LIDERAZGO DE ALEJANDRO MAGNO. GAUGAMELA.
Enviado por cyntyask8 • 7 de Abril de 2014 • 1.392 Palabras (6 Páginas) • 668 Visitas
GAUGAMELA, GRANDES BATALLAS. ALEJANDRO MAGNO Y LOS PERSAS DE DARÍO.
1. Historia y característica de liderazgo de Alejandro Magno y Darío.
• HISTORIA
La historia de la batalla de Gaugamela comienza con Filipo, el rey más poderoso de la Grecia de entonces, quien buscaba la unión de los estados griegos mediante la obtención de la victoria contra Persia, el antiguo y más grande enemigo de Grecia.
Filipo se casó Olimpia, y de ésta unión nació Alejandro Magno, quien fuera candidato a obtener el trono cuando falleciere su padre. Así sucedió tiempo después cuando Filipo dimitió (se rumora que fue Olimpia la causante de esto, puesto que ella quería asegurar la sucesión a su hijo). Alejandro, a sus 20 años heredó, además del poder de su padre, la ambición por conquistar Persia.
El imperio Persa abarcaba Turquía, Irák, Irán, Afganistán y el norte de la India.
Alejandro tenía ciertas misiones: Derrotar al imperio persa al mando de Darío III, recuperar los territorios del antiguo imperio Persa y alcanzar el límite que los griegos creían que era el océano. Así mismo, quería que su nombre perdurara para siempre.
En el año 333 a.c. Alejandro llegó a Turquía con un ejército de 40,000 hombres. En el corazón del ejército estaba la caballería hetairoi (de compañeros), una unidad de élite de unos 1,600 hombres. Alejandro dirigía en persona esta gran fuerza de caballería. Los persas enviaron, a su vez, un ejército para hacer retroceder a Alejandro, las dos fuerzas se encontraban junto al río Granicus. Alejandro condujo a la caballería al otro lado del río, se dirigió directamente hacia el yerno de Darío, matándole instantáneamente. El resto de sus compañeros cruzó rápidamente el río haciendo huir a los persas.
Alejandro continuó su avance hacia el este y Darío decidió ocuparse personalmente de él, así que reunió otro ejército y fue al encuentro de los macedonios en noviembre del 333 a.c., Darío superaba ampliamente el número de Alejandro, pero el campo de batalla no era lo suficientemente extenso para que pudiera sacar provecho de su ventaja numérica, por lo que nuevamente la caballería de Alejandro destrozó las líneas persas, así que Darío huyó dejando a la merced de Alejandro la suerte de su esposa, sus hijas y a su madre.
Estas victorias convirtieron a Alejandro en el amo y señor de todas las tierras al oeste, donde avanzaba. También conquistó Egipto, donde fundó la ciudad de Alejandría.
En julio del 331 a.c. el ejército macedonio estaba listo para avanzar hacia el corazón de Persia, tres meses más tarde Darío lo esperaba en la llanura de Gaugamela. Darío eligió luchar ahí para utilizar sus carros cegadores (diseñados para abrir huecos en la línea enemiga, proveídos de lanzas de un metro de ancho a los lados) a pleno rendimiento. La ventaja del terreno permitiría a Darío sacar provecho de su ventaja numérica.
El ejército de Darío poseía alrededor de 250, 000 hombres, cifra 5 veces superior al ejército de Alejandro Magno. La constitución del ejército de Darío era la siguiente: al frente se situaba la caballería, luego las tropas de infantería de élite (inmortales), lanceros, soldados a pie y caballos reales los seguían. Mulas y camellos llevaban el tesoro del rey. En comparación, el ejército de Alejandro era burdo y desorganizado.
Darío acomodaba sus tropas de la siguiente manera: por el flanco izquierdo, estaba la caballería (para detener la carga de la caballería hetairoi), infantería en el centro de la línea con el rey y el séquito real. Delante estaban los elefantes portadores de equipaje y otros 50 carros, por el flanco derecho había infantería y 100 carros cegadores.
Alejandro organizó su infantería en falanges (primeras 5 filas con lanzas hacia enfrente y las demás en un ángulo de 75 grados para desviar las jabalinas enemigas). Así mismo, combinaba la fuerza de la falange con la flexibilidad de los ataques rápidos de la caballería. La falange funcionaba como un escudo y la caballería como una espada ofensiva. Lo que Alejandro buscaba en sus batallas era una abertura en las líneas enemigas, en cuanto la encontraba, dirigía una carga de su ejército hacia el hueco y atacaba.
Los dos ejércitos avanzaron en línea de batalla, Darío tenía el terreno a su favor.
Para evitar que le superaran por los flancos, Alejandro dirigió su caballería hacia el final de la línea persa, por lo que la caballería de Darío se movió en la misma dirección. Estas maniobras fueron ventajosas para Alejandro ya que alejaron a las fuerzas persas lejos del terreno que el emperador persa había preparado para sus carros.
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