LA ÉTICA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO
Enviado por andrea_ys • 13 de Noviembre de 2013 • 873 Palabras (4 Páginas) • 2.402 Visitas
LA ÉTICA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO
En la vida diaria se suele recurrir en conceptos éticos tales como derechos y deberes, beneficios y perjuicios, el bien y el mal, lo bueno y lo malo. La filosofía moral estudia estos conceptos éticos, pero no busca una solución única a los problemas en este terreno sino una comprensión conceptual más acabada.
La ética encuentra su campo de investigación dentro del ámbito filosófico en el estudio de la actuación y comportamiento del hombre moral en la realidad. Su acción tiene el horizonte de buscar elementos fundamentales los cuales contribuyan a orientar la acción humana y moral.
El texto “Reflexiones acerca del hombre contemporáneo “, nos muestra al hombre, como el autor lo indica; un ser subjetivo, capaz de actuar de manera racional y de decidir, que se encuentra en presencia de una crisis o desequilibrio principalmente moral. Ésta es una realidad difícil de obviar, presente de una marcada ambivalencia, paradojas, uso ilimitado o desordenado de la libertad, esclavos de nuestros instintos, pasiones y egoísmo. Ante esto podemos señalar que nos encontramos en una época en que la vida humana se encuentra amenazada y desvalorizada, atentando al surgimiento del hombre. También esta crisis, como señala el autor, se manifiesta en un sentido de vacío, liderando el poder, la fama y la riqueza entre otras, que atentan a nuestra identidad personal. Otra forma visible de esta crisis en el hombre, es el mal uso de su inteligencia, que no nos permite conocer la realidad; desencadenado una moral subjetiva. El desencadenamiento de la crisis se debe, como señala el autor, a la existencia de la autosuficiencia humana; en el que hace de su propia persona un Dios, reflejado en un antropocentrismo o ateísmo teórico o práctico. Ante difícil momento el hombre se muestra indiferente, carente de todo compromiso y vínculo que atente contra su independencia afectiva. Esto genera a un narciso, amoral y sin reflexión. Frente a esta crisis las personas adoptan actitudes diversas dentro de las cuales el autor nombra; el fatalismo (actitud negativa y desesperanzada), el optimismo ingenuo (actitud de desconfianza) y el realista (actitud de esperanza y lucha). El hombre acompañado de su poder racional, y su energía espiritual puede desafiar esta crisis, practicando nuestras virtudes como la prudencia, justicia, templanza y fortaleza.
A mi juicio personal el hombre contemporáneo efectivamente se encuentra en un desequilibrio moral, confusión y conflicto, demostrado en su interés por el dinero, egoísmo y competencia desleal. Son estas características las que hacen cuestionar que ha pasado con las creencias humanas que determinan a nuestra sociedad. Frente a esto comparto lo señalado por Ortega: “.El diagnóstico de una existencia humana -de un hombre, de un pueblo, de una época- tiene que comenzar filiando el sistema de sus convicciones y para ello, antes que nada,
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