La Educación En Los Aztecas
Enviado por 20042006 • 21 de Diciembre de 2013 • 1.512 Palabras (7 Páginas) • 435 Visitas
Si bien es cierto en la historia de nuestra nación existen muchos aciertos y es en esa materia en que entraremos a reflexionar y reconocer y que muchos pudieran retomar e iniciar un progreso que en mayoría anhelamos para nuestro México.
Es mi deseo iniciar un poco más atrás en la historia y hacer referencia a la Cultura Azteca; ellos tenían una forma de organización extraordinaria, ya que tuvieron que aprender a observar su entorno muy detenidamente, fueron hombres sabios ;tuvieron avances sorprendente, en cuanto a la astrología, el calendario ,el reloj, la agricultura, la domesticación de animales y el tianguis que permanece hasta nuestros días, fueron creativos porque idearon formas de construcción lo que ahora podemos admirar y más aún el mundo entero sabe de nuestra gran riqueza cultural.
Lo que deseo resaltar es en lo referente a la “Educación” que los padres impartían a sus hijos y es en base a ella lo que a mi parecer carece nuestro país, pero dónde inicia la educación, ésta inicia en el núcleo familiar y los padres se convierten en educandos desde antes del nacimiento de los hijos hasta siempre porque cada día sembramos algo en ellos; y llegado el tiempo, se desarrolla con el paso del tiempo en instituciones dedicadas a ello, para forjar hombres y mujeres de bien y que aporten a la sociedad los conocimientos adquiridos para mejorar su entorno, su estado, su país y el mundo actual.
LA EDUCACIÓN EN LOS AZTECAS
Quiero hacer referencia a una obra escrita por el Franciscano Fray Bernardino de Sahagún y que fue fundada en la documentación en lengua mexicana recogida por los mismos naturales, acerca del lenguaje y afectos que los padres usaban hablando y doctrinando a sus hijas cuando ya habían llegado a los años de discreción: exhortanlas a toda disciplina y honestidad interior y exterior y a la consideración de su nobleza para que ninguna cosa hagan por donde afrenten a su linaje, hablanlas con muy tiernas palabras y en cosas muy particulares; cito un fragmento:
- ¬Tú, hija mía, preciosa como cuenta de oro y como pluma rica, salida de mis entrañas, a quién yo engendré y que eres mi sangre y mi imagen, que estás aquí presente oye con atención lo que te quiero decir, porque ya tienes edad de discreción: dios criador te ha dado uso de razón y de habilidad para entender, el cual está en todo lugar y es criador de todos; y pues que es así que ya entiendes cómo son las cosas del mundo y que no hay verdadero placer, ni verdadero descanso, mas antes hay trabajos y aflicciones y cansancios extremados, y abundancia de miseria y pobrezas.
- Hay un refrán que dice que no hay placer sin que no este con mucha tristeza, que no hay descanso que no esté junto con mucha aflicción; éste es dicho de lls antiguos, que nos dejaron para que nadie se aflija con demasiados lloros y tristeza.
- Nuestro señor nos dio la risa y el sueño, el comer, el beber, dionos un oficio de la generación…
- Ten entendido hija mía primogénita que vienes de gente noble, de hidalgos y generosos; eres de sangre de señores y senadores que ha ya muchos años que murieron, y reinaron y poseyeron el trono y estrado del reino, y dejaron fama y honra a las dignidades que tuvieron y engrandecieron su nobleza..
- Considérate y conócete como tal; aunque eres doncellita eres preciosa como chalchihuite (piedras preciosas) y como un zafiro, y fuiste labrada y esculpida de noble sangre.
- Aprende muy bien y con gran advertencia el oficio de las mujeres, que es hilar y tejer; abre bien los ojos para ver cómo hacen delicada manera de tejer, labrar y de hacer las pinturas de las telas, y como ponen los colores y cómo juntan los unos con los otros para que digan bien, las hábiles en este arte y así no viniere a necesidad de pobreza. Seas en esto muy avisada y muy diligente, no dejes de saber esto por negligencia o por pereza.
- Nota ahora y oye con sosiego, que aquí está tu madre y señora, de cuyo vientre saliste, como una piedra que se corta de otra; y te engendró como una yerba que engendra a otra, así tu brotaste y naciste de tu madre; ahora has despertado y ruego a dios que vivas muchos días.
- Otros que son muy amados y deseados de los dioses, y son hombres y mujeres de buen condición y de buena vida, y de quién todos se confían y
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