La Caida Del Muro De Berlin
Enviado por gabrielakarmin • 19 de Noviembre de 2012 • 538 Palabras (3 Páginas) • 638 Visitas
Con el final de la Guerra Fría ha quedado pulverizado el orden establecido en la Conferencia de Yalta. La división del planeta en áreas de influencia ideológica, generó dos sistemas económicos separados que perpetuó el estancamiento en el que la globalización económica había quedado en 1914.
La caída del muro de Berlín simbolizó el final de esa contención, el final de una etapa de estructuras estáticas e incuestionadas , especialmente en Europa. Sin embargo desde 1989, las grandes potencias económicas han estado tomando posiciones y realizando ajustes para la pugna por el mando mundial. El fin del socialismo real, ha devuelto a la competición entre los Estados-nación su naturaleza económica, despojándola de la legitimidad ideológica y moral que tuvieron, durante el periodo 1945-1991, las dos grandes superpotencias. Hoy la URSS ha desaparecido, y Estados Unidos ve cuestionado su liderazgo en Occidente.
Con la caída del muro, Europa perdió valor estratégico para la geopolítica estadounidense, y desde entonces, en ambos lados del Atlántico se desea rediseñar la relación entre Estados Unidos y la Unión Europea. En ambas orillas hay quienes apuestan por entenderse y quienes valoran que el entendimiento solo es posible renunciando a intereses vitales. Tras el 11 de Septiembre, en la Administración de los EEUU – pero no en todo el Establishment estadounidense– se ha apostado por la hegemonía, y ésta requiere de la supeditación del otro. De esta manera, si en el área trasatlántica la relación está marcada por la cooperación y las inversiones mutuas, fuera de ella predomina la competencia política y económica.
La caída del muro fue el pistoletazo de salida hacia la explotación de nuevas oportunidades, de nuevas áreas de influencia ideológica y sobre todo económica. A pesar de toda la literatura sobre lo novedoso del proceso y las características de la globalización, el examen de la historia inmediata es concluyente: el capital productivo –por muy multinacional que sea– sigue dependiendo del Estado-nación .
Los datos establecen que hoy, las relaciones económicas siguen siendo Inter-nacionales, y se sabe que la apertura de nuevos mercados constituye uno de los elementos centrales de la “destrucción creadora” del capitalismo . Por otra parte, la experiencia histórica señala que los Estados-nación, sea cual sea su sistema político, compiten políticamente –a través de la diplomacia o los cuerpos expedicionarios– para aumentar su influencia y para que sus capitales obtengan las mejores condiciones en los mercados emergentes. En suma, todo apunta a que, el escenario que Francis Fukuyama describía como el fin de la historia, no es sino el retorno al punto de partida, un re-inicio de la historia desde el que se abren múltiples posibilidades.
La caída del muro y el colapso soviético, lejos de simbolizar el triunfo definitivo del mercado y la democracia
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