La Decena Trágica

Decena Trágica

Se le da el nombre de Decena Trágica ya que fue un corto periodo de un poco más de diez días (9 de febrero al 18 de febrero de 1913) en los cuales ocurrió demasiada violencia y se derramo mucha sangre debido a un movimiento armado. Era el año de 1913, el presidente de la Republica era ya Francisco I. Madero, pero en contra de este de encontraban muchos grupos agresivos repletos de mercenarios. En la ciudad de México se dieron rebeliones militares en contra del Presidente que eran comandadas por el general Manuel Mondragón y se pusieron en libertad a los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz (quienes murieron el primer día de la guerrilla) que estaban presos. Bombardearon el Palacio Nacional y secuestran al Presidente Madero y al Vicepresidente José María Pino Suárez. Al caer rendido el general Lauro Villar, defendiendo el Palacio Nacional, Madero nombró en su lugar a Victoriano Huerta. Pero este último traiciono a Madero ya que quería llegar a la presidencia y obligo a Madero y a Pino Suárez a firmar su renuncia un día después de ser aprehendidos. Entonces Pedro Lascurian que era ministro de relaciones exteriores quedo de manera automática, ya que así lo estipulaba la ley, en la presidencia del país, Lascurian nombro a Huerta como secretario de gobernación, su presidencia duro escasamente 45 minutos, los suficientes para renunciar y quedar Victoriano Huerta al cargo de la presidencia del país(18 de febrero de 1913). La revuelta termino al cuarto día de tener presos a Madero y Pino Suárez, Huerta los mando fusilar el 22 de febrero de 1913. A partir del 18 de febrero de 1913 es cuando empieza el régimen Huertista, que se basaba en el militarismo, la represión, el gobierno del terror, la censura, durante su gobierno hubo innumerables muertes de diputados, como la de Belisario Domínguez, a quien mando matar luego de un discurso que Belisario Domínguez pronuncio en contra de Huerta. Huerta disolvió la cámara de diputados y la XXVI legislatura fue encarcelada, el senado decidió desintegrarse antes de sufrir las mismas consecuencias

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