La Caida De La Economia

“LA CAIDA DE LA ECONOMÍA”

En los años setenta se dio la transformación del entorno económico internacional y el intento de modificar la estrategia de desarrollo de México, las administraciones de los setenta no fueron exitosas para superar los viejos problemas, nuevos obstáculos surgieron y la consecuencia de estos fracasos fue la pérdida de la estabilidad macroeconómica.

La administración de Echeverría, quien asumió la presidencia a principios de los setenta, tuvo como punto central de su plataforma política el argumento de que la estrategia del “desarrollo estabilizador” había fracasado en resolver el problema fundamental de la desigualdad.

Una nueva estrategia de “desarrollo compartido” fue planteada, en la cual los beneficios del crecimiento serían distribuidos en forma más justa, la estrategia estaba dirigida a mejorar el pobre desempeño de la agricultura, la reforma impositiva y la baja competitividad industrial en los mercados de exportación.

Tal como se concibió originalmente el “desarrollo compartido” iba a alcanzar una mejora en la distribución del ingreso al reorientar la inversión pública y el financiamiento hacia el sector agrícola, y reformar lo que se consideraba un sistema impositivo débil e inequitativo.

Otras iniciativas del gobierno dirigidas al sector agrícola fueron un aumento en los precios de garantía de los productos básicos y una rápida expansión del crédito agrícola y de los servicios de extensión, incluyendo la creación del Programa Integral del Desarrollo Rural (Pider) que, al igual que su predecesor de los sesenta (el Programa Coordinado de Inversiones Públicas en el Medio Rural) fue lanzado para dar soporte técnico y financiero a las comunidades rurales para el diseño y ejecución de proyectos de infraestructura.

El casi estancamiento de la agricultura es probablemente la explicación de por qué la reducción de la tasa de pobreza se desaceleró durante este periodo.

“La inflación subió a una tasa de dos dígitos en 1973 y llegó a más de 20% en 1974” . La inflación fue atizada por la rápida expansión del gasto púbico, el efecto del choque petrolero en 1973, y también por choques de oferta agrícola negativos que movieron los términos de intercambio a favor de la agricultura.

Para 1973 las negociaciones de los salarios mínimos pasaron de de ser bianuales a anuales, reforzando con ello a la inflación, la combinación de la inflación con crecientes requerimientos de reserva en la banca obligó a los bancos a pagar tasas de interés reales negativas sobre sus depósitos, lo que trajo como consecuencia la desintermediación financiera y una reducción de los créditos bancarios como porcentaje del PIB.

Para 1975 la expansión económica la impulsaba en gran medida, el gasto público, con una participación en el PIB del gasto en consumo y, especialmente, en inversión pública muy por encima de los niveles de 1971. A medida que el entorno macroeconómico se hacía muy inestable y, en particular el resurgimiento de la inflación llevaba a una apreciación del tipo de cambio real, los incentivos provistos por la política industrial se vieron contrarrestados.

Sin un tipo de cambio competitivo, la estrategia fallo en reforzar la competitividad del sector exportador y la sustitución de importaciones en el sector de bienes de capital. Las exportaciones de manufacturas se estancaron en 1974 y cayeron en 1975, en tanto que el balance externo de la agricultura declinaba continuamente.

“La participación de las importaciones en el mercado interno empezó a subir en la medida en que el proceso de inversión no se diversificó hacia nuevas actividades. Así la contribución de la sustitución de importaciones al crecimiento industrial cayó y llegó a ser negativa y el crecimiento del PIB empezó a caer gradualmente a partir de 1974.

A pesar del aumento de controles y aranceles a la importación la presión sobre la balanza de pagos obligó al gobierno a devaluar el peso en cerca del 100% en agosto de 1976, abandonando la paridad en el tipo de cambio que

...