LA TRANSFORMACIÓN TERRITORIAL DERIVADA DEL CONGRESO DE VIENA DE 1815
Enviado por patricia175 • 20 de Julio de 2014 • 2.327 Palabras (10 Páginas) • 356 Visitas
LA TRANSFORMACIÓN TERRITORIAL DERIVADA DEL CONGRESO DE VIENA DE 1815:
Sus consecuencias más trascendentes en el “Poder real” de las potencias de la Europa del siglo XIX.
INDICE
1.1 INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………..
1.2 ANTECEDENTES Y DESARROLLO………………………………………..........
1.3 LOS AJUSTES TERRITORIALES………………………………..……………….
1.4 REFLEXIONES FINALES…………………………………………..……………..
1.5 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………….
1.1 INTRODUCCIÓN
En primera instancia, es importante dar una introducción sobre los principales antecedentes para que el Congreso de Viena fuera llevado a cabo, es decir, aquellos hechos que llevaron a que las principales potencias europeas decidieran reunirse con el principal objetivo, de reestablecer la paz en Europa.
Como habíamos mencionado previamente, en 1815 sólo existía una gran preocupación, al deseo compartido de restablecer la paz que por un largo período de guerras no había existido en este continente. Los vestigios dejados por la Revolución francesa habían modificado el pensamiento en todo el continente y tanto modificaciones en la estructura social, económica y una nueva concepción de política de Estado habían surgido en Europa. Aunque Francia había sido derrotada, y había sido sometida a perder todas sus conquistas y obligada a volver a sus ‘antiguos límites’, aún los frutos de su revolución tenían gran peso. Europa se encontraba totalmente desorganizada y dividida, por lo que resultaba necesario encontrar una manera de poder llegar a un equilibro político. Para solucionar esto se reunieron las potencias europeas en Viena, 1815.
El príncipe Von Metternich fue el negociador por Austria. El rey de Prusia dispuso al príncipe Von Hardenberg como su negociador, mientras que el recién restaurado Luis XVIII de Francia confió en Talleyrand. Por otro lado el Zar Alejandro I acudió por Rusia mientras que el secretario británico del Exterior, lord Castlereagh, negoció en nombre de Gran Bretaña. Esto significó la unión de los países del continente europeo, quienes velaban por un equilibrio no sólo físico, sino también moral.
El imperio napoleónico en 1812. (Mapa tomado de la página web: http://thesocialstudiesteacher.wordpress.com)
1.2 ANTECEDENTES Y DESARROLLO
Anteriormente al congreso de Viena, Europa había estado continuamente amenazada por la expansión napoleónica durante 25 años. Francia a su vez, había sido enfrentada durante varias ocasiones por diferentes alianzas, pero la que nos interesará a nosotros en este análisis fue la última alianza realizada, que surgió durante el Congreso de Viena. Los países que se alinearon como reacción ante los famosos cien días de Napoleón fueron en principio Gran Bretaña y Rusia y poco después, Prusia y Austria. Por lo tanto, la principal amenaza era Francia.
“…El distanciamiento de las potencias vencedoras inmediatamente después de su victoria sobre Napoleón, tanto como la escisión entre los aliados después de la Segunda Guerra Mundial, son dos fenómenos similares que ilustran muy claramente el viejo principio de que las victorias tienen por consecuencia la ruptura de las alianzas cuando estas se constituyen con el limitado fin de eliminar al enemigo común. Durante las guerras napoleónicas era, en efecto, el temor común ante la expansión francesa lo único que podría unir en un mismo frente a Inglaterra, Rusia, Austria y Prusia…”
(Arbuet, Heber. “Lecciones de historia de las Relaciones Internacionales” Primera edición 1993. FCU. Tomo II. pp 14)
Luego de que se lograra vencer a Napoleón, la situación cambiaría y la amenaza sería otra. Como es lógico, toda alianza surge para cumplir un fin, el fin de esa alianza era derrocar a Napoleón por lo tanto, fue una “alianza de conveniencia accidental” (Arbuet, Heber “Lecciones de historia de las Relaciones Internacionales”. Primera Edición 1993. FCU. Tomo II. pp 13) Una vez que desaparece el peligro napoleónico, la alianza comienza a fluctuar, y surgen nuevas rivalidades entre las potencias, como también una nueva amenaza del lado de los aliados: la política expansionista rusa. Los rusos querían ansiosamente tener salida directa al Mediterráneo y así poder llegar al corazón de Europa, y eso se lograría por medio de nuevas adquisiciones territoriales.
Como mencionamos antes, el principal motivo en este período final de guerras napoleónicas era, intentar formar una alianza que fuera más estable y sólida que las anteriores, y esto se obtiene en la alianza de Chaumont, celebrada en la Conferencia de Chatillon, en marzo de 1814. Fue una conferencia que duró aproximadamente seis semanas, en donde se desarrollaron las negociaciones entre los representantes de las cuatro potencias y un representante de Napoleón. Hay que recalcar que, mientras se celebraban estas negociaciones, Europa seguía desarrollado una campaña militar, hecho que llevó a que estos representantes se dieran cuenta de que no tenían decisión en nada, y que todo dependía de la situación militar. Para complicar aún más la cuestión, Napoleón se resignaba a sacrificar sus conquistas y a aceptar volver a los antiguos límites, ya que aún tenía la idea de poder restablecer su imperio. Por su parte, éste además de su gran genio militar tenía a su favor la falta de acuerdo de los aliados que no dejaban de tener disputas entre ellos y de desconcertarse ante las hábiles estrategias de dominación napoleónicas.
La posición del zar ruso Alejandro I no era la más amigable para Francia, ya que lo que más quería era vengarse de los franceses por la entrada en Moscú. Alejandro I se negaba a cualquier negociación sin antes tener sus tropas en París. Por otro lado la posición inglesa resultaba ser la más flexible, ya que no le interesaba una derrota total de Francia, porque esto llevaría a que otras potencias pudieran romper nuevamente el equilibro, y a Inglaterra no le convenía, ya que aspiraba a lograr un equilibrio para poder mantener su hegemonía sobre los mares para que sus intereses fuera de Europa no se vieran afectados.
Metternich por su parte, también estaba a favor de una paz de compromiso y no le convenía un excesivo poderío ruso.
Los prusianos también querían negociar la paz, pero estaban en un conflicto interno con su monarca Federico Guillermo, quien siempre quiso seguir al zar Alejandro I.
“…No
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