La Dictadura Del Dr. Francia
Enviado por caveira • 24 de Abril de 2015 • 14.171 Palabras (57 Páginas) • 636 Visitas
LA DICTADURA DEL DOCTOR FRANCIA
El congreso proclama Dictador al doctor Francia.
El 13 de octubre de 1814 inició sus sesiones el Congreso. Fue elegido presidente el doctor Francia, quien, en el discurso inaugural, aconsejó la formación de un Gobierno personal para la mejor defensa de la independencia nacional. Había partidario de la subsistencia del Consulado, y otros que no lo eran propusieron la designación de Yegros para el Gobierno unipersonal. Mariano Antonio Molas propuso al doctor Francia como dictador. La discusión se prolongó, pero terminó cuando las tropas que obedecían a Francia hicieron un sospechoso despliegue en torno al templo donde se reunía el Congreso. La mayoría de los votos campesinos apoyó al doctor Francia, quien fue designado “Dictador Supremo de la República” por un período de cinco años. Se le autorizo a constituir el Tribunal Supremo y a ejercer potestad judicial mientras tanto. Al día siguiente clausuró sus sesiones el Congreso, después de resolver su reunión anual, cada mes de mayo, de disminuir el número de diputados a 250 de recoger el juramento del flamante dictador. Asunción recibió con regocijo popular la ascensión del doctor Francia al Poder Supremo. Las sombras cayeron sobre el Paraguay.
Se apaciguan descontentos en la tropa.
La exclusión de Yegros del Gobierno suscitó propuestas en la oficialidad de una de las unidades militares de la capital. El capitán Pedro Juan Caballero, que había regresado de su confinamiento, aplacó en sus comienzos el descontento de los militares, consiguiendo convencerles de que debía acatar el nuevo Gobierno. El doctor Francia procedió con tacto y habilidad. No adoptó ninguna medida, pero al mismo tiempo que creaba un fuerte batallón de granaderos para su guardia personal, con elementos que le respondían por entero, alejó paulatinamente de la capital a los descontentos. La depuración del ejército continuó durante mucho tiempo hasta que de él desaparecieron las trazas de toda otra influencia. Los no adictos al doctor Francia fueron reemplazados por individuos del interior, de baja extracción, aunque partidarios decididos del dictador y a los cuales se cuidó de no otorgar sino graduaciones inferiores.
Se restablecen los monopolios.
Unos de los objetivos principales de la Revolución había sido la supresión de los monopolios. El dictador los restableció, comenzando por la madera, de gran demanda en Buenos Aires. El Estado era el único comprador y no la revendía sino a los comerciantes que traían armas y municiones. Poco a poco fue extendiéndose el sistema a los demás productos. De este modo el dictador se proveía de elementos para organización del Ejército y regía el comercio con el exterior.
Medidas contra los eclesiásticos españoles.
El partido españolista tenía sus últimos baluartes en la clase eclesiástica. El doctor Francia tomó medidas para suprimir el peligro. Exoneró de sus empleos y oficios a varios de ellos y les privó de sus funciones a menos que acreditaran “adhesión constante y decidida a la actual constitución, libertad e independencia absoluta de esta República”. Por otro decreto desligó a las comunidades religiosas establecidas en el país de toda sujeción extranjera, haciéndolas depender exclusivamente del obispo diocesano. Fue suprimido todo vestigio de la Inquisición.
Buenos Aires pide nuevamente auxilio.
Elevado el general Carlos de Alvear al Gobierno de Buenos Aires, procuró reanudar las relaciones con el Paraguay, suspensas desde el fracaso de la misión Herrera. La causa de la independencia americana pasaba por un momento crítico. En España se preparaba una fuerte expedición para la conquista del Río de la Plata. Mas que nunca era necesario el auxilio militar del Paraguay. Alvear se dirigió a Francia solicitando el envío de tropas y efectos del país, a cambio de cañones y armas para que las fronteras del Paraguay no quedasen indefensas. Ya no se hacían hincapié en el tratado del 12 de octubre. Buenos Aires invocaba ahora la adhesión del Paraguay a la causa común de la libertad. Poco después insistió Alvear en su solicitud llegando a ofrecer a Francia 25 fusiles por cada 100 reclutas enviados. La posición de Alvear irritó a Francia. No concebía que se quisiera negociar con la sangre de los paraguayos. ¡Hombres por fusiles! Rehusó entrar en tratos; adoptó un nuevo e inusitado procedimiento: dejó sin respuesta la nota de Buenos Aires y “sin embargo poco había que hacer para contestar a tales oficios, pues no se reducen más que a remover asuntos antiguos ya ventilados muchas veces, fenecidos y olvidados en el día”
El Paraguay es invitado al Congreso de Tucumán.
La descortés actitud del dictador no descorazonó al Gobierno de Buenos Aires. Resuelta la reunión en un Congreso en Tucumán para decidir definitivamente el destino de las Provincias del Río de la Plata, cuatro veces durante 1815 el director Alvear invitó al Paraguay a enviar sus diputados. El dictador conceptuó la invitación atentatoria a la independencia nacional; tampoco contestó a estos oficios, y a los barcos armados que vinieron expresamente conduciendo la correspondencia no les permitió subir más arriba de Pilar. Comenzaban a echarse los cerrojos del país. El Gobierno de Buenos Aires no pudo conocer el pensamiento del Paraguay, pues el dictador lo explayó sólo a sus subordinados a quienes explicó que era insultante “pretender que una República independiente envíe diputado a un Congreso de las provincias de otro Gobierno”.
Se teme una invasión de Artigas.
El dictador no aceptaba entablar relaciones de ninguna clase con Buenos Aires, y de igual modo siguió rehusando su apoyo a Artigas. El jefe oriental dominaba la Mesopotamia hasta Corrientes y buscaba, sin ahorrar procedimientos, la alianza paraguaya contra Buenos Aires. No tuvieron éxito sus gestiones ante Francia y tampoco consiguió que Yegros y Cabañas, produjeran un movimiento subversivo dirigido a formar un Gobierno favorable a sus miras. Artigas dispuso por indiferencia paraguaya, tomó represalias. Sus tropas ocuparon Candelaria y confiscaron en Corrientes un importante cargamento de armas destinado al Gobierno de Asunción. Todo hacía presumir en julio de 1815 una invasión. El dictador puso al país en estado de defensa. Envió tropas a una flotilla al Paraná; movilizó contingentes en Asunción, Paraguari y Villa Rica, y se aprestó a resistir con 4.000 soldados en al capital. Artigas, esperaba una invasión paraguaya, amenazado por los portugueses abandonó sus planes hostiles. El dictador licenció las tropas y quedó convencido de que la independencia del Paraguay tenía muchos enemigos y que no todos ellos estaban en Buenos Aires.
Se proclama
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