La Conquista De Mexico
Enviado por Cessartr • 11 de Marzo de 2015 • 1.332 Palabras (6 Páginas) • 195 Visitas
La Conquista de México
Tras el descubrimiento de América, los europeos se interesaron por las noticias de grandes yacimientos de oro en ese continente. Carlos V, rey de España, necesitado de fondos para financiar sus campañas bélicas contra Inglaterra, autorizó que cualquier español emprendiera el “rescate de oro” en América con la condición de que su gobierno recibiera la quinta parte.
Los relatos de la gente conquistada rara vez se escuchan, pero existen documentos que datan de 1528, escritos en Náhuatl, donde se relatan ocho presagios que sucedieron diez años antes de la llegada de los españoles. Éstos son una extraña aparición en el cielo; fuego consumiendo el templo de Huitzilopochtli; un relámpago destruyó el templo de paja de Xiuhtecuhtli, la apariencia de fuego cruzando el cielo; el hervor e inundación de un lago cerca de Tenochtitlán; mujeres llorando noche tras noche; la captura de una creatura desconocida en una red de pesca; y haber visto monstruos con dos cabezas caminando por la ciudad. El Emperador Moctezuma consultó a los adivinos para determinar las causas de estos presagios y no pudieron dar una explicación, hasta la llegada de los españoles.
En 1517, Hernández de Córdoba fue enviando a explorar la península de Yucatán. Veinte y dos españoles murieron atacados por los mayas y Córdoba fue fatalmente herido. Un año después de esta fatídica expedición, el Gobernador Velázquez decidió comisionar otra, bajo el mando de su sobrino Juan de Grijalva. Sus cuatro barcos viajaron a lo largo de la costa de Yucatán para desembarcar en la región de Tabasco, parte del imperio Azteca. Antes de que ésta volviera, Velázquez decidió enviar una tercera y más grande expedición para explorar la costa de México, Hernán Cortés, uno de sus favoritos, fue nombrado comandante. Las instrucciones eran comenzar relaciones de intercambio comercial con las tribus indígenas de las costas. A Cortés, motivado por su ambición personal decía: “Nosotros los españoles sufrimos de una enfermedad que sólo el oro puede curar”. Su contingente consistió de once barcos con aproximadamente 100 marineros, 530 soldados, un doctor, algunos carpinteros, ocho mujeres, algunos cientos de cubanos y algunos africanos, libres y esclavos.
Cortés pasó un tiempo en la isla de Cozumel, intentando convertir a los nativos al Cristianismo, después continuó su viaje a la Península de Yucatán. Encontró a Jerónimo de Aguilar, un español que sobrevivió a un naufragio en 1511 y desde entonces había estado viviendo entre los mayas. Cortés luego conoció a una mujer que llamó Doña Marina, conocida comúnmente como Malinche. Estos dos personajes que se integraron al equipo de Cortés fueron la clave del éxito. Cortés le hablaba a Jerónimo de Aguilar en español, él traducía al maya para Malinche y ella traducía al náhuatl, el idioma de los aztecas.
La Malinche aprendió español, se convirtió en la amante de Cortés y le dio un hijo. Malinche derivó en malinchista, un término que significa traidor.
Las totonacas ayudaron a Cortés a construir la ciudad de La Villa Rica de la Vera Cruz, el comienzo de su intento por conquistar al imperio azteca. El 10 de julio de 1519 se proclamó la Villa Rica de la Vera Cruz, la actual ciudad de Veracruz. La ley de España establecía que si se fundaba una ciudad con cabildo, inmediatamente se convertía en autónoma. Cortés creó el cabildo y le ordenó nombrarlo Capitán General. Con este nuevo rango, Cortés sólo le debía obediencia al Rey de España y ya no estaría sometido a la autoridad de Velázquez.
Los aztecas ofrecieron poca resistencia ante los avances de los españoles porque creían que Cortés era el dios Quetzalcóatl quien, según la profecía, regresaría. El hecho de que los hombres que habían llegado del mar tenían piel clara y barbas largas motivó la creencia de que la divinidad Azteca había regresado. Algunos historiadores han discutido esta versión, argumentando que este mito fue fabricado por los españoles para convencer a los aztecas sobre la naturaleza divina de su misión, facilitando la aceptación de Cristo al asociarlo
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