muy importantes de la sociedad de inspiración claramente republicana. Las clases populares y la baja y media burguesía van a pedir una mayor apertura política y defenderán unos planteamientos políticos que van más allá del liberalismo doctrinario, es el liberalismo democrático donde se exige, entre otras cosas, un mayor número de libertades, el sufragio universal, la soberanía popular, la república como forma de gobierno... En Europa Central y Oriental a este componente liberal-democrático hay que sumarle el componente nacionalista que va a hacer temblar a los regímenes absolutistas, aunque los resultados van a ser más modestos.

Hemos de señalar también la importancia de las ideas sociales, la revolución industrial se ha consolidado en el Continente y el movimiento obrero se ha ido desarrollando, aunque en general se encuentra próximo a las reivindicaciones del liberalismo democrático, su evolución posterior y su marginación tras el triunfo de la revolución les va a ir separando poco a poco. Como hecho importante recordemos que es en 1848 cuando Marx y Engels publican el Manifiesto Comunista, punto de partida de la ideología marxista.

II. El desarrollo de la revolución.

1. La revolución democrática en Francia.

La monarquía de Luis Felipe de Orleans había dado un giro importante hacia el conservadurismo y el autoritarismo a partir de 1832. El gobierno del conservador Guizot mantiene una política autoritaria frente a la oposición y a las fuerzas de izquierdas. El desencadenante de la revolución fue la negativa del gobierno de Guizot a autorizar un banquete político de sus oponentes el día 22 de febrero. El banquete se realizo, y la manifestación contra el Gobierno también. Al día siguiente se repitió, la Guardia Nacional recibe órdenes de disparar contra los manifestantes que se han atrincherado en barricadas, la Guardia Nacional se niega. La situación se complica y el día 24 Luis Felipe abdica, el 25 se proclama la II República Francesa.

Entre las principales fuerzas políticas que participan en los acontecimientos debemos destacar a los Republicanos demócratas y a los Republicanos sociales.

Los Republicanos demócratas propugnan solo medidas políticas como el sufragio universal, pero dejan de un lado las sociales. Sus partidarios se encuentran en las provincias: entre el campesinado, la baja burguesía y las clases medias en general.

Cuentan con el periódico Le National como portavoz de sus ideas.

Los Republicanos sociales buscan cambios mucho más profundos. Sus partidarios se encuentran en el pueblo de París y dentro de ellos distinguimos dos tendencias: los moderados, que admiten la propiedad privada y proponen la nacionalización de la banca y la creación de cooperativas agrícolas e industriales; y los radicales (llamados también socialistas) partidarios de la socialización total y la abolición de la propiedad privada,

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