La Historia De La Paz
Enviado por luisjeaneth • 4 de Noviembre de 2012 • 2.990 Palabras (12 Páginas) • 492 Visitas
En los asentamientos de las zonas insulares de Centroamérica, la Corona de Castilla emprendió la colonización del continente, inicialmente con contactos comerciales con algunos pueblos indígenas de la zona de Guatemala y Yucatán. En 1518 una expedición dirigida Hernán Cortés y sus hombres, llegó a la isla de Cozumel, pasando después por la costas de la Península de Yucatán hasta llegar al río Grijalva donde se produjo una lucha. El Jueves Santo de 1519 llega toda la armada a San Juan de Ulúa, desde donde se dirige hacia la costa de la actual ciudad de Veracruz. En ese lugar Cortés recibió la primera embajada de Moctezuma Xocoyotzin, gobernante del señorío de Tenochtitlan y en ese sitio, Cortés fundó la Villa Rica de la Vera Cruz.
Una vez que Cortés funda la Vera Cruz, Moctezuma le solicitó, mediante el envío de embajadores, que no continuara; pero Cortés inicia su marcha hacia el interior, el día 16 de agosto de 1519, rumbo hacia al corazón del Imperio Azteca. Esta expedición estaría formada por 400 soldados españoles, 15 caballos y la impresionante cantidad de 13.000 guerreros totonacas. Al llegar a Tlaxcala, Cortés derrota a Xicotencatl y establece una importante alianza con los tlaxcalteca, sumando más guerreros al frente anti-azteca.
En su paso hacia Tenochtitlan y pretextando una posible emboscada, Cortés realiza a manera de escarnio, la sangrienta matanza de Cholula. En su paso desde Cholula, Cortés atraviesa hacia el Valle de México cruzando por entre dos volcanes, el Popocatepetl y el Iztaccíhuatl. Del otro lado, avista por primera vez el Lago de Texcoco y México-Tenochtitlan y se aproxima a ella por el rumbo de Xochimilco. Motecuhzoma Xocoyotzin recibe a los españoles y entrega simbólicamente la ciudad. A cambio, Cortés exige ver los libros de tributos y los mapas de la tierra. Entretando, su empresa no ha pasado desapercibida en Cuba, pues llega hasta él un mensajero del resguardo de Cortés en la Veracruz: le avisa de una expedición capitaneada por Pánfilo Narváez con órdenes expresas de aprehenderlo y llevarlo de regreso a Cuba.
Tratados de Córdoba
Tratados de Córdoba.
Artículo principal: Tratados de Córdoba.
Desde que se reunieron las Cortes en Madrid en 1820, los diputados del Nuevo Mundo intentaron captar la atención para resolver la "cuestión americana", cuyas propuestas demandaban mayor representación, abolición de monopolios y libre comercio. La delegación americana era minoría pues solo estaba conformada por setenta y ocho diputados y, por tanto, la atención de las Cortes se centró en resolver los problemas internos de la Península ibérica.386 No obstante, durante los primeros días de 1821, los diputados Miguel Ramos Arizpe y José Mariano Michelena lograron la aceptación del incremento de seis a catorce diputaciones provinciales para el territorio de Nueva España, así como la destitución de funcionarios que eran considerados "anticonstitucionales, brutales y antiamericanos", entre ellos Juan Ruiz de Apodaca y José de la Cruz. De esta forma se nombró para ejercer el cargo de capitán general y jefe político superior de Nueva España al general Juan O'Donojú, quien zarparía de Cádiz el 30 de mayo. Antes de partir hacia América, O'Donojú, Ramos Arizpe y Michelena se reunieron para hablar de los planes de crear regencias, establecer las diputaciones en todas las intendencias, y reforzar el orden constitucional, logrando un perfecto entendimiento pues los tres eran liberales y compañeros masones.387
Durante el mes de junio, en las Cortes se debatió la posibilidad de enviar a América un infante de España para gobernar y lograr la autonomía deseada, pero Fernando VII se opuso al proyecto pues temía que esta medida podría desembocar en "llevarle a la guillotina". Una propuesta alternativa fue presentada por José María Couto, la cual pretendía que algunos diputados de la legislatura de Nueva España también ejercieran sus funciones en el Parlamento español, pero simultáneamente llegaron las noticias del estallido del movimiento independentista iniciado en febrero y del Plan de Iguala. En consecuencia, la mayoría de los diputados repudiaron cualquier reestructuración al Imperio español; la división entre americanos y peninsulares se hizo evidente por lo que se pospuso el tratar la "cuestión americana" hasta septiembre.388
Después de haber realizado una escala en Puerto Cabello, O'Donojú desembarcó del navío Asia en San Juan de Ulúa el 3 de agosto. Fue recibido por el brigadier José García Dávila, quien después de la ceremonia protocolaria acostumbrada le informó que, a excepción de la Ciudad de México, Veracruz, Durango, Chihuahua, Acapulco y la Fortaleza de San Carlos de Perote toda la Nueva España había sido liberada del dominio español. El nuevo jefe político superior realizó una proclama a los habitantes en la cual increpó la precipitación del movimiento independentista, exponiendo que en las Cortes se debatía la posibilidad de que se concediese la representación soberana que tanto se anhelaba y pidió que se pusiese a prueba su gobierno y en caso de que éste no llenase las expectativas, se encontraba en la mejor disposición para permitir que se eligiera otro jefe.389 O´Donojú ordenó un cese a las hostilidades por parte de los realistas, y envió a dos emisarios con cartas dirigidas a Iturbide para celebrar una reunión.390 El 11 de agosto, el jefe máximo del Trigarante dio respuesta, señalando a la villa de Córdoba como lugar de la cita. Por otra parte, se dirigió a Texcoco, desde donde notificó las proclamas de O'Donojú al mariscal Francisco Novella. Este último solicitó un armisticio y el permiso para enviar dos comisionados para reunirse con el recién llegado. Iturbide aceptó, pero cuando los enviados llegaron a Texcoco se les prohibió el paso bajo el pretexto de que las condiciones del armisticio no habían sido aceptadas por Novella.
En la Ciudad de México se concentraron la mayor parte de las tropas realistas; con el regreso de las divisiones de Gabriel Armijo, Cristóbal Húber, Melchor Álvarez y Manuel de la Concha, el cuerpo de efectivos era de cinco mil hombres.391 Con un panorama de acción de guerra inminente, parte de la población civil prefirió emigrar a las pequeñas poblaciones aledañas. Los conventos se llenaron de mujeres y muchos miembros del ejército realista huyeron por las noches para incorporarse a los independentistas. Novella distribuyó sus tropas en Tepeyac, Tacuba, Tacubaya, Mixcoac, Coyoacán y el Peñón, en contraparte Luis Quintanar, Anastasio Bustamante y otros jefes trigarantes rodearon a a la ciudad tomando posiciones en Chalco, Ixtapaluca, Tepotzotlán, Huehuetoca y Cuautitlán. A pesar de que el armisticio se encontraba plenamente vigente,
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