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LAS FORMAS DE AYUDA Y ACCION SOCIAL EN NUEVA ESPAÑA 1521-1700


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2013  •  1.359 Palabras (6 Páginas)  •  12.219 Visitas

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LAS FORMAS DE AYUDA Y ACCION SOCIAL EN NUEVA ESPAÑA 1521-1700

Con la conquista de México-Tenochtitlán el panorama novohispano se dividió en dos vertientes; emergieron del seno mismo de la violencia los conquistados y los conquistadores, los explotados y los explotadores, los marginados y los favorecidos, los indígenas y los españoles.

El mundo indígena emerge, y se transforma el mundo prehispánico, el nuevo universo fue puesto a debate, sus masas quedaron al descubierto por ideas diversas y encontradas. Inicialmente la corona española, influenciada por los religiosos regulares, formulas normas en las que se afirmó la racionalidad de los indios y se convirtieron en preceptos que aminoraron, al menos en el papel, la esclavitud del indígena, y los servicios personales que estos debían proporcionar a las encomiendas.

Como respuesta inmediata a la tesis sobre la racionalidad de los indígenas surgió una corriente de opinión opuesta a tal disposición, una tendencia de pensamiento que propugnaba sacrificar al ser humano indígena por intereses económicos- políticos.

Es fácil intuir como intereses económicos y políticos desplazados y vejaron los incipientes y tibios sentimientos de justicia y igualdad.

Así, la Corona inició una serie de pautas legislativas caracterizadas por un espíritu opuestos a los anhelos de fraternidad y justicia. Con ellos los indios fueron equiparados a una categoría especial de españoles, los Rústicos y Miserables, es decir, individuos de segunda clase y se les sometió a un régimen de tutelas que en el papel los favorecía pero en realidad permitió y defendió el sojuzgamiento y la explotación. Con el tutelaje los indígenas tuvieron que soportar el peso de las exigencias de la colonización, llevaron a cuentas los intereses y urgencias de la Corona, el gran peso del trabajo forzado, el tributo por concepto de trabajo especial al soberano y la gran carga que significaba las encomiendas.

Este conjunto de elementos fueron los encargados de plasmar la realidad la sobreexplotación del trabajo indígena y demostrar que la supuesta legislación protectora fue distorsionada y casi nunca llevada a cabo. El monopolio de la riqueza se concretizó con el mayor motivo de desigualdad, porque además de ser el indio trabajador forzoso del español, se le relegó en el repartimiento de tierras las mercedes y se les marginó en las oportunidades de creación del patrimonio.

La conquista y posterior colonización de Nueva España tuvo sus necesidades y exigencias, contradicciones y sus notorios intereses. La adecuación de los grupos indígenas a una situación opuesta a su realidad original, determinó que la Corona diseñara planteamientos socio-económicos para proteger sus notorios intereses económicos y para solventar sus necesidades económicos.

Por eso se pusieron en marcha medidas especiales de ayuda especial que estuvieron delimitadas por dos lineamientos segregadores; por una parte se implementó la separación territorial de los naturales a partir de la creación de la república de indios y de españoles; y el otro procedimiento consistió en separar jurídicamente a los grupos indígenas estableciendo normas y autoridades supuestamente protectoras.

La actuación de la Iglesia y la influencia de los preceptos religiosos fueron fundamentos para programar las formas de ayuda social propuestas por la corona, inicialmente los esfuerzos de las autoridades para aplicar leyes de separación residencial fueron transferidas al grupo de misioneros de regulares. Estos esfuerzos contentan intereses económicos, sin embargo religiosos regulares, como Pedro de Gante, Motolinía, Bartolomé de las Casas, y Vasto de Quiroga, realizan acciones que tratan de concretizar la protección al indígena, aunque evidentemente dentro del marco del sistema de explotación.

La incipiente evangelización de la Nueva España fue obra de misioneros elegidos entre las órdenes religiosas regulares que más valoraron y aplicaron en sus acciones el espíritu humanista y de renovación Cristiana, la Franciscana y la Agustina, cuyo pensamiento, obra y acción retomaba los principios de “amor a Dios y al prójimo” los de la conducta virtuosa, humilde, ascética y fraterna. Sobre esta base los primeros misioneros de Nueva España encauzaron sus labores. Para ellos, el establecimiento de una iglesia Novohispana sobre una base de armonía y confraternidad fue considerado medio indispensable para paliar la huella traumática de la conquista.

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