La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América Latina

Luego de anunciar su decisión de incorporarse a la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América Latina, el gobierno de Honduras, para no dejar duda del significado histórico-político de este acontecimiento, invitó a todos los jefes de Estado miembros a la firma oficial del convenio, en un multitudinario acto realizado en la Plaza de La Libertad, donde el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, y los presidentes Daniel Ortega, de la vecina Nicaragua; Evo Morales, de Bolivia; Hugo Chávez, de Venezuela, principal motor del Alba, disertaron sobre el sentido, realizaciones e importancia de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América Latina. Finalmente, el presidente anfitrión Manuel Zelaya, expresó lo que representa el Alba para el pueblo hondureño. Además de los gobernantes, autoridades locales, cuerpo diplomático, destacó en la plaza la presencia del movimiento social organizado, principalmente lideres del sector rural. La presencia de Vía campesina fue señala por Evo Morales, el primer presidente Aymará de Bolivia, nacido de los movimientos sociales.

Con frecuencia en América del Sur, personas medianamente informadas, aun periodistas tienen dificultades en entender la importancia que damos al giro que está viviendo en Honduras y la esperanza que suscita en los centroamericanos que soñamos con justicia social para todos lo pueblos del Istmo.

Intentos de desenfocar el debate

El Alba ha provocado un amplio debate en Honduras. Gente de derecha, mentalmente colonizados como el ex presidente Madura, declaró que firmar el Alba seria como “morder la mano de Estados Unidos” de donde vienen alrededor de 2000 millones de dólares anuales, como si el aporte de los emigrantes hondureños fuera un acto de generosidad de los actuales gobernantes estadounidenses y no resultado del esfuerzo abnegado los hondureños que trabajan en EE.UU. y Canadá.

Dirigentes del Partido Nacional (conservador), algunos líderes del gobernante Partido Liberal, diferentes organizaciones empresariales hondureñas, sin analizar las ventajas económicas de la cooperación venezolana y el potencial del comercio con los países miembros, se han opuesto a la incorporación de Honduras al Alba, tomando una posición ideologizada, que se podría resumir en términos coloquiales: ‘Se va a molestar el patrón del norte, solo del norte desarrollado puede venir ayuda económica sólida’. Ignoran o quieren ignorar lo que fueron los enclaves bananeros, mineros o madereros -propiedades de empresas del norte-, que saquearon Honduras, sin generar desarrollo para el país y destruyendo el medio ambiente. Pretenden desconocer también la importancia de asegurar el abastecimiento energético en condiciones favorables.

Recorren a la mentira de que Alba implica una alianza militar contra los Estados Unidos de Norteamérica. Ese argumento del ‘uy uy uy el mono’, esgrimido por las cúpulas de la derecha hondureña subestima la capacidad de análisis del pueblo, poniendo el tema del Alba en términos de confrontación militar. Tratan de desviar el debate de los asuntos centrales; pretenden ocultar la verdadera naturaleza de la Alternativa Bolivariana. Ningún dirigente de los países del Alba piensa en una confrontación militar con los Estados Unidos. Sería absurdo por principios y por lógica. Los Estados Unidos son aún la potencia militar hegemónica indiscutible en América y el mundo. Pero cada vez es más claro que la lucha por las conciencias y los corazones no se juega en el terreno militar.

Las banderas del Alba han sido: promover la educación, la salud; asegurar el abastecimiento energético en un mundo con creciente escasez de hidrocarburos; enviar maestros, médicos y paramédicos a los países más empobrecidos; ofrecer becas universitarias para que los jóvenes que nunca tuvieron acceso a la educación superior puedan aportar al desarrollo de su país y tener un trabajo mejor remunerado.

La proyección del Alba es fundamentalmente social. Cuba es una potencia médica y educativa. El programa “Yo sí puedo” ha sido aplicado exitosamente en más de veinte países. Centenares de miles de latinoamericanos en Bolivia, Venezuela, Centroamérica han sido alfabetizaos con ese método. El programa “Operación Milagro”, realizado conjuntamente con Cuba y Venezuela, ha conseguido brindar atención médica gratuita a un millón trescientos mil latinoamericanos con problemas en la vista, como recordaba el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage. Hay quienes afirman que ese programa es populismo. ¡Bendito populismo que devuelve la vista a los ciegos!

Las armas del Alba no son los portaviones, las cañoneras, los marines. Esas armas van perdiendo eficacia en un mundo seriamente amenazado por los altos precios de los alimentos y el espectro del hambre. Los gastos militares no resuelven los problemas del hambre y la miseria.

Ningún país de Alba tiene "bases" militares fuera de su territorio, y la doctrina militar de estos países es totalmente defensiva, incluyendo también la defensa de los recursos naturales.

Venezuela es una potencia petrolera, su lógica es asegurar el abastecimiento de hidrocarburos de los países latinoamericanos no productores de petróleo. Su prioridad no es el máximo lucro para sus empresas; es más bien trabajar por propia su seguridad alimentaria, alcanzar un desarrollo endógeno y fortalecer los lazos de solidaridad latinoamericana.

Es cierto que hay divergencias entre el modelo del Alba y el modelo de los Tratados de Libre Comercio (TLC) propuestos por Estados Unidos. La lógica Los TLC, en síntesis, es promover un intercambio comercial regulado a favor de los grandes empresarios. Ese "libre" juego, sin intervención de los Estados, traerá la prosperidad concentrada en los grandes, y después se derramará de arriba hacia abajo.

La lógica del Alba sostiene que los Estados deben promover y garantizar la repuesta a los derechos humanos básicos de las grandes mayorías: alimentación, salud, educación, trabajo. Y liderar el esfuerzo de toda la sociedad para alcanzar este objetivo. La empresa privada tiene un papel, pero dentro de un marco de desarrollo nacional, donde el agua, los recursos naturales, no son una simple mercancía. El debate está planteado. Honduras solo ha dado un primer paso, y está pendiente en ese debate un trabajo educativo y participativo, que muestre resultados concretos en la lucha por el desarrollo social.

Contextualizar el cambio

Para ayudar a comprender lo que significan los acuerdos firmados por los presidentes Chávez y Zelaya, creemos conveniente contextualizar los cambios que se están dando en una perspectiva historia reciente. El poder ejecutivo hondureño

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