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La Cuida Antigua


Enviado por   •  3 de Junio de 2013  •  2.210 Palabras (9 Páginas)  •  338 Visitas

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LA CONSTRUCCIÓN DEL DERECHO SOBRE LAS BASES

DE LA TORRE DE BABEL: ATEISMO CONTEMPORÁNEO

Iniciamos el presente texto rememorando la célebre consigna de Del Veccio: “No se concibe una sociedad sin derecho, ni un derecho sin una sociedad” y en ese mismo sentido lo expresa Luis Dorantes Tamayo: “Únicamente el ser humano puede llegar a descubrir el derecho, a crearlo, porque sólo él posee la Gracia Divina que se llama razón” Lo que indica que el derecho surge con la aparición de la sociedad misma, como producto de su espíritu humano e inspirado por algo superior que Dorantes llama la Gracia Divina pero que la identifica con la razón misma. Frente a esto, surge una inquietud ¿Si el derecho es de creación humana, se habrá construido sobre cimientos, cuáles? ¿Sobre qué bases lo construyeron la sociedad antigua y la sociedad moderna?

Si miramos la obra del historiador francés Numas Denis, La Ciudad Antigua, leeremos que el derecho de la sociedad antigua se fundó sobre sus creencias domésticas: “La comparación de las leyes con las creencias demuestra que una religión primitiva constituyó la familia Griega Y Romana, estableció el matrimonio y la autoridad paterna, determinó los grados de parentesco, el derecho de propiedad… y después de haber ensanchado y extendido la familia, formó una asociación mayor, la ciudad”

Entonces, Tenemos que la religión primitiva constituyó la base del derecho de la sociedad antigua que realzaba valores como el respeto a los antepasados, el culto a los dioses del hogar, el respeto a las tumbas y sepulcros.

Sin embargo, no todo el tiempo este fundamento iba a permanecer inmóvil y erigirse el derecho sobre la religión primitiva, si no que a lo largo de la historia nuevos pensamientos afloraron para la construcción de una sociedad y un derecho que permitiera la convivencia entre los individuos, para legitimar el poder estatal o de determinado grupo social, por lo que se propugnó por un derecho justo o el correcto para la sociedad que creara un orden justo o sirviera para

garantizar el bien común y las libertades de los hombres. De allí que las bases del derecho de la sociedad antigua sufrieran Una transformación; pero el derecho siempre se ha construido sobre ciertas bases, si bien influenciadas por la filosofía de la época, de ellas no se ha podido desprender ni eliminar una base de tipo espiritual, una idea de lo eterno, una creencia sobre un ser supremo y eterno o metafísica como lo pudieran denominar otros. Para verificar esa evolución Miremos de nuevo la ciudad Antigua:

“El Estado se hallaba íntimamente ligado con la religión de quien procedía, confundiéndose con ella… La ciudad era la única fuerza viva, y nada había encima ni debajo de ella, ni unidad nacional ni libertad individual…La religión primitiva se alteró y envejeció con el tiempo. Comenzaron los hombres a adquirir ideas acerca de la naturaleza inmaterial, fue precisándose la noción del alma humana, y casi al mismo tiempo surgió en los espíritus la de una Inteligencia divina. Apareció luego la filosofía y trastornó todas las reglas de la antigua política. Teniendo Pitágoras una idea, aunque vaga, del Ser Supremo, despreció los cultos locales, y de esto bastó para que se rechazase los antiguos sistemas de gobierno. Anaxágoras intuyó al Dios-Inteligencia reinando sobre todos los hombres y sobre todas las cosas. Vinieron los sofistas y ejercieron mayor influencia, examinaron y discutieron con valor las leyes que todavía regían el estado y la familia, enseñando no la diferencia de lo justo e injusto, sino una justicia nueva, menos estrecha y exclusiva que la antigua, más humana, racional e independiente de las costumbres antiguas. Sócrates, reprobando el abuso que hacían los sofistas del derecho de dudar, creía que en la conciencia humana estaban grabadas las reglas de conducta. Colocaba la verdad por encima de la costumbre, y la justicia sobre la ley. Separaba la ley de la religión y que el principio del Deber estaba en el alma humana. Platón propone no es tanto el perfeccionamiento del hombre como la seguridad y Grandeza de la asociación. Platón proclama como Sócrates y los sofistas, que las leyes no son justas sino en tanto que se conforman con la naturaleza humana. Aristóteles plantea que la ley es la razón, y que el estado no es más una asociación de seres iguales que buscan en común una existencia feliz y tranquila. De este modo la filosofía rechaza los antiguos principios de las sociedades y busca una nueva base en que apoyar las leyes sociales y la idea de la patria. Los cínicos, Diógenes, niegan hasta la misma patria y dicen que el hombre es ciudadano del universo. Aparecieron los estoicos, Zenón, ensanchando la idea de la asociación humana, emancipa al individuo y enseña

Que existe una dignidad no de ciudadano sino de hombre, que además de su deberes para con la ley, el hombre los tiene para consigo mismo, y que el supremo mérito no es vivir o morir por el estado, si no ser virtuoso y agradar a la divinidad” .

De lo anterior, hay dos cosas que valen la pena anotar, el hecho que se pudo separar el derecho de la religión, lo que permitió una transformación del antiguo régimen municipal y el derecho empieza a tener su cimiento en la razón humana, en su naturaleza; y la segunda, es que a pesar de las ideas nuevas, persiste un sustrato, una idea del ser divino, o una idea de su mundo o su naturaleza. Y desde la antigüedad hasta la modernidad aún persiste, muy a pesar que se le han pretendido desconocer. Anáxagoras le reconoce como Dios-inteligencia, Platón reconoce un mundo de las ideas perfectas, Sócrates tiene una idea de lo Inmutable, Aristóteles habla del bien, que no es más que el carácter esencial del ser supremo, los estoicos admiten que el hombre debe agradar a la divinidad.

Todas esas ideas de la divinidad, del bien, de la justicia, tuvieron una notable influencia en las generaciones posteriores y halló en el cristianismo una forma más real de experimentar una relación más intima con Dios y un sentido de la verdadera Justicia. Ya en la edad Media, la mirada se pone en la fe hacia Dios y sin desconocer el gobierno de los hombres. Para santo Tomás, en su obra La Suma Teológica, reconoce tres tipos de leyes: La ley divina, las leyes de los hombres, y las leyes de la naturaleza. En la Modernidad El ius naturalismo reconoce que existe un legislador universal y sus leyes nos unen a él,

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