La Guerra De Los Treinta años
Enviado por gabriela16 • 28 de Septiembre de 2014 • 712 Palabras (3 Páginas) • 348 Visitas
La Guerra de los Treinta años se inició cuando un católico, Fernando II, en el año 1617, fue coronado como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de Bohemia, ante la oposición de la mayoría protestante, sobre todo calvinista, que solicitó apoyo a países extranjeros. Los dos concejales católicos y sus representantes, fueron arrojados por una ventana del palacio, aunque sin consecuencias graves en su integridad física, cuando intentaban preparar el recibimiento del nuevo rey.
Esta disputa iniciada por motivos religiosos, pronto se desnaturalizó, ya que Francia, católica se unió a los protestantes de Holanda y Suecia, mientras que Alemania, luterana, pero con un gobierno católico, luchó junto a los estados católicos de España y Austria. Estos países privilegiaron más extender sus dominios, que los motivos religiosos. España apoyó a Fernando II, pues su rey, Felipe IV, era sobrino de aquél, y no pudo obviar su pedido de auxilio.
Los territorios alemanes fueron objeto de la codicia de Francia, España, Suecia y Dinamarca. El 10 de junio de 1619, en la batalla de Sablat, Austria, demostró su valor y potencia militar al derrotar a los protestantes de Bohemia, al mando del conde Thurn. Sin embargo, la parte norte y sur de Austria, se unió a los Bohemios, reemplazando al rey de Bohemia, Fernando II, por Federico V, Elector del Palatinado, y líder de la Liga de la Unión Evangélica.
En 1629, el rey depuesto, con sus fuerzas unidas, venció a su reemplazante cerca de la ciudad de Praga, trayendo como consecuencia, la desintegración de la Liga de la Unión Evangélica y la pérdida de tierras para los protestantes de Bohemia, además de sus títulos de nobleza. Se apoderó además de Moravia y el Palatinado.
El soberano de Dinamarca, Cristian IV, luterano, brindó ayuda a los de su mismo credo en Alemania, contra el Sacro Imperio, gobernado por Fernando II. Éste contó con el apoyo de las fuerzas a cargo de Albrecht von Wallenstein, quien consiguió el permiso de saquear los lugares invadidos. El rey dinamarqués sufrió una aplastante derrota en Lutter en el año 1626. Tres años más tarde, se arribó a un acuerdo, el tratado de Lübeck, por el cual, Cristian IV, conservó su poder en Dinamarca a cambio de retirar su apoyo a los protestantes alemanes. Se estableció el “Acta de Restitución” por la cual, la iglesia católica recuperó sus dominios en territorios protestantes.
Por su valiente actuación en esta contienda merece destacarse Suecia, cuyo rey, Gustavo Adolfo, hombre de notable cultura y conocedor de las tácticas bélicas, arrasó con los ejércitos católicos de Tilly y Wallenstein, mediante ataques “relámpago”, afirmando el poder de Suecia sobre el mar Báltico. Este hábil guerrero, venció a la Liga Católica en la Batalla de Breitenfeld, en 1631 y en la de Lech, en 1632, donde Tilly pereció. El rey sueco
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