LECTURA: EL “ERROR”, UN MEDIO PARA ENSEÑAR
Enviado por 311292 • 21 de Junio de 2014 • Tesis • 643 Palabras (3 Páginas) • 311 Visitas
LECTURA: EL “ERROR”, UN MEDIO PARA ENSEÑAR.
AUTOR: JEAN PIERRE ASTOLFI.
L
a lectura empieza comentando un frase que dice: “Todo educador sueña con un mundo ideal donde lo que aprenden los alumnos es el sosegado reflejo de lo que les enseña”. Considero que el texto ya es arcaico y que sus componentes no son del todo aplicables a la realidad social y educativa que se vive en las escuelas secundarias. Pero a partir de él se tiene que hacer la reflexión y dar el punto de vista sobre lo que uno considera pertinente.
Sabemos que en la institución educativa (escuela secundaria), si el profesor explica bien (si lleva un buen ritmo, si elige bien los ejemplos y contenidos, y por supuesto, si los alumnos están atentos y motivados, no debe (generalizando) haber errores; pero se sabe que esto no es 100% factible ni eficaz ya que para el aprendizaje de los alumnos no toda la carga recae en el profesor porque solo es un facilitador de contenidos y no una maquina que acumula información y la invierte en el educando, sino mas bien, toda información que un alumno tiene es directamente esfuerzo de él mismo; pero no olvidemos que la progresión curricular (a cargo del maestro) y la progresión intelectual (a cargo de los alumnos) tienen que ir a la par aunque ya puesto en práctica no es la misma.
Existen tres tipos de errores que la lectura menciona, considerando son importantes describirlos:
La primera es el “síndrome del rotulador rojo”. En el momento en que se percibe el error, se debe subrayar, tachar, limpiar del cuaderno y pensar en posibilidad de actuar de otro modo.
La segunda percepción, es que los errores de los alumnos hacen que los profesores duden de sí mismos y que piensen en lo ineficaz de la enseñanza impartida.
Una tercera percepción es el vértigo que se siente ante la idea de “sumergirse” en la mente de los alumnos. El saber establecido tiene su aspecto protector: da respuestas, da seguridad. Sin embargo, entrar en la “jungla” de las explicaciones de los alumnos, sacar a la luz todo ese “mineral” resistente, da miedo, miedo a hundirse sin poder salir a flote.
En la escuela secundaria hay maneras de solucionar el error, bien mediante el castigo, que puede llegar a comprenderse como un reflejo de reafirmación, frente al abismo que se ha descrito; o por medio del esfuerzo de replanteamiento de la programación, enmascarando quizá alguna culpabilidad latente. La primera actitud se carga el error al alumno y en la de sus esfuerzos de adaptación a la situación didáctica, y pues, la segunda va a la pésima elaboración del curriculum y a su falta de capacidad para adaptarse al nivel real de los alumnos, ya que en nuestro país, solo unos cuantos especialistas y en ciertos contextos de la republica deciden que, como y porque se va a enseñar ciertos contenidos. En los modelos constructivistas
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