La Edad Media. Romero, José Luis,

El feudo fue una unidad económica y política de marcada tendencia a la autonomía y destinada a ser a la vez un ámbito cerrado. Había sido concedida a un noble por el rey para que se beneficiara con sus rentas y, al mismo tiempo, para que lo administrara, gobernara, y defendiera. El beneficio suponía la aceptación de una tierra con la condición de no tener sobre ella sino el usufructo en tanto que se reconocía el dominio al señor que la entregaba. El vasallaje suponía la admisión de una relación de dependencia política, el vasallo era automáticamente enemigo de los enemigos de su señor y amigo de sus amigos. El vínculo feudal se formalizaba en ceremonia pública y ante testigos. El contrato feudal tenía dos fases en la primera se establecía el vínculo del beneficio (mediante la investidura) en la segunda se establecía el vasallaje por el juramento de “homenaje” que hacia el futuro vasallo a su futuro señor, besando su mano o poniendo las suyas entre las de él. Era la sociedad feudal una organización basada en la desigualdad. Las clases no privilegiadas eran las de los campesinos y la de los siervos, el campesino libre solo poseía sobre el siervo la posibilidad de cambiar de amo, el siervo estaba en cambio atado a la gleba y formaba parte de ella, pero ni campesinos libres ni siervos podían hacer nada frente a los abusos de los señores. Ese régimen empezaría a desintegrarse por la presión de nuevas fuerzas económicas sociales y políticas, de modo que no puede ya hablarse con absoluta exactitud de una sociedad típicamente feudal.

En 1918 fue elegido Enrique de Sajonia y desde entonces hasta 1002 los duques sajones dominarían el reino imponiendo a los señores por diversas vías la elección del sucesor dentro de su casa, aunque la corona siguió siendo electiva en teoría la practica resulto hereditaria. Por su parte, Inglaterra adquiría poco a poco una fisonomía diferente debido a las sucesivas invasiones que sufrió. Mientras en Europa cedía el poder de los señores, la monarquía inglesa se establecía sobre la base de un vigoroso poder central.

En la península Ibérica crecían entre tanto los reinos de catilla y Aragón, y se formaba el de Portugal. El reino de Castilla habíase formado por el progresivo desarrollo del pequeño reino Astur-leonés que se estableciera en las montañas del noreste al producirse la invasión Musulmana. Entre tanto el reino de Aragón se extendió progresivamente por las costas del Mediterráneo. Así crecieron y se organizaron las monarquías occidentales durante los primeros tiempos de la época feudal en una constante lucha interna. En la cual la corona comenzó a buscarse aliados y los hayo muy pronto en la burguesía.

Mientras la Europa Occidental de disgregaba en un sin número de señoríos sobre los cuales ejercía escaza autoridad el emperador y los Reyes, el Imperio Bizantino y el Califato musulmán mantuvieron durante algún tiempo su unidad. En Bizancio los reinados de León III (717-740) y Constantino V (740-775) correspondieron a una época de ajuste y ordenación del imperio. Con la Emperatriz Irene -época de Carlo Magno- hubo también una época gloriosa, pues no solo se contuvo a los invasores Árabes sino que también se logró impedir el ataque de los rusos. Desde 867 hasta 1056 rigieron el impero Bizantino los emperadores macedónicos y el 1054 quedo definitivamente establecido el sisma entre Roma y Constantinopla. El imperio Bizantino entro en una rápida declinación no solo por razones internas sino también por la terrible ofensiva que iniciaron los musulmanes, estos se apoderaron del Asia menor tras operaciones rápidas y concluyentes, de modo que el imperio Bizantino se vio en el mayor peligro.

En España el emirato de Córdoba alcanzó su mayor desarrollo en época de Abderramán III (912-961). En 1060 la autoridad del Seldyúcida Togulbreg era reconocida en todo el califato así como también en Egipto y otras regiones antes separadas, hasta 1157 su autoridad fue vigorosa y se manifestó sobretodo en la reanudación de la guerra santa, pero su energía era la del rudo guerrero, no la del político, de modo que el califato se escindió muy pronto en varios emiratos autónomos. La pérdida de algunos lugares estratégicamente importantes como –Edesa y Jerusalén- contribuyo a acelerar la declinación de los emiratos musulmanes.

En el occidente, el Santo Imperio Romanogermanico era hacia el siglo XI la potencia más importante. Llegado Enrique IV a la mayoría de edad se propuso reprimir las tendencias autonomistas de sus vasallos y se suscitaron conflictos internos de mucha gravedad. Gregorio VII fue una de las más enérgicas personalidades que haya tenido la historia del papado y acaso el más celoso defensor de la omnipotencia de los pontífices, más adelante el emperador Enrique V y el papa Calixto II mediante la firma del Concordato de Worms se establecía allí que el papa otorgaría a los obispos la investidura canónica pero que estos no entrarían en posesión de los feudos adscritos a la silla episcopal sino mediante la investidura por el Emperador.

Felipe Augusto habíase preocupado también de encontrar aliados contra los señores feudales, y favoreció a las nacientes burguesías protegiéndolos contra ellos. Luis IX ofreció la paz a Inglaterra y la concluyo con la firma del tratado de Paris en 1258. Ese tratado que tantas inquietudes suscito en Inglaterra, proporciono en cambio a Luis IX un notable prestigio en la cristiandad.

Mientras tanto, la principal preocupación de los reinos de Portugal, Castilla y Aragón era la lucha contra los musulmanes. Para 1195 Alfonso Enriques había logrado desalojar a los musulmanes de Portugal y los Aragoneses habían conquistado Zaragoza y unificado el condado de Barcelona y el Reino de Aragón, extendiéndose cada vez más hacia el sur. Todo el proceso interno de estos reinos no puede entenderse bien sin recordar que este periodo corresponde al desarrollo de las expediciones emprendían contra los musulmanes y que se conocen con el nombre de Cruzadas y al proceso político ya descrito que acompaña el proceso histórico y social reseñado ala hablar de la formación de la sociedad feudal.

Durante el transcurso de la alta edad media, y a medida que se acentuaba el regionalismo feudal, la autoridad de los papas romanos creció y se afianzo decididamente. El papado alcanzo una influencia decisiva en todas las capas sociales de la sociedad occidental. El Emperador de Bizancio recurrió al papa en procura de auxilio contra el peligro musulmán. La caída de Jerusalén en poder de los infieles movió al papado a predicar la organización de una expedición a tierra Santa. El papa predico la cruzada, la lucha de los soldados de Cristo a favor de la fe y convoco a pobres y ricos para que se alistaran en las filas de los defensores del Santo Sepulcro.

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